Medidas imprescindibles que debes controlar en tu bici
La correcta colocación del ciclista sobre la bici es un factor clave si tenemos la intención de pasar muchas horas pedaleando sin sufrir molestias ni hacer movimientos que puedan conducir a sufrir una lesión. Aparte, una colocación adecuada nos permitirá ser más eficientes sobre la bici. Estos son los principales puntos que debéis tener en cuenta a la hora de ajustar vuestra bici.
Cuáles son las medidas más importantes de la posición del ciclistas
Pese a que cada vez son más los cicloturistas que tienen en cuenta su posición sobre la bici adaptando esta a sus características físicas y, en muchos casos, poniéndose en manos de un biomecánico para garantizar el ajuste correcto, aún es normal ver por las carreteras gente que pedalea de cualquier manera sobre sus bicis: sillines bajos, manillares demasiado bajos, estirados en exceso, con sillines inadecuados para su físico y un sinfín de aberraciones biomecánicas.
Por suerte, el ciclismo no es un deporte agresivo y en la mayoría de los casos estas colocaciones no llegan a ser lesivas aunque, eso sí, a menudo son el origen de muchas de las molestias que se sufren sobre la bici y que, tradicionalmente, se han considerado un mal inherente a la dureza del ciclismo como pueden ser dolores de espalda y cuello, roces causado por la fricción con el sillín o adormecimientos en distintas partes del cuerpo.
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Sin pretender suplir la labor de un biomecánico, te dejamos varios consejos de cómo ajustar las medidas básicas de vuestra bicicleta para, al menos, evitar lesiones.
Altura del sillín
Esta es sin duda la principal medida que afecta al pedaleo. El resto de cotas pueden estar ajustadas mejor o pero pero si pedaeamos con el sillín demasiado alto o demasiado bajo corremos el riesgo de lesionarnos o, cuanto menos, sufrir molestias en las zonas de apoyo y desperdiciar gran parte de la fuerza que ejercemos sobre los pedales.
Existen multitud de formas sugeridas para obtener esta medida. Desde fórmulas que cotejan la longitud en entrepierna a métodos más o menos caseros que usan alguna parte del cuerpo como referencia. Puedes ver todo lo que tienes que tener en cuenta acerca de la altura del sillín en este artículo. A grandes rasgos, las sensaciones van a ser más clarificadoras a menudo que las formulas que se encuentran por ahí.
Buscaremos una posición en la que la rodilla quede prácticamente extendida pero sin llegar a hacerlo de forma completa. Tras ello probaremos a pedalear y buscaremos un ajuste más fino en función de si percibimos excesiva presión en la entrepierna o notamos que nos cuesta ejercer fuerza sobre los pedales.
Alcance al manillar
A la hora de elegir la talla de la bici sin duda el reach, o sea, la longitud efectiva del puesto de conducción es la más decisiva para valorar si la bici es o no adecuada para nosotros, máxime con las bicis actuales donde la integración con potencias específicas y los cableados internos hacen muy difícil jugar con la longitud de este componente para ajustar este parámetro.
Y es que la forma de ajustar lo lejos o cerca que queda el manillar de nosotros pasa por jugar con la longitud de la potencia o el alcance del manillar, teniendo algo de margen con el retraso del sillín aunque no deberíamos usar esa medida para realizar este ajuste como luego explicaremos.
Las sensaciones que debemos tener en cuenta para valorar si está bien ajustada esta distancia es que lleguemos a las manetas de forma natural, con los codos semiflexionados y sin notar tirantez en las lumbares o, si vamos demasiado cortos, en la parte alta de la espalda y cuello. Unas sensaciones que debemos valorar cuando llevemos al menos un par de horas pedaleando ya que subirse y dar una pequeña vuelta, con el cuerpo descansado no nos permitirá obtener conclusiones reales.
Retraso del sillín
A menudo esta es una medida que pocos tienen en cuenta y que, sin embargo, afecta en una gran medida al rendimiento del pedaleo. Ir con el retraso bien ajustado es lo que hace posible que el trabajo se reparta adecuadamente entre todos los músculos de la pierna, la pedalada fluya más fácilmente sin atrancarse en ningún punto y podamos ejercer fuerza en todo el rango.
Es por esto que no debemos usar el retraso del sillín para ajustar la distancia al manillar ya que estaremos afectando a la forma de pedalear, aunque siempre podemos jugar con un pequeño rango para adaptar esta medida a nuestras preferencias y al tipo de sillín que llevemos. Esto último es importante ya que, tradicionalmente se ha medido el retraso tomando como referencia la punta del sillín y el pedalier. Sin embargo, los actuales sillines recortados hacen que estas referencias cambien.
En su lugar, es preferible tener en cuenta el punto de giro de la rodilla de forma que la fuerza se aplique perpendicularmente sobre el pedal en el punto de más fuerza, o sea, con las bielas horizontales. Para ello, el método habitual es tirar una plomada desde el punto de giro de la rodilla, no desde la rótula como vemos muchas veces, que ha de caer sobre el eje del pedal.
Al modificar el retraso del sillín hemos de tener en cuenta que, al estar angulado el tubo de la bici, va a afectar a la altura del mismo. Por tanto deberemos corregir esta subiendo ligeramente el sillín tras adelantarlo o bajándolo si lo hemos retrasado.
Diferencia de altura entre sillín y manillar
Tradicionalmente las bicicletas de carretera eran todas máquinas de competición, con las mismas medidas agresivas empleadas por los profesionales. Por suerte, en las bicis clásicas el sistema de dirección a rosca y las potencias de cuña permitían un sencillo ajuste arriba y abajo de forma similar a como ajustaríamos el sillín.
La llegada del sistema de dirección ahead supuso muchas ventajas en cuanto a sencillez mecánica y reducción de peso pero, prácticamente acabó con la posibilidad de ajustar la altura del manillar. Una altura que únicamente se puede regular jugando con los separadores que puedan entrar, colocándolos por encima o por debajo de la potencia.
Sin embargo, llevar excesivos separadores tiene una clara incidencia sobre la precisión de la dirección y su rigidez al estar la potencia alejada del rodamiento superior, aparte de resultar claramente antiestético. También es posible modificar este parámetro con la inclinación de la potencia. Simplemente dándole la vuelta a esta es posible ganar bastante altura.
Una excesiva diferencia de altura con el sillín requerirá del ciclista excesiva flexión de cadera, con lo que se pierde aplicación de fuerza en la parte alta de la pedalada además de conducir a molestias en la espalda y entrepierna. Otra consecuencia de llevar una excesiva altura de sillín es la imposibilidad de utilizar la curva del manillar, el punto donde más control tenemos de la bici en los descensos o rodando a gran velocidad. Al contrario, ir demasiado alto nos puede provocar molestias en el cuello además de perjudicar claramente la aerodinámica.