Las burbujas y otras medidas de seguridad sanitarias propuestas por la UCI

No todo son vítores con el regreso próximo de las competiciones ciclistas, sino que la UCI, máximo organismo preocupado por la salud en el ciclismo, está analizando posibles medidas para enfrentar las restricciones en las carreras de ciclismo que plantea la presencia de la COVID-19.

El protocolo de seguridad de la UCI de cara al Tour de Francia 2020

El Tour de Francia es el telón de fondo sobre el cual planean todas las preocupaciones que alberga la UCI de cara a encontrar un equilibrio entre estos eventos y la protección social ante el coronavirus. A falta de poco más de un mes para el pistoletazo de salida del Tour de Francia 2020 (una edición que de hecho llega más igualada en lo profesional que nunca), las dudas no sólo están en ver quién puede ganarlo, sino cómo la UCI va a garantizar las medidas sanitarias convenientes para evitar cualquier expansión del coronavirus.

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Uno de los mayores hándicaps es siempre el establecimiento de un protocolo de seguridad que deje claras las actuaciones que se llevarán a cabo en cualquier escenario posible. Este protocolo lo presentó la UCI el mes pasado y lo ha estado perfilando y perfeccionando ante la inminente llegada de los grandes eventos ciclistas de carretera de la temporada, cuyo hito principal es sin duda el Tour de Francia 2020.

Conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS), y con el equipo médico del Profesor Xavier Bigard y los representantes del circuito, la UCI estableció ciertas normas obligatorias.

Hay medidas obligatorias, hay recomendaciones y hay indicaciones que son más deseos que imposiciones. Todas estas indicaciones se hacen preceptivas para cualquier prueba del calendario UCI.

Todas las normas de la UCI de cara al Tour de Francia 2020

Esta normativa considera legislación a todas las escalas con tal de reducir los riesgos y se aplica a los equipos, a su gestión, pero también a la gestión de la afición y el público que acude a los eventos por parte de las autoridades competentes. Además, advierte de la actualización constante en función de los datos de coronavirus y de la pandemia.

La UCI establece tres niveles de riesgo: muy bajo, bajo y moderado. Las medidas, que son las mismas, tornan de recomendación a carácter obligatorio en función de la gravedad de la situación.

Antes de cualquier prueba, se establece la llamada “burbuja”, que consiste en el aislamiento de todo el equipo en hoteles preparados para ello, junto con medidas de detección precoz de cualquier conato de foco de contagio.

Durante las pruebas, todos los miembros del equipo y sobre todo los corredores seguirán protocolos de detección constante, amparándose en pruebas médicas que puedan detectar cualquier leve alteración, para practicar test en caso de detección de valores anormales. En caso de detectarse lo que denominan “caso sospechoso”, se activará el protocolo de aislamiento y detección de focos. Habrá público pero en condiciones especiales.

Tras las carreras, habrá una fase de readaptación a la normalidad que incluye el seguimiento de los ciclistas tanto en referencia al coronavirus como a los controles antidopaje.

De este modo, la UCI espera que el Tour de Francia 2020 vuelva a ser un espectáculo y sus cambios de fecha hayan sido sólo circunstanciales.