Microbiota y rendimiento, las bacterias te pueden ayudar a ser mejor ciclista
En el interior de nuestro organismo habitan 100 millones de bacterias y otros microorganismos. El papel de la microbiota en la digestión y en la asimilación de los distintos nutrientes es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo humano en general y para el rendimiento deportivo en particular. Un correcto equilibrio entre estos microorganismos es básico para que absorbamos eficientemente la glucosa que ingerimos o no suframos problemas intestinales durante esa prueba que llevamos tanto tiempo preparando.
Test de Microbioma: qué es y por qué los deportistas deberían hacerse uno
En los últimos tiempos varios estudios científicos han determinado que la composición de nuestra microbiota tiene mayor importancia de la que se pensaba en el rendimiento del deportista, lo que ha llevado a la aparición de tests de microbioma capaces de analizar, estudiando la composición de nuestras heces, cuáles son las poblaciones de microorganismos predominantes en nuestro intestino y los efectos que esto tiene sobre el mismo.
Por ejemplo, un estudio de microbiota realizado en el año 2015 analizando las heces de 15 corredores tras la Maratón de Boston encontró una mayor presencia del microbio Veillonella Atipica, una bacteria encargada de descomponer el lactato en forma de ácidos grasos. Se realizó el experimento de introducir esta bacteria en el intestino de ratones y encontraron que aumentaba a resistencia de los mismos.
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Es sólo uno de los ejemplos de la gran influencia que puede tener la microbiota en nuestro rendimiento deportivo. Un test de microbioma por tanto, puede resultar tremendamente útil para conocer qué microorganismos cuentan con mayor presencia en nuestro intestino. Con estos datos en la mano, podemos ajustar nuestra alimentación para fomentar el crecimiento de poblaciones concretas de microorganismos.
Algunos ejemplos de la influencia de la dieta en la microbiota son que el consumo de proteínas animales y grasas saturadas fomenta la presencia del grupo de microorganismos denominado bacteroides, que se asocian a la obesidad. Por otro lado, dietas ricas en hidratos de carbono y azúcares simples hacen predominar el grupo de microorganismos Prevotella que se relaciona con la inflamación intestinal.
En general, alimentos con fibra y fácilmente fermentables, principalmente aquellos de origen vegetal, sirven como fuente principal de alimento para la microbiota, facilitando que los microorganismos de nuestro intestino prosperen. Algo parecido ocurre con las grasas saludables y las proteínas de calidad.
Aparte, el consumo de alimentos fermentados, supone un aporte de microorganismos a las población de nuestro intestino, como por ejemplo las bacterias vivas que contiene el yogurt.
Otro dato útil que nos puede proporcionar conocer la composición de nuestra microbiota a través de un test de microbioma es que la alteración de alguna de las poblaciones nos puede servir de anticipo para evitar problemas de salud futuros, como puede ser, la mencionada presencia de bacteroides asociados al aumento del colesterol, de que no hay que explicar sus efectos perniciosos sobre la salud.