Mochila de hidratación, 5 consejos para elegir bien
En cuanto comenzamos a realizar salidas de MTB más largas, se hace casi indispensable llevar una mochila de hidratación, en la que, además, del agua podamos llevar todo lo necesario para ser autosuficientes. Pero como casi siempre que vamos a comprar algún accesorio para nuestra bici, suele haber tanta variedad de modelos que es difícil elegir. Por eso os vamos a dar algunos consejos para que sepáis en que tenéis que fijaros para elegir bien.
¿Que tengo que tener en cuenta para elegir mi mochila de hidratación?
1.Tamaño y capacidad de carga de la mochila. Cuidado con los litros
Es lo primero que tenemos que preguntarnos antes de comprar una mochila. ¿Para que la voy a utilizar, cuantas cosas pienso llevar en ella? Por ejemplo si vais a utilizarla únicamente como un depósito de agua adicional podéis decantaros por elegir una mochila pequeña que pese lo mínimo posible (1,5-3L). Pero si la queréis para llevar ropa adicional, herramientas, botiquín, etc... tendréis que buscar una con más capacidad (a partir de 5L).
Ahora bien, os vamos a explicar una cosa en la que la gente suele confundirse. La capacidad de carga de una mochila se mide en litros, y hace referencia al volumen máximo de la mochila. Cuanto más grande sea la mochila más litros de volumen tendrá. Pero esos litros no tienen nada que ver con su depósito de hidratación. Por ejemplo una mochila de 6 litros puede tener un depósito de hidratación de 2 litros, o directamente no tener depósito. Así que cuando leáis las especificaciones de una mochila tened claro si los litros hacen referencia al volumen total de la mochila o sólo al depósito de hidratación.
2.Ajuste
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Una mochila que se vaya moviendo constantemente cuando vamos en bici es una autentico incordio y puede ocasionar rozaduras y otros problemas. Por eso tenéis que fijaros bien que al menos se pueden regular las asas y tiene cierres en el pecho y cintura. Un detalle importante es que el ajuste del pecho pueda regularse hacia arriba y abajo.
Algunas mochilas vienen por tallas, a las que habrá que prestarle atención antes de decidir cuál es la que mejor nos queda.
4. Número de bolsillos
Es importante que nuestra mochila tenga al menos un apartado sólo para la bolsa de hidratación, de esta manera conseguiremos acceder fácilmente a ella y no se moverá. Además, es recomendable que tenga bolsillos adicionales en los que podamos repartir nuestro equipaje en función de la utilidad que vayamos hacer de él. Por ejemplo, es muy útil que haya un pequeño bolsillo para guardar llaves y documentación y uno amplio donde podamos meter cosas de volumen como ropa de abrigo. Algunas mochilas incluyen bolsillos en la parte frontal de las asas, estos bolsillos son muy prácticos para guardar geles y barritas y poder acceder a ellos de manera rápida sin tener que quitártela.
5. Comprobar si es impermeable
Poca gente se fija en esto hasta que lo necesita. Si vas a comprar tu mochila en una época en la que no llueve, seguramente no repares en si necesitas una impermeable o no, pero es algo que deberías considerar. Recordad que lo que llevéis en la mochila se puede mojar con la lluvia e incluso por el propio sudor que se transmite desde la espalda.
En este aspecto hay varios tipos de mochilas; las que son completamente impermeables -no las recomiendo pues en épocas de calor condensan mucha humedad en su interior-, las que no son impermeables pero contienen algún bolsillo que si lo és - este bolsillo es ideal para guardar objetos electrónicos-, y las que no lo son pero llevan una funda a parte que se le puede poner por encima en caso de lluvia -este tipo de funda de le puede poner a cualquier mochila y en la web hay infinidad de tutoriales para hacerlas tu mismo-.
Así que os recomendamos que elijáis alguna que al menos tenga un compartimento impermeable y el material que no queréis que se moje lo guardéis en bolsas de plástico antes de meterlo en la mochila.