Muere Federico Martín Bahamontes, el Aguila de Toledo, a los 95 años
El alcalde de la capital manchega anuncia con una sentida publicación en redes sociales el fallecimiento de la leyenda del ciclismo, el ganado de Tour de Francia de mayor edad que permanecía vivo y primer español que consiguió ganar el preciado maillot amarillo de la carrera francesa en el año 1959. Descanse en paz.
El ciclismo llora a Federico Martín Bahamontes
Todo carácter, cascarrabias, un poco fanfarrón y también un personaje entrañable. Genio y figura. Así recordamos a Federico Martín Bahamontes, el Águila de Toledo, que tampoco se llamaba Federico sino Alejandro aunque la insistencia de un tío suyo por llamarle de esta manera hizo que al final se le acabara conociendo por este nombre.
Nacido en el año 1928 en el pequeño pueblo de Val de Santo Domingo, Bahamontes se convirtió en el primer gran ciclista español de la historia, siendo capaz de triunfar más allá de nuestras fronteras en una época en la que salir de España era poco menos que lanzarse a la aventura.
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¿Gafas por dentro o por fuera?
De complexión tremendamente delgada, Bahamontes era el prototipo de escalador, atacando las ascensiones con una agilidad de pedalada inusitada en el ciclismo de aquellos tiempos y los desarrollos con los que contaban las bicis de entonces. Una facilidad para la escalada que le llevó a conquistar nada menos que en 6 ocasiones el maillot de la montaña del Tour de Francia.
De aquella facilidad para escalar surge la famosa anécdota del helado. En el Tour de 1954, una etapa entre Lyon y Grenoble, iba escapado junto a dos franceses cuando unas piedras que saltaron le rompieron varios radios de una rueda en la aproximación al puerto de La Romèyre. Tras aflojar los frenos para evitar el roce, Bahamontes atacaba y se iba en solitario hasta la cima. Una vez allí, ante el peligro de descender con la rueda en ese estado, se paraba a esperar a su coche de equipo y, ni corto ni perezoso, se acercaba a un heladero que allí había para pedirle un cucurucho con dos bolas.
Sin embargo, el hecho de luchar cada año por el maillot de la montaña del Tour de Francia, limitó durante años sus posibilidades reales de asaltar la victoria absoluta en la prueba. Tuvo que ser otra leyenda, el Campionissimo Fausto Coppi quien tras fichar al toledano para su equipo Coppi-Tricofilina convenciera al Águila de Toledo de no malgastar fuerzas en la lucha por la montaña y se centrara en la clasificación general que acabaría consiguiendo en aquel 1959.
De aquella época es recordada su tremenda rivalidad con Jesús Loroño que en la época ya dividía a la afición entre los partidarios de uno u otro ciclista, una rivalidad que incluso superaba lo deportivo llegando ya hasta ser una cuestión personal.
Tras su retirada, Bahamontes regentó una tienda de bicis en Toledo, que permaneció abierta hasta el año 2004 además de crear y dirigir la Vuelta Ciclista a Toledo que se disputó hasta el año 2015. Sin embargo, no sería hasta el año 2018 cuando la ciudad manchega le rendiría homenaje inaugurando una estatua en su honor en un acto en el que se dieron cita Miguel Indurain, Pedro Delgado y Carlos Sastre, también ganadores del Tour de Francia.