¿Necesitas suspensión en tu bici de gravel?
La filosofía del gravel es tremendamente amplia, desde aquellos que ruedan mayoritariamente por carretera hasta los que afrontan recorridos puros de montaña. Los fabricantes de suspensiones han visto que sus productos pueden ampliar aún más la polivalencia de este tipo de bicis, pero ¿en realidad es necesaria una suspensión en una bici gravel?
Bicicleta de gravel ¿con o sin suspensión?
En muchas ocasiones hemos escuchado calificar el gravel como la bici de montaña de los años 90, pero con bicis de mucha mejor calidad y prestaciones. Si retrocedemos hasta aquellos años, recordaremos pesadas bicis de acero o de aluminio, con ruedas de 26’’ de diámetro, cubiertas de escaso balon (1.90 era una cifra habitual mientras que 2.1 se utilizaba en competiciones de descenso), horquillas rígidas…
Siguiendo con la lección de historia, hace ya algo más de un lustro las bicicletas de gravel comenzaron a aparecer en escena. Una modalidad importada de EE.UU. consistente en bicis similares a las de carretera, o más bien deberíamos decir de ciclocross, con manillar de curva y que montan ruedas más o menos gruesas con cierto taqueado para poder rodar con seguridad fuera del asfalto. Una necesidad en las grandes extensiones del centro y oeste de aquel país donde tan pronto una carretera perfectamente asfalta de convierte en una pista de tierra durante un buen montón de millas.
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¿Gafas por dentro o por fuera?
Este concepto recupera el anhelado mantra de una única bici para todo, que nos sirva para pedalear por carretera sin excesiva resistencia al rodar pero con la que poder aventurarnos fuera del asfalto sin el menor problema. Todo ello con unas máquinas sencillas que ayudan a poder afrontar cualquier distancia, incluso rutas de varios días gracias a la vertiente bikepacking.
Si bien, el lugar donde se encuentran más cómodas las bicicletas gravel son las pistas de tierra, no son pocos los que llevan las capacidades de estas bicis al extremo adentrándose en senderos y terreno más apropiado para una bicicleta de montaña. Apostando por esta orientación, la mayoría de modelos admiten la utilización de ruedas en medida 650b en vez de las habituales de 700 que se emplean en bicicleta de carretera. Este menor diámetro de llanta permite instalar cubiertas de gran balón de bici de montaña a la vez que el diámetro efectivo resultante sigue siendo similar a que obtenemos con una rueda de 700 y una cubierta de en torno a 40 mm, una de las medidas más habituales en gravel. Añadiendo, además de un agarre extra, una mayor amortiguación.
La capacidad de absorción de la bici gravel es, sin duda, su talón de Aquiles cuando salimos de la carretera. Ya hace unos años, Cannondale abría el melón al presentar su Topstone, una bici gravel con ruedas de 650 y una versión de corto recorrido de su afamada horquilla de suspensión Lefty. Una propuesta que se mantiene en el catálogo y a la que en estos últimos meses se ha incorporado la presentación por parte de Rock Shox y de Fox de sendos modelos de horquilla de suspensión para uso en gravel.
En todos los casos, se trata de horquillas de recorrido reducido, entre 30 y 60 mm en las que se prima, sobre todo, la ligereza para evitar lastrar el conjunto de la bici.
¿Para quién son las suspensiones?
Como hemos indicado antes, si algo caracteriza el gravel es la polivalencia. El uso de horquilla de suspensión consigue ampliarla y acercándonos más al paradigma de bici para todo. En general, recomendaríamos la suspensión si tus rutas se mueven más por terreno pedregoso y senderos como forma de reducir la tensión y la fatiga a la que nos someten estos tramos cuando llevamos horquilla rígida. También se beneficiarán de uso de la suspensión aquellos ciclistas de carretera que no logren la suficiente confianza cuando salen del asfalto o, en el otro extremo, aquellos ciclistas de montaña que se sientan un poco desnudos sin contar con la absorción que les ofrece la horquilla.
En cualquier caso, entendemos que el uso de la horquilla de suspensión ha de estar más dirigido a paliar la absorción más limitada de quienes usan ruedas de 700, consiguiendo de una tacada mayor comodidad pero sin perjudicar la capacidad de rodar que otorga esta medida de rueda. De hecho, tanto la Fox Rudy XPLR como la Fox 32 TC están diseñadas únicamente para esta medida de rueda.
Mejor con horquilla rígida
Por el contrario, si en tu concepto de gravel priorizas más el rodar por carretera y pistas fáciles, buscas una bici lo más sencilla posible o la ligereza a la hora de afrontar largos recorridos es un factor para ti, seguramente te sentirás más cómodo eligiendo una horquilla rígida.
También pensamos que si utilizas ruedas de 650b, que permiten montar cubiertas 100% de bici de montaña y cuyos generosos balones ya aportan tanta absorción como la que podamos obtener con el limitado recorrido que ofrecen a las suspensiones la mejor opción es la horquilla rígida.
Aun así, la combinación suspensión y rueda de 650b, podemos encontrarla entre los montajes de la Cannondale Topstone, aunque el resultado sea unas sensaciones y un comportamiento más cercano al de una bici de montaña que al de una gravel.
Y tú, ¿qué configuración prefieres para tu bici gravel? Cuéntanoslo en nuestras redes sociales.