Vacaciones en Nueva York y directo a la carretera; Pidcock tardará mucho en estrenar el maillot arcoíris
Cinco días de vacaciones en la Gran Manzana junto a su novia para celebrar el triunfo y avión de regreso a Europa, sin tiempo que perder para empezar a preparar las clásicas de primavera. Al parecer, Tom Pidcock tardará mucho en estrenar el maillot arcoíris que ganó el domingo en ciclocross. Porque, aunque le seduce la idea de lucirlo en las pocas pruebas CX que aún quedan en Bélgica, lo más probable es que su apretado calendario de carretera (y su equipo, el todopoderoso Ineos) no se lo consienta.
Clásicas, Giro, Mundial MTB... un año completo para Tom
En las entrevistas posteriores al Mundial de Fayetteville (Estados Unidos), que ganó con tanta brillantez, Pidcock fue desgranando algunos de sus planes para las próximas semanas, que incluyen algo de turismo y relajación antes de afrontar su frenético 2022. "Voy a pasar 5 días en Nueva York con mi novia, y luego me voy a Portugal", le dijo el británico a la televisión belga Sporza en holandés, demostrando que no solo domina casi todas las disciplinas de este deporte, sino también varios idiomas.
De hecho, el flamante campeón mundial debería empezar a competir en la Vuelta al Algarve (16-20 febrero), como preparación para la batería de clásicas que le esperan entre finales de febrero y abril: primero Omloop Het Nieuwsblad y Kuurne-Bruselas-Kuurne (26 y 27 de este mes), antes de poner rumbo a Italia para Strade Bianche y Milán-Sanremo (5 y 19 de marzo).
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Después, disputará A Través de Flandes (30 de marzo) y el Tour de Flandes (3 de abril), tratando de mejorar los malos resultados del año pasado, para luego dar el do de pecho en las Ardenas: allí defiende título en la Flecha Brabanzona (13 de abril), correrá Amstel Gold Race y Flecha Valona (10 y 20 de abril) e incluso debutará en Lieja-Bastogne-Lieja (24 de abril).
Pero no acaba ahí la cosa: este año marcará también su debut en el Giro de Italia, donde espera brillar más de lo que lo hiciera en la pasada Vuelta a España. En junio, por fin disfrutará de unas merecidas vacaciones, para después ir a por el segundo título dentro de la triple corona que buscará este año (por cierto, en tres continentes): el de mountain bike. Finalmente, pasada la temporada de XCO, volverá a la carretera para preparar el tercero (y más difícil) de los desafíos: el Mundial de Ruta de Wollongong, en Australia.
Y, por si fuera poco semejante polivalencia, hace unos días nos enterábamos de que Pidcock había aceptado el reto de Nike de correr un 5K en menos de 15 minutos para resarcirse de una metedura de pata en redes sociales, y que trataría de batir esa marca en las instalaciones de la compañía en Oregón, aprovechando su paso por Estados Unidos. Pero nada más se sabe desde entonces de esta acción de marketing, y no parece compatible con su ajetreada agenda... así que puede que haya renunciado, o que lo deje para más adelante, aunque tenga que ser en otro escenario menos icónico que la pista de atletismo del gigante de las zapatillas.
Una larga espera... ¿o no?
El resultado de todo esto es que no sería hasta noviembre o diciembre cuando pudiera pasearse por fin con su maillot arcoíris de CX. Así que este pasaría 10 largos meses en un cajón. Aunque, según la página Cycling News, el británico estaría barajando una posibilidad algo arriesgada para quitarse esa espinita: participar en una de las carreras que aún quedan en el calendario belga, nada más bajarse del avión que le traiga de Nueva York. Se trataría, concretamente, del Parkcross de Maldegem (5 de febrero) o del X2O Trophy de Lille (6 de febrero).
"Voy a estar en Bélgica ese domingo. Pero vuelo directo desde Nueva York, así que no creo que sea buena idea competir justo después", dijo en otra de las entrevistas post-Mundial. Y, tras pensarlo un momento, añadió: "Pero bueno, estoy en Bélgica ese día, así que a lo mejor corro". La pregunta ahora es: incluso aunque él quiera, ¿le dejará Ineos, ese equipo de carretera que le paga un sustancioso salario?
Desde luego, parece improbable que le conceda un capricho así (en el que incluso podría lesionarse... recordemos el caso de Carapaz en el Movistar) cuando Wout Van Aert, que se presume como su gran rival para las clásicas si continúan los problemas físicos de Mathieu Van der Poel, renunció al Mundial de Ciclocross para prepararlas a conciencia. "Es verdad que me faltan unas cuantas horas, pero tengo la intensidad", ha dicho el propio Pidcock sobre su condición en carretera. Aunque por falta de empeño no ha sido: el de Leeds incluso ha estado alternando las pruebas de ciclocross con las concentraciones del equipo Ineos en Mallorca, para no perderse nada. Pero, ¿será eso suficiente a la hora de enfrentarse a Wout Van Aert en esfuerzos de más de 250 km, como los de Milán-Sanremo, Tour de Flandes o Lieja?