Cómo optimizar las baterías de tu cambio electrónico
La generalización de los grupos electrónicos hasta la gama media plantea nuevas dudas a los ciclistas sobre la mejor forma de alargar la vida útil de sus baterías. Te damos algunos consejos que, en el fondo, no difieren mucho de lo recomendado para nuestros teléfonos móviles y que también pueden ser extrapolables si disponemos de una bici eléctrica.
Alarga la vida útil de tus baterías
Los cambios accionados de forma electrónica se han ido haciendo cada vez más comunes tras el lanzamiento de los grupos de gama media SRAM Rival eTap AXS y el Shimano 105 Di2. De hecho, es la apuesta clara de los dos grandes fabricantes de grupos, que en gama alta ni siquiera disponen de opción de cambios mecánicos.
Las ventajas se han ido haciendo patentes durante los más de 10 años que lleva habiendo grupos electrónicos en el mercado. El funcionamiento de los cambios no se ve afectado por el desgaste y la precisión de los mismos es total, siendo mucho más complicado que salte un piñón o se salga la cadena al cambiar de plato.
RECOMENDADO
Sin embargo, tienen una pequeña desventaja, necesitan electricidad para su funcionamiento. Energía que es proporcionada por baterías de iones de litio, muy similares a las que utilizan muchos aparatos electrónicos que manejamos en el día a día. Evidentemente, esto produce una nueva preocupación en el ciclista: el miedo a quedarse sin batería a mitad de ruta.
Pese a que la autonomía de la carga de las baterías de los grupos electrónicos es amplia, en torno a 2.000 km en los de Shimano y Campagnolo y algo más de 1.000 km en los grupos AXS de SRAM, cuando se empieza a usar estos grupos no es raro que nos olvidemos de ellas hasta el día en que nos quedamos sin batería a mitad de ruta. Desde entonces, muchos entran en paranoia y optan por cargar las baterías casi cada día.
Cuidar las baterías
Las baterías que usan las bicis se elaboran mediante iones de litio. Se caracterizan por su ligereza en comparación con otro tipo de baterías usadas en el pasado como las de cadmio o plomo, mucha densidad energetica, es decir, pueden almacenar más energía en menor espacio. Tampoco sufren el efecto memoria de las baterías tradicionales, que acababa minando la capacidad de almacenamiento si la carga no se realizaba estando completamente descargadas.
En el caso de las baterías de iones de litio, podemos realizar la carga en cualquier momento sin que esto afecte al rendimiento de las mismas. Sin embargo, su vida útil está definida por los ciclos de carga que puede soportar, es decir, si nos acostumbramos a cargar constantemente sin haber gastado la batería, estaremos haciendo más cargas de las necesarias y, por lo tanto, la batería durará menos tiempo.
Por tanto, el primer consejo para alargar el funcionamiento de las baterías de nuestros cambios sería no cargarlas a diario. En primer lugar porque no es necesario ya que a un cicloturista medio le pueden durar varios meses. En su lugar es preferible acostumbrarnos a verificar de forma regular su estado. Es tan simple como verificar los leds disponibles en la centralita en el caso de Shimano y Campagnolo o en los propios cambios en el inalámbrico de SRAM y no realizar la carga hasta que no veamos el color rojo. Algo que también podemos hacer mediante las aplicaciones específicas para móvil de cada fabricante.
En cualquier caso, no ocurre nada porque realicemos una carga en cualquier momento, por ejemplo, nos vamos unos días de vacaciones con la bici y no queremos llevar el cargador. Podemos dejar cargadas las baterías completamente antes de salir y despreocuparnos durante los días que estemos fuera.
Lo que si que no conviene es apurar al máximo la carga de la batería y hacerlo en cuanto el led cambie de color. Ya no por la posibilidad de que nos toque finalizar la ruta sin poder elegir el desarrollo que queramos, sino porque las descargas profundas sí que pueden dañar las baterías de litio. Por suerte, es difícil llegar a ese punto en las baterías de los cambios ya que estos dejan de funcionar antes de que la energía de la batería caiga tanto como para dañarse.
Otros consejos habituales para mantener en buen funcionamiento las baterías es, si no vamos a utilizar la bici durante un tiempo, dejar las baterías con una carga intermedia. No es recomendable que queden almacenadas totalmente cargadas. También es preferible un lugar fresco y seco, esto último es algo a tener en cuenta por quienes dejan la bici en la terraza.
A la hora de mejoar el funcionamiento de las baterías no debemos olvidar revisar periodicamente las actualizaciones de firmware del grupo que las marcas van publicando y que, además de ir mejorando el funcionamiento del grupo y solucionando problemas que se van detectando, en muchas ocasiones también buscan optimizar el consumo de energía del grupo.
No nos debemos olvidar de las baterías de las manetas en el caso de SRAM o en los grupos actuales de Shimano que disponen de comunicación inalámbrica entre las manetas y el resto del grupo. En este caso nada podemos hacer con el tema de la carga ya que se tratan de pilas de botón convencionales.
El problema con ellas es que su duración está estimada en unos dos años, por lo que es complicado hacer un seguimiento de la carga de las mismas y nos podemos volver locos el día que de repente nos comienza a funcionar mal el cambio sin caer que la causa puede estar en ellas.
Nuevamente, un vistazo a la aplicación específica de cada grupo nos dará información precisa sobre su estado. También podemos programarnos una alarma en el calendario del móvil para que nos avise en año y medio o así, para cambiarla. Son baterías baratas y podemos incluir su sustitución como parte del mantenimiento habitual de la bici.
Con estas precauciones, nuestros grupos electrónicos funcionarán sin problemas durante muchos miles de kilómetros, de hecho, tenemos fichados en nuestra grupeta varios grupos de primera generación: un Dura-Ace, un Ultegra y un SRAM Red que a día de hoy continúan funcionando como el primer día.