Qué es mejor para perder peso ¿correr/andar o bici?
Montar en bici o correr son dos buenas maneras de bajar peso, ya que los dos son grandes quemadores de calorías. Ambos deportes comparten beneficios para nuestro cuerpo, aunque es innegable que cada uno tiene también sus particularidades. Conocer qué nos aporta cada uno y cuáles son nuestras metas es básico para decidir por cuál nos decantamos.
La gran pregunta para perder peso: ¿bici o correr?
Es bastante habitual que aquellas personas que pesan unos kilos de más decidan cambiar su estilo de vida para conseguir un peso más apropiado sobre la báscula. Todos sabemos que el deporte juega un papel muy importante en esta misión, pero a partir de aquí es fácil que nos asalten muchas dudas. Una de las más comunes es preguntarnos, ¿es mejor ponernos el casco y salir con la bici o vale más la pena calzarnos las zapatillas e ir a correr?
Lo primero que hay que saber es que el deporte es importante pero no basta solo con ello. Para bajar de peso también es necesario alimentarse correctamente y cambiar nuestros hábitos por unos más saludables.
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Otro aspecto a tener en cuenta es que tanto el running como el ciclismo son dos excelentes deportes para llevar a cabo este cometido. Ahora bien, entender cuáles son los beneficios que nos aportan y cuál se adapta mejor a nosotros nos ayudará a tomar la mejor decisión.
La respuesta rápida es que el running es mejor para perder peso. El motivo es que el cuerpo quema más calorías al correr que al montar en bici.
Establecer la cantidad exacta de calorías es un ejercicio que roza lo imposible, ya que intervienen muchos factores distintos. Para saber cuántas calorías quemamos lo mejor será visitar a un especialista. Aun así, podemos generalizar para hacernos una idea: mientras que correr durante una hora nos hace perder entre 550 y 830 calorías, montar en bici el mismo tiempo supone una quema de entre 500 y 730 calorías.
El ciclismo, una opción interesante que puede ser mejor que el running
En general el ciclismo es un ejercicio más suave, por lo que nos podrá dar mejores resultados. La razón es que aunque quema menos calorías que el running, lo podremos practicar durante más tiempo y por tanto el número de calorías quemadas al final del entreno será mayor.
Hay que recordar que, como es normal, las calorías totales dependerán de la intensidad y la duración del ejercicio, más allá de si estamos corriendo o montando en bici. Sea como sea, la bici es un buen método para quemar calorías y perder grasa abdominal.
Otra ventaja de montar en bici es que las articulaciones sufren bastante menos. Un argumento que puede ser decisivo para algunas personas, especialmente aquellas que tengan problemas en las rodillas o sobrepeso.
Sin embargo, el ciclismo tampoco se libra de los daños colaterales. Aunque las articulaciones estarán mucho más aliviadas, podría llevar a sufrir problemas lumbares. De ahí la importancia de consultar a un especialista antes de empezar a hacer cualquier ejercicio, además de en el caso de salir en bici asegurarnos de que la talla y la altura del sillín sean las correctas.
Deberemos decantarnos por el ciclismo si lo que queremos es ganar masa muscular, aunque para lucir unos músculos voluminosos habrá que combinar la bici con ejercicios con pesas.
Finalmente, el ciclismo puede ser una rutina más fácil de incorporar en el día a día. Cada vez es más habitual ir al trabajo dando pedales, algo impensable de hacer corriendo a menos que se nos hayan pegado las sábanas y perdamos el autobús.
Correr, ventajas del deporte más antiguo del mundo
Seguramente sea la actividad física -junto con andar- más económica que podamos realizar. Apenas se necesitan unas zapatillas, mientras que el ciclismo exige un desembolso de dinero más grande para comprar todo el material que necesitamos y su posterior renovación o mantenimiento.
Deberemos escoger el running si queremos mejorar el tono muscular, especialmente en los glúteos, los cuádriceps y los isquiotibiales. He aquí la principal diferencia con el ciclismo: correr no aumentará el tamaño de los músculos, sino que nos ayudará a tonificarlos.
¿Y por qué si montamos en bici sí aumenta la masa muscular? Porque los músculos trabajan contra una resistencia (los pedales), algo que no ocurre cuando corremos. De ahí que los corredores suelan ser más delgados que los ciclistas.
Cuando corremos ponemos en funcionamiento muchos músculos por todo nuestro cuerpo. Esto hace que sea una buena elección si lo que queremos es aumentar nuestro tono muscular general, que vendrá determinado por el tiempo que entrenamos sin fatiga muscular.
Además, nos dará mejores niveles de densidad ósea, algo que se va perdiendo con la edad y, por otro lado, será más efectivo que el ciclismo para ejercitar el core.
Por último, como decíamos antes, corriendo quemamos más calorías por hora que en bici; así que necesitamos menos tiempo para deshacernos de las mismas calorías.
Parecidos más que razonables
El ciclismo y el running comparten varias similitudes que los convierten en dos deportes que tienen más cosas en común de las que podríamos pensar en un primer momento.
En primer lugar, ambos son aeróbicos. Gracias a esto nos aportan beneficios realmente buenos para nuestro cuerpo. De hecho, quien practica cualquiera de estos dos deportes tiene un índice menor de enfermedades cardiovasculares, hipertensión o colesterol.
Los dos son ejercicios de exterior que pueden estar muy en contacto con la naturaleza, aunque a menudo también se practican en entornos urbanos. Aun así, se pueden practicar en interiores con un rodillo/bici estática o con una cinta de correr.
En ambos casos la salud cardiovascular sale reforzada, por lo que aumentará el flujo sanguíneo y el oxígeno en el cuerpo. Aun así hay que considerar que todos los excesos son malos, por lo que un ejercicio demasiado intenso puede tener un efecto negativo en la salud de nuestro corazón.
Para elegir entre uno u otro habrá que acudir al médico para que nos explique qué es lo mejor en nuestro caso. Si nos da luz verde para practicar ambos deportes, tendremos el bendito problema de escoger uno de ellos. Para ello deberemos pensar qué objetivo queremos alcanzar y si lo que queremos es ganar músculo o tonificar el cuerpo.
Si no nos decidimos, como los beneficios que nos aportan a la salud cardiovascular son muy parecidos, lo mejor será escoger el que nos guste más. Al fin y al cabo los resultados solo se verán si nos mantemos constantes, algo que será más difícil si practicamos algo que no nos gusta. Y para los más indecisos, siempre se puede optar por una combinación de los dos.