Peter Sagan calla todas las críticas

Hubo un tiempo en el que el palmarés de Peter Sagan estuvo muy lejos de su talento. Antes de ganar su primer Mundial y tras varias temporadas luchando con los mejores, el eslovaco completó una fantástica temporada. En ella mostró su infinito potencial, pero el ciclismo no recompensó su valentía con ninguna gran victoria. 

Milán-Remo, Tour de Flandes, París Roubaix y el Mundial en Ruta, las cuatro grandes pruebas para las que parte como favorito cada año, se le resistían una y otra vez. Hasta que todo cambió. Menos de tres años después y consolo 28 años sus críticos ya no tienen nada que decir. 

El Tour de Flandes y los tres Mundiales consecutivos

El primer Mundial, ganado en suelo norteamericano, rompió las barreras mentales que le atenazaban. Pocos meses después escenificó el cambio de era con su triunfo en el Tour de Flandes, su primer monumento, sobre Fabian Cancellara, el gran dominador de la última década. 

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Los dos siguientes Mundiales también llevaron su nombre, alcanzando el olimpo de la prueba junto a ciclistas como Eddy Merckx u Óscar Freire. Nadie ha conseguido lo que él tiene al alcance de la mano: vestir el arcoíris durante cuatro temporadas. 

La victoria en Roubaix, definitiva

Con su victoria en la París-Roubaix, Peter Sagan ha cerrado definitivamente el debate sobre su figura. El eslovaco aseguró en la línea de meta que "he soñado desde niño con esta victoria" y que "no cambiaría ni por todos los títulos del mundo mis triunfos aquí y en Flandes". 

Unas palabras que dimensionan el éxito cosechado, que le coloca como uno de los pocos capaces de vencer en Flandes, Roubaix y el Mundial en Ruta. De hecho, se ha convertido en el primero que vence en la clásica del adoquín como campeón del mundo desde Bernard Hinault.

La victoria en la Milán-San Remo, que debería llegar antes o después, es la que menos ha motivado siempre al ciclista. 

Peter Sagan es uno entre un millón, la referencia actual del pelotón ciclista. Su palmarés, ahora sí,está acorde con ello.