Plogging, un buen entrenamiento cruzado para cualquier amante del medio ambiente
El plogging es una actividad que está ganando adeptos en los últimos tiempos. Pero, ¿de qué se trata este entrenamiento que permite quemar 300 calorías en 30 minutos?
Plogging, ¿moda o compromiso medioambiental?
Vaya, otro tipo de entrenamiento novedoso. Qué poca novedad, pensarás. Por eso te hacemos tres preguntas: ¿te preocupa el cuidado del medio ambiente? ¿Te gusta comprometerte y ser parte activa en su conservación? ¿Eres inquieto con respecto a probar nuevas formas de entrenar? Pues si has dado tres síes por respuesta, el plogging es tu entrenamiento.
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Sus cifras aproximadas son 300-30, es decir, una quema aproximada de 300 calorías entrenando en torno a 30 minutos. Si duplicas el tiempo y se va hasta una hora, la quema de calorías se dispara alrededor de las 800.
Pero, ¿qué tiene de especial esto del plogging? Pues que esa conciencia medioambiental juega un papel fundamental. Porque el plogging consiste en correr y recoger residuos al mismo tiempo. Está de moda, porque no es un paseo, sino que se trata de contabilizar distancia y número de residuos que una persona es capaz de recoger en un determinado intervalo de tiempo. Digamos que quien más avance y quien más residuos contabilice, gana.
De dónde viene el concepto de plogging
El plogging se ha hecho bastante popular tanto en los países nórdicos europeos como en ciertas regiones estadounidenses. Si tenemos en cuenta que se estima que los runners del mundo son más de 25.000 al día, si todos y cada uno de ellos practicase el plogging, los espacios naturales estarían limpios como una patena.
Hoy, que el desarrollo sostenible es un objetivo perseguido a todas las escalas, se buscan este tipo de actividades combinadas para fomentar su consecución. Su nacimiento tiene origen sueco, aunque el término suene a anglosajón. Plocka upp significa recoger del suelo en sueco. Y, efectivamente, los anglosajones metieron su parte, la de jogging, trotar a ritmo medio, para formar el concepto de plogging.
Por supuesto, como ciclista puede pasar a formar parte de tu entrenamiento desde hoy mismo. Pero es que incluso si decides hacerlo desde la bicicleta, también es posible. Algunas personas lo están aplicando subidas a las dos ruedas, para así entrenar también el equilibrio y el core de modo estático y con una sensación constante de estar encima de la bici.
Este tipo de propuestas se van extendiendo. Son muchos los científicos que, al acercarse al deporte, descubren la generación de energía que se está derrochando. Cintas de correr y bicicletas en gimnasios cuya energía producida por los que entrenan se desperdician y podrían generar electricidad; o personas haciendo step en la naturaleza cuando el plogging se asemeja muchísimo pero además limpia el entorno.
Sabiendo lo que tarda en descomponerse una lata de refrescos, por ejemplo, que no se compone de materiales biodegradables, recogerla haciendo plogging evita este marrón a la naturaleza, que es de todos y entre todos deberíamos cuidar. Y para hacerlo, necesitas el mismo equipo que cuando sales a correr de forma normal, excepto por una cosa más: una bolsa de basura tamaño medio, de las de papeleras de 20 litros, para que el plogging pase a formar parte de tu rutina de entrenamiento.