La última polémica en las contrarrelojes: llevar el coche cargado de bicis para ahorrar segundos
Que Filippo Ganna, el campeón del Mundo de la especialidad, venciera en la crono inicial de la Tirreno-Adriático 2022 no fue una sorpresa para nadie. Sin embargo, a lo largo de la última semana, varias voces se han alzado desde dentro y fuera del pelotón para denunciar un 'truco' aerodinámico utilizado por su equipo y por otros, y que cae en un limbo legal. Y así, ya tenemos la última polémica en las contrarrelojes: llevar el coche cargado de bicis para ahorrar segundos. Veamos cómo funciona este ardid que las escuadras acaban de sacarse de la manga y cuánto puede ganarse gracias a él en la vida real.
Con el coche cargado de bicis para ahorrar segundos
Lo cierto es que ir con la baca del coche de equipo repleta es habitual en competición, así que en principio la imagen no te extrañará demasiado. Pero eso es en las etapas y carreras en línea. En las contrarrelojes, lo normal es llevar solo una o dos. Es obvio el porqué. Únicamente hay que asistir a un corredor, no a ocho, así que... ya es improbable que tenga que cambiar de bicicleta dos veces en los 15 km que duraba esta CRI (e incluso en una de 40 km). Más, casi imposible.
De ahí que Alex Dowsett, especialista del Israel Premier Tech y 5º clasificado aquel día sin usar esta nueva técnica, asegurara en el portal Cyclingnews, con un puntito de retranca: "Supongo que debían de estar probando un prototipo de cubiertas con mucha propensión a los pinchazos, y por eso necesitaban llevar 10 bicis".
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Ya más en serio, el británico opinaba que lo que equipos como Ineos Grenadiers, Quick-Step o BikeExchange estaban haciendo era explotar un vacío legal. "Es una zona gris, que está entre lo que dice el reglamento y el espíritu de 'fair play'. No hay ninguna regla que lo prohiba, así que no es hacer trampas. Pero mientras que un buzo es algo que permite al corredor ir más rápido, un empujón por detrás... ¿eso es 'fair play'? Surgen muchas preguntas con esto".
Porque Filippo Ganna fue el más visible de los ciclistas en utilizar el polémico truco (al acabar siendo el vencedor de la prueba), pero ni mucho menos el único. El segundo, Remco Evenepoel, también llevaba tras él un coche cargado de bicis hasta la bandera. Y lo mismo vale para el cuarto, Kasper Asgreen. Desde luego, faltaría más que la formación belga del 'zorro' Lefevere se dejara escapar cualquier innovación en este sentido. El único que no lo hizo entre los primeros fue, precisamente, Tadej Pogacar. Pero quizá tenga que planteárselo, pues sus grandes rivales, los Jumbo-Visma, sí emplearon la nueva técnica en la París-Niza. Y, de hecho, son casi sus 'culpables', como veremos.
Llegados a este punto, quizás te estés preguntando: lo que importa en la aerodinámica es lo que vaya delante, no detrás, ¿verdad? Entonces, ¿qué impacto puede tener el número de bicis que lleve encima el coche que te sigue en una crono? Pues... alguno, aunque no está demasiado claro cuánto de grande.
La teoría tras los coches cargados de bicis en las cronos
Toda esta nueva y polémica moda proviene de las investigaciones de Bert Blocken, un ingeniero belga que trabaja en la Universidad Técnica de Eindhoven, en Holanda, y colabora activamente con la formación neerlandesa Jumbo-Visma. El equipo de este científico lleva varios años estudiando el rebufo, pero no solo de los vehículos que preceden a los ciclistas. También de aquellos que los siguen.
Ya en 2020, él mismo lo explicaba de la siguiente manera en el portal CyclingTips: "Sabíamos por las ecuaciones de fluidos que, cuando un objeto se mueve en una climatología tranquila, no solo influye en el aire hacia detrás, sino también hacia delante. Se trata de un efecto pequeño, y por eso la gente no suele tenerlo en cuenta intuitivamente. Pero es verdad que, si conduces un coche detrás de un ciclista, estás empujando el aire con la parte frontal, y eso crea una especie de burbuja de mayor presión. El corredor sufre una succión del aire que va dejando atrás y, cuando ese área de succión entra en contacto con la burbuja y ambas se fusionan, disminuye la succión. En realidad, estás literalmente empujando al ciclista por detrás". Al final de este vídeo puedes ver una ilustración de cómo funciona la cosa:
Según los estudios realizados en el túnel del viento, un coche circulando justo 1 metro por detrás del corredor reduciría la resistencia aerodinámica en casi un 14% (más o menos lo mismo que uno que vaya 20 metros por delante). Una cifra que se reduce al 7% con 2 metros de distancia, al 4% a 3 metros, y a poco más de un 1% a 5 metros. Todo esto también pasa con una moto, pero con números aun mucho menores.
Ya en aquel momento, Blocken admitía que solo había hecho experimentos con coches de equipo sin bicicletas en la baca, pero que cuanto mayor fuera la superficie frontal, más acusado sería el efecto. "En cuanto pongas cosas en el techo, verás cómo el porcentaje (de ahorro) aumenta, aunque no demasiado", destacaba. Y tenemos que pararnos en estas 3 últimas palabras para ver cómo se traduce todo esto a la vida real de una contrarreloj.
Ganancias muy marginales en la realidad
En un estudio publicado en 2015, Blocken y sus colegas hacían una simulación 'realista' de una contrarreloj, y determinaban que el coche de equipo podía situarse a entre 10 y 3 metros por detrás del ciclista, lo que significa entre un 0,2% y un 3,7% de 'ganancia marginal', como diría Dave Brailsford, el jefe de Ineos. Eso significa que, en una crono de 50 km, ese corredor podría teóricamente limar entre 3,9 y 62 segundos respecto a otro que no llevara asistencia.
Pero claro, sucede que todos los profesionales llevan un coche siguiéndoles. Así que el escenario no nos sirve de mucho. Como ya sabemos, aumentar la superficie frontal del vehículo que llevas detrás incrementa el porcentaje de ahorro... pero no demasiado. Poniendo que las bicis en el techo aportaran un 10% adicional, hablaríamos de entre medio segundo y 6 segundos en 50 km. En 15 km, como era el caso, se quedaría entre 1 décima y algo más de 1 segundo.
Pero todavía hay que tener en cuenta otra cosa que existe en la vida real: las motos de la televisión, que suelen situarse entre el ciclista y el coche. Con lo cual, este se aleja aun más, y la cosa se iguala para todos. De hecho, Alex Dowsett, aseguraba que el efecto no se siente (lo que implica que, al menos, lo ha probado): "Tu potencia no cambia y tampoco el aire que tienes que desplazar por delante. Puede que mires y veas que estás haciendo 55 km/h en vez de 54, pero la verdad es que no se nota".
Además, el ciclista británico apuntaba que quizá no valga la pena por la sombra de duda que genera en torno a la persona que usa el 'truco'. Sobre todo, si esa persona tiene tanta superioridad como Filippo Ganna. "Con las distancias que saca al segundo, no necesita esa clase de influencia externa. Y nadie sabe cuál es exactamente la ganancia. Si está a 10 metros, puede ser una fracción de un 1%, pero si está a 30 metros, a lo mejor es el 0%".
Precisamente por esto, parece que los equipos tienen ahora un cierto incentivo para conducir el coche lo más cerca posible de su corredor. Sobre todo, con aquellos especialistas que no están entre los grandes favoritos y que salen de los primeros, porque no tendrán a la cámara con ellos durante todo el recorrido. Lo que, así dicho, suena bastante peligroso. Por desgracia, los atropellos suceden y esto suena a ir comprando papeletas para que se den más a menudo. ¿Tú qué crees? ¿Debería intervenir la UCI para poner reglas sobre llevar el coche cargado de bicis en las contrarrelojes... y, sobre todo, sobre cuánto puede acercarse al ciclista?