Polémica y críticas: marchas cicloturistas, competición y ciclistas profesionales

Carretera 18/10/23 10:00 Sergio P.

La victoria de Alejandro Valverde en una de las etapas de la Vuelta Cicloturista a Ibiza vuelve a retomar el debate sobre el concepto de estas pruebas y el papel de los ciclistas profesionales en ellas. Un debate que parte de un térrmino, cicloturismo, que poco tiene que ver con el ciclismo deportivo que se practica en la inmensa mayoría de marchas de cuantas se disputan en nuestro país.

El cicloturismo otra vez en el ojo del huracán

Que Alejandro Valverde es una bestia competitiva es algo que todos los que hemos seguido su carrera ya conocíamos. Que pese a que oficialmente se ha retirado del ciclismo profesional iba a seguir montando en bici al máximo nivel es algo que también todos dábamos por hecho.

A lo largo de esta temporada el ciclista murciano se ha centrado en las competiciones de gravel, culminando la temporada con el magnífico 4º lugar que ocupó en el Campeonato del Mundo de Gravel. Sin embargo, por el camino ha hecho lo que cualquier otro cicloturista suele hace como apuntarse a marchas con la diferencia de que hablamos de uno de los mejores ciclistas del mundo y que aún sigue manteniendo un nivel muy parecido al que tenía hace tan sólo un año cuando se batía el cobre contra los mejores.

Hace unos meses Valverde participaba en la célebre marcha Quebrantahuesos, donde batía el récord de la prueba imponiéndose, si es que este termino se puede utilizar, al resto de participantes con total rotundidad. Algo que se repetía hace unos día en la Vuelta a Ibiza Cicloturista cuya segunda etapa es competitiva. El murciano volvió a dejar salir su instinto y se hizo con la victoria.

Una actitud que vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el concepto de las marchas cicloturistas que, según todas las definiciones, se trata de una actividad en la que se excluye la competición. Sin embargo, cualquiera que haya participado en la mayoría de las que se celebran en nuestro país es consciente de que poco tienen que ver con hacer turismo en bicicleta a lo que alude el nombre con que se definen estas pruebas.

Se trata de pruebas donde prácticamente todos los que se apuntan afrontan un reto meramente deportivo. Unos estar entre los primeros puestos, pese a que no se permitan clasificaciones ni premios, aunque luego se acabe publicando una lista con los tiempos empleados por cada participante en completar el recorrido. Otros buscan mejorar sus registros de años anteriores o quedar por delante de sus amigos y compañeros de grupeta y, para otro buen número el reto es completar un trazado de distancia y desnivel poco habituales.

Gran parte de esta polémica parte, como hemos dicho, de la propia denominación de cicloturista y como se regula la competición máster en nuestro país. Las marchas resultan muy atractivas para el ciclista ya que le permiten emular a sus ídolos realizando grandes recorridos montañosos en los que medirse. Por su parte las carreras máster exigen un nivel de entrenamientos y dedicación al alcance de pocos ciclistas y tener que hacer largos desplazamientos para competir durante apenas un par de horas resulta poco sugerente para la mayoría.

En su lugar, las marchas cicloturistas ocupan el lugar que en otros deportes ocupan las pruebas populares que se consideran competiciones en sí mismas sin importar el nivel de sus participantes. Un claro ejemplo es el running o el triatlón, donde los participantes en sus pruebas tienen claro que están compitiendo. Incluso en el propio ciclismo, en mountain bike, las marchas suelen considerarse como competiciones de mountain bike maratón.

La hipocresía del cicloturismo en nuestro país contrasta con cómo se enfoca esta actividad en otros países de nuestro entorno. Un ejemplo muy claro es el paradigma de las marchas en Italia. Las Granfondo, como se les denomina allí, son carreras en toda regla en las que participan equipos perfectamente organizados. Sin embargo, ello no evita que cualquiera pueda tomar parte en ellas aunque sólo sea con el mero objetivo de completar el trazado.

Un debate recurrente y que nadie, ni organizadores ni federaciones se atreve a afrontar de una forma contundente y que acaba provocando polémica cada cierto tiempo, sobre todo, cuando se producen situaciones como la de las participación de profesionales y exprofesionales que, estos últimos, pese a su nivel físico, desde que dejaron la competición se han convertido en ciclistas como cualquiera de nosotros y, al igual que a la mayoría, les gusta tener sus buenos piques y hacerlo lo mejor posible.

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