¿Por qué el DH o el Enduro no son olímpicos?
La llegada de los Juegos Olímpicos siempre reabre el debate sobre los deportes que deberían formar parte del evento deportivo más grande del planeta. A pesar de que la lista se actualiza de manera constante y de que el ciclismo está presente en cinco modalidades distintas, ni el DH ni el Enduro están consideradas disciplinas olímpicas.
El encaje del DH y el Enduro en los Juegos Olímpicos: ¿por qué estas disciplinas están fuera de París 2024?
Los Juegos Olímpicos de París 2024 atraerán la atención de miles de millones de espectadores de todo el mundo. Se trata de un acontecimiento en mayúsculas con cifras astronómicas tanto en inversión como en difusión. A modo de resumen, estos días hay en juego 329 medallas de oro, disputadas por 10.500 atletas repartidos en 51 disciplinas olímpicas y pertenecientes a 206 delegaciones. La edición número 33 de los Juegos modernos incluirá por primera vez el breakdance como muestra de que la lista de deportes es dinámica y está en constante revisión.
El ciclismo es parte inherente de los Juegos Olímpicos. De hecho, tanto las pruebas de carretera como las de pista formaron parte de la primera edición de la era moderna en Atenas 1896. Un siglo más tarde debutó el MTB en Atlanta 1996, mientras que el BMX hizo lo propio en Pekín 2008 -el BMX freestyle llega este año por primera vez tras estrenarse en los uegos Olímpicos de la Juventud de 2018 en Buenos Aires-.
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Sin embargo, ni el DH ni el Enduro figuran en el programa olímpico de París 2024. A pesar de que carecen del seguimiento de otras competiciones que son mediáticamente mucho más poderosas, lo cierto es que en los Juegos Olímpicos es habitual encontrar deportes con una limitada repercusión.
Uno de los principales problemas que se esgrimen para no incluir a estas dos modalidades es que los JJ. OO. suelen cerebrarse en grandes ciudades, que no acostumbran a tener montañas cercanas en las que disputar pruebas de DH o de Enduro. Así, mientras que para el XCO basta con encontrar una colina como Elancourt -donde se ha ubicado el circuito de París 2024-, para estas otras disciplinas se necesita un mazizo montañoso mucho más grande, escarpado y con caminos más largos.
Aun así, este argumento tiene poco valor, ya que es habitual que algunas sedes olímpicas estén fuera de la ciudad principal. Sin ir más lejos, es lo que ocurre en París con el surf, que tiene lugar en Teahupo'o (Tahití, en la Polinesia Francesa).
Otra razón podría ser el aumento en el coste financiero y logístico para los anfitriones. Ambas pruebas requerirían de bastantes recursos económicos, aunque cuesta pensar que puedan suponer un problema serio para un presupuesto tan grande como el que se maneja en la organización de unos Juegos Olímpicos.
Por otro lado, la lista de deportes opositores a conseguir una plaza olímpica es grande, por lo que el interés de convertir el DH y el Enduro en disciplinas olímpicas se da de bruces contra el embudo de la ecuación; muchas peticiones y pocas concesiones.
El argumento de mayor peso es que es bastante probable que la inclusión del DH o el Enduro llevase a sacrificar otras disciplinas ciclistas. Tanto las pruebas de carretera, como de pista o MTB parecen intocables. El bagaje histórico de las dos primeras dificulta la operación. El ciclismo de pista reparte muchas medallas y, puestos a elegir, podría ser la disciplina seleccionada para prescindir de alguna prueba.
La facilidad de albergar competiciones sobre la pista de un velódromo y el peso de la historia juegan en contra del DH y el Enduro, aunque en el horizonte a medio-largo plazo podría haber alguna oportunidad.
Otros argumentos de menor peso podrían ser, por un lado, que el COI suele tardar en incorporar los deportes en la cartera olímpica. A pesar de que está bastante arraigado este pensamiento, lo cierto es que en los últimos tiempos han tomado decisiones controvertidas y arriesgadas, como la llegada del skate, el breakdance, el surf o el propio BMX.
Por otro lado, en su momento también parecía que el DH no podía ingresar en el panorama olímpico porque las diferencias entre las bicis podían marcar llevar a una ventaja tecnológica. Aun así, el paso de los años ha ido equilibrando la balanza y ahora, con el ritmo de innovación más lento, las marcas han alcanzado un nivel similar.
Por todo esto, se antoja difícil ver el DH o el Enduro como parte de los Juegos Olímpicos en un horizonte cercano. El aficionado más purista pensará, además, que es positivo que sigan fuera de la burbuja olímpica para mantener la esencia y el nicho.
Para muchos otros, entrar en el escaparate de los Juegos Olímpicos sería una oportunidad única para visibilizar el deporte y una gran ocasión para disfrutar de los mejores riders por circuitos de ensueño, como se podría haber hecho en las inmediaciones de la estatuta del Cristo Redentor en Rio 2016, en el monte Fuji en Tokio 2020 o en los Alpes en París 2024.