Por qué rompen las horquillas de carretera y cuál es la solución
Una de las averías más espeluznantes que se puede producir en una bici de carretera es la rotura de la horquilla, algo poco habitual pero que si se produce en marcha puede ser motivo de un accidente grave y, sin embargo, cuando ocurre no suele ser un fallo del material sino que está relacionado con el mantenimiento que hacemos a nuestra bici. Te contamos cuales son las causas más típicas y cómo evitarlo.
Cómo evitar una de las averías más graves que podemos sufrir en nuestra bici
Los que llevéis unos años siguiendo el ciclismo de carretera seguro que recordaréis la París-Roubaix del año 2006 cuando el ciclista de Discovery Channel George Hincapie, uno de los favoritos en aquella edición del infierno de norte se dejaba la clavícula al romperse sorpresivamente el tubo de su horquilla mientras atravesaba un tramo de pavés.
No es algo que ocurra todos los días, pero cuando pasa, más nos vale que no sea mientras bajamos a toda velocidad un puerto ya que pocas o ninguna opción tendremos de salvarnos de una caída muy grave como le ocurrió al corredor norteamericano.
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Por suerte, los materiales con los que se fabrican las bicicletas y los métodos de construcción han evolucionado espectacularmente desde entonces y, pese a que todos los componentes se afinan al máximo, dejando sólo el material imprescindible, la fiabilidad también es enorme. Sólo hay que visitar la fábrica de cualquier marca del sector para comprobar de primera mano los rigurosos test de resistencia a los que son sometidos las bicis y el minucioso control de calidad que se realiza para garantizar la fiabilidad del producto.
Pero, por mucho que se traten de reducir las probabilidades, todo es susceptible de romper y la horquilla de la bici es, sin duda, uno de los elementos más críticos. De hecho, marcas como Merida, BMC o Specialized se han visto obligadas en el pasado a realizar un recall de algunos de sus modelos con la finalidad de revisar o sustituir las horquillas tras detectar roturas o algún problema que pudiera llevar a que se producjeran. Por suerte, este tipo de fallos en el producto es mínimo y suele ser detectado por las marcas antes de que ocurra algún accidente.
Qué causa que se rompa una horquilla
A menudo, el origen de una rotura de horquilla hay que buscarlo en el factor humano y suele estar derivado de un incorrecto mantenimiento.
Cómo decíamos antes, las diferentes partes que componen las bicis actuales se desarrollan apurando los diseños para conseguir eliminar material de donde no sea estrictamente necesario. Esto hace que los espesores de la fibra de carbono en determinadas zonas sean mínimos. Aparte, la fibra de carbono es un material con un claro comportamiento direccional, es decir, muestra gran resistencia en a dirección de las fuerzas para la que ha sido diseñada esa pieza en concreto pero, se muestra tremendamente frágil a la hora de atender otro tipos de esfuerzos no contemplados.
Si esto lo trasladamos a la horquilla de la bici, vemos que el motivo número uno de rotura lo encontramos en el tubo de la misma en la zona donde la potencia se abraza a este. Un problema que suele venir dado por un apriete excesivo que llega a cercenar las fibras, debilitando una zona que soporta de forma directa el peso del ciclista y en constante flexión a causa de las vibraciones del terreno.
También la zona de la cabeza, en torno al rodamiento inferior de la dirección es otro lugar delicado, sobre todo, en las horquillas actuales en las que la pista inferior que guía el rodamiento es el propio carbono de la horquilla. Una zona que no causa problemas cuando está todo bien ajustado, pero si aparece algún tipo de holgura, implica que el apoyo ya no sea correcto pudiendo llegar a situarse los esfuerzos fuera de las zonas destinadas a ello generando zonas de tensión que pudieran derivar en rotura.
Por supuesto, no nos podemos olvidar de los efectos de una caída. En este caso, una rotura suele ser más catastrófica y evidente. Pero, a veces el impacto no causa ningún problema visible a primera vista pero sí se han podido producir flexiones que pudieran ser fuente de alguna pequeña fisura en el tramado de carbono que, a la larga, pudiera conducir a la rotura de la horquilla.
Cómo evitar que se rompa la horquillas
Habréis intuido que a la hora de manipular una parte tan crítica de la bici como es la horquilla hay que tener muy claro lo que se está haciendo, sobre todo, con los modelos actuales de bici que con los cableados internos complican en gran medida cualquier operación mecánica en esta zona de la bici.
El primer punto a chequear es e rodamiento inferior. Es la zona de la horquilla que más tensiones recibe y por tanto, es imprescindible que el cojinete esté bien asentado en la pista practicada en el carbono, sin inclinaciones ni holguras. Por supuesto, la zona ha de estar lubricada con grasa específica para usar con fibra de carbono para evitar cualquier fricción no deseada que pudiera desgastar el material. Comprobaremos también que el rodamiento gira fino, sin puntos duros.
El siguiente paso a tener en cuenta es el ajuste. Desde que hace cerca de 20 años se comenzaron a popularizar las direcciones tipo Ahead frente a las tradicionales de tuerca y contratuerca roscadas al cuello de la horquilla el sistema de fijación de la dirección apenas ha cambiado.
Un tornillo situado en la parte superior comprime el conjunto horquilla, dirección, potencia hasta el punto justo en el que la dirección gira con suavidad, sin puntos duros ni holgura. Una vez obtenido este ajuste preciso, unos tornillos a modo de abrazadera aprisionan la potencia en torno al tubo de la horquilla. Un exceso de apriete de esta abrazadera de la potencia puede dar lugar a que se aplasten las fibras de carbono del tubo. Para evitarlo es imprescindible aplicar el apriete justo que fija el fabricante para lo que es necesario emplear una llave dinamométrica.
También es básico en este punto que la horquilla esté cortada a la altura precisa. Si lo está en exceso no habrá suficiente superficie de la potencia en contacto con la horquilla para proporcionar un apriete fiable. También es importante que el expansor que se coloca en el interior del tubo de la horquilla y que proporciona el punto de anclaje necesario para presionar el conjunto de la dirección esté fijado sólidamente y cuente con la longitud suficiente para abarcar el ancho de la abrazadera de la potencia. Contar con esta pieza en el interior del tuvo lo refuerza frente a las fuerzas de apriete de la abrazadera evitando que se pueda aplastar.
Por último, es conveniente revisar cada cierto tiempo el conjunto horquilla dirección. Primero, para comprobar que no han aparecido holguras, que resultan evidentes si, en parado, bloqueamos el freno delantero y tratamos de mover la rueda delante y detrás. En segundo lugar para verificar que no existen fisuras en el carbono ni zonas dañadas. Ante cualquier duda, lo ideal es consultar con un mecánico especializado o incluso con la marca para determinar si es necesario proceder a la sustitución de la horquilla.
¿Y si hay que cambiar la horquilla?
Ya no nos vamos a poner en el extremo de haber llegado al punto a que se nos rompa la horquilla. Si detectamos un problema grave que nos obligue a cambiarla es algo que no debemos dejar de lado. No olvidemos que se trata de un elemento vital en nuestra seguridad.
Si tenemos que optar por poner una horquilla nueva, la primera opción ha de ser la propia marca de la bici para intentar conseguir el modelo específico que corresponda a nuestra bici. Lejos de lo que ocurría con las bicis tradicionales, hoy en día el cuadro y la horquilla de casi cualquier bici de carretera forman un conjunto integrado e inseparable.
Sin embargo, nos podemos encontrar en el caso que nuestro modelo se encuentre descatalogado y ya no existan repuestos por lo que no nos quedará otra que recurrir a un modelo genérico. En ese caso lo primero es confiar en una horquilla de un fabricante reputado que nos garantice unos buenos asientos de los rodamientos y la calidad de construcción de un elemento que, recordemos una vez más, es crítico en lo que refiere a la seguridad del ciclista.
Es tremendamente importante elegir una horquilla de similares características a la que teníamos. Esto implica que no se debe de modificar la altura de la misma ni el avance, que determina en gran manera la geometría de la dirección y por tanto el comportamiento de la bici.
Una vez que tengamos horquilla nueva, el siguiente punto crítico es el corte de la misma. Imprescindible medir dos, tres o las veces que haga falta antes de proceder al corte a la altura deseada y, a la hora de cortar, utilizar una sierra de calidad y una guía que nos permita realizar un corte recto y limpio, sin que se produzcan delaminaciones en el carbono del tubo.