Por qué hubo tantos pinchazos en la Copa del Mundo de Mont Saint Anne
Los pinchazos marcaron el destino de varios corredores en la Copa del Mundo XCO de Mont Sainte Anne. La lluvia descargó con fuerza en la última prueba de la temporada y nos brindó una carrera de riesgos en la que los mecánicos tuvieron más faena que de costumbre. Fluckiger, Sarrou y Lecomte fueron solo algunas víctimas.
Fluckiger, Sarrou, Blevins, Lecomte o Courtney: los pinchazos dejan una larga lista de afectados
La cita de Mont Sainte Anne puso punto y final a la Copa del Mundo XCO 2023. La temporada se despidió por todo lo alto con una carrera imprevisible que tuvo muchas alternativas desde el principio. Las duras condiciones climatológicas complicaron la existencia de los corredores, que estuvieron expuestos a resbalones, pérdidas de tracción y pinchazos.
Mathias Fluckiger sufrió dos pinchazos en la rueda trasera. El primero sucedió cuando lideraba junto con Pidcock después de desprenderse de quienes por aquel entonces formaban el grupo de cabeza. El suizo estaba inspirado y, tras un rápido paso por la zona técnica, pudo regresar a la rueda del campeón del mundo.
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El segundo pinchazo fue más doloroso. La victoria era parte casi imprescindible para lograr la general y, aunque los mecánicos volvieron a dar un gran servicio, Fluckiger ya no tuvo tiempo de reengancharse de nuevo, mientras que Pidcock rodó hasta la meta sin errores y con un ritmo sensacional.
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Jordan Sarrou fue el otro gran damnificado de la jornada. El francés llegó a Canadá con grandes opciones de llevarse la general. Aunque la salida fue mala, la situación se agravó cuando sufrió un pinchazo en la primera vuelta. El incidente le obligó a reincorporarse muy atrás en la tabla, pese a que pudo remontar para salvar el subcampeonato.
Otro que tuvo que acudir al mecánico en la primera vuelta fue Christopher Blevins, que no tuvo su mejor día después de quedar tercero en el Short Track.
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Loana Lecomte se llevó la victoria en la categoría femenina pero tuvo que reponerse tras un pinchazo en la rueda trasera. Aunque perdió muchos segundos en la zona técnica, la francesa estaba desatada y fue capaz de volver a conectar con la cabeza de carrera, por entonces integrada por Pieterse y Rissveds, y acabar ganando en solitario.
Por su parte, Kate Courtney también padeció las consecuencias de un pinchazo, que en su caso se produjo en la primera vuelta.
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Lluvia, presión y riesgos: qué se esconde detrás de los pinchazos de Mont Sainte Anne
Las condiciones tan particulares en las que se disputó la prueba exigían que los corredores adoptaran unas medidas a la altura de las circunstancias. La lluvia y el barro fueron protagonistas desde las carreras sub23 y, aunque dejó de llover para en la prueba masculina Élite, el circuito empapado invitaba a los resbalones y a los sustos contínuos.
La receta para estos casos es montar neumáticos con presiones bajas, con el objetivo de tener más agarre. Sin embargo, este tipo de condiciones en un circuito como el de Canadá propiciaron que raíces y piedras difíciles de ver emergieran a la superfície. A su vez, esto provocó que aumentaran las posibilidad de pinchar la rueda.
La tecnología ha avanzado mucho, pero ante cortes de piedras afiladas, picotazos profundos o pinchazos agresivos, poco se puede hacer. Así, los corredores juegan con la presión y algunos también se inclinan por montar un neumático más estrecho.
La cabeza juega un papel muy relevante en estos casos; ser capaz de detectar los peligros y reaccionar rápido para elegir la mejor trazada es fundamental para sortear pinchazos que, de otra manera, se vuelven inevitables. En este sentido, Fluckiger y Lecomte tomaron muchos más riesgos en las zonas técnicas, lo que puede explicar los pinchazos que sufrieron.
Tom Pidcock se refirió a ello tras la carrera: "Intenté cometer los menos errores posibles, pero también conservar la bici porque Mathias volaba por los descensos como un loco, pero también pinchó dos veces".