El presupuesto del equipo Sky reabre el debate: ¿sí o no al tope salarial?

En el último lustro, el debate en torno al tope salarial en diferentes deportes se ha abierto de par en par. Este método, totalmente importado de la NBA, pretende evitar males mayores en el futuro. Tal es la preocupación que hasta los poderes europeos se han preocupado por ello.

Por qué el equipo Sky es el centro de las críticas

El concepto de “tope salarial”, como decimos, nació con la pretensión de ejercer cierto control sobre los salarios y presupuestos en la NBA. Desde ahí, se ha extrapolado a otros deportes de otras regiones del planeta, y en Europa el caso más factible ha sido sin duda el del fútbol. Con el claro principio de evitar una burbuja económica, el pleno de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó hace unos años un documento en el que advertía de esta realidad, de sus riesgos y de la necesidad de imponer medidas para evitar males mayores. En el ciclismo, el equipo Sky encarna totalmente estas preocupaciones.

Y es que el presupuesto del pasado año, de más de 38 millones de euros, ha vuelto a reabrir un debate que viene de largo.

El presupuesto del equipo Sky y su liderazgo

Con estas cifras, la complejidad de formar una escuadra fuerte y competir para ganar se antoja más factible. Por ello, el ejemplo del fútbol en España puede servir de paralelismo: imponer un tope salarial a los clubes y unos criterios contables de obligado cumplimiento puede salvar la sostenibilidad del ciclismo.

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Y se hace hincapié en esta cuestión: el techo sería para los equipos y no para los ciclistas. La UCI no entraría a debatir en sus cuentas internas, entre otros motivos, porque este desglose tampoco es transparente. De hecho, en esas cifras publicadas del presupuesto del equipo Sky tan sólo se da el valor absoluto, y se ocultan el resto de datos, lo que complica conocer incluso los salarios de los corredores.

Los argumentos van más allá del equilibrio y la sostenibilidad de este deporte, y muchos ciclistas profesionales ya han apuntado que se podría mejorar la llegada de más y  más variados patrocinadores si la cota de entrada baja, y que permitirá la planificación y los resultados no dependan en tan alto grado del presupuesto del equipo. Alberto Contador, por ejemplo, se manifestó a favor de un techo de gasto, que cifró aproximadamente en unos 15 millones de euros, que teniendo en cuenta los sueldos de los ciclistas puede ser una cifra lógica. Su excompañero, Lance Armstrong, respondió diciendo que “es fácil decir eso cuando te retiras”. El debate está servido.

En defensa del ciclista español no sólo hay voces críticas y del Consejo Europeo, sino que el mismísimo David Lappartient, presidente de la UCI desde septiembre, se ha mostrado a favor de estas medidas. El francés no sólo está a favor, sino que en declaraciones a la televisión belga afirmó que es necesario y que “este sea para los equipos y no para los ciclistas. Un techo de presupuesto, para que si gastan mucho en un ciclista deban compensar con otros”.

El debate está servido y las opiniones, incluso opuestas, son evidentes. Lo que sí es seguro es que para tomar decisiones al respecto ahora es el momento preciso, cuando las grandes vueltas han terminado y el mundial de ciclismo en Innsbruck termina este domingo, lo que evitará especulaciones sobre si estas medidas se toman o no independientemente del equipo Sky y de su abultado presupuesto.