Primeras pedaladas con la Mondraker Dusty XR
La Mondraker DUSTY acaba de ser presentada al público. Con ella la marca española inaugura una categoría hasta ahora inexplorada. Mondraker, un fabricante dedicado durante años en exclusiva al MTB en los que se incluyen grandes resultados en copas del mundo, tanto de DH como de XCO, da el salto al gravel y lo hace directamente con una bicicleta asistida.
Una revolución dentro de Mondraker
Siendo una marca con tanta personalidad y con esta trayectoria, desde principio podíamos imaginar que el carácter de la DUSTY sería el de una bicicleta “cañera”, con unas cualidades que van más allá de las que puedes esperar de cualquier e-Gravel.
La DUSTY llega para ser la opción de aquellos que quieren llegar pedaleando con su gravel a cualquier lugar del planeta. Cuenta con un cuadro compacto y absorbente que la dotan de comodidad. Junto con un peso contenido gracias al uso del motor MAHLE X20, que además proporciona una asistencia gradual y poco intrusiva.
El mejor lugar para mostrar sus capacidades
RECOMENDADO
La Costa Blanca fue el enclave elegido para la presentación de la Mondraker DUSTY, una zona de sobra conocida por el aficionado al MTB por su multitud de senderos, desniveles y zonas técnicas. Un lugar por el que transcurren al inicio de cada año, partes de las pruebas por etapas de MTB más famosas de la geografía nacional, gracias en parte a su buen clima y temperaturas suaves.
Teníamos preparados dos jornadas para dar las primeras pedaladas a los mandos de la DUSTY. El primer día nos enfrentaríamos a la jornada más larga y de mayor desnivel, en el que podríamos exprimir todas sus cualidades. En cambio para el segundo día contaríamos con la posibilidad de disfrutar de la zona a bordo de la nueva e-Gravel de Mondraker.
La Mondraker DUSTY XR fue el modelo que tuvimos la ocasión de probar. El más alto de la gama, equipado con componentes enfocados a hacer más fácil las jornadas de gravel más intensas.
La asistencia hace más agradable la experiencia
La primera toma de contacto daba comienzo en una gélida mañana. Tras aprovisionarnos y ajustar la bicicleta para la larga jornada que tendríamos por delante, comenzábamos a dar pedales. Poco tiempo nos iba a durar la sensación de frío, ya que desde el primer momento comenzábamos con una subida que alternaba parte de asfalto con amplios carriles.
Casi desde salida pudimos ir jugando con los diferentes modos de asistencia del MAHLE X20. Desde Mondraker nos transmitieron que habían encontrado la combinación perfecta para el gravel usando este motor.
La entrega de potencia llega de manera bastante sutil en el modo 1 de asistencia, alejándose del empuje de los motores de las e-bike más potentes. Gracias al control de la potencia ejercida por el biker, la cual se hace desde el eje pedalier, el MAHLE X20 va suministrándonos asistencia en este modo con un factor de 1,25 por la potencia ejercida por nuestro pedaleo. Y con la lectura de la cadencia, es capaz de graduar la entrada del empuje para que siempre sintamos la ayuda de la forma más similar a nuestro pedaleo.
En las partes más empinadas de la subida usamos los modos 2 y 3. En estos casos el aporte de potencia es más apreciable. Sigue siendo una entrada progresiva pero ya notamos que contamos con una mayor asistencia. No olvidemos que se trata de un motor que nos da 23 Nm de par motor en el buje, lo que equivale de forma aproxima a 55 Nm en el eje pedalier, suficientes para sortear fuertes pendientes aunque llevemos nuestra e-Gravel cargada de material. Estos modos multiplican nuestra potencia ejercida por 1,5 o hasta por 3 respectivamente.
Sensaciones cercanas a las de una MTB de los 90
Una vez terminada la primera subida afrontábamos la que fue la bajada más técnica del recorrido. Después del buen sabor de boca que nos había dejado el funcionamiento de la Mondraker DUSTY en subida, con su asistencia poco intrusiva y su rigidez a la hora de pedalear, tocaba ponerla a prueba bajando.
Aquí es donde destaca por encima de otras bicis del mercado. Sus cualidades enfocadas a un gravel más agresivo proporcionan confianza en todo momento. Sorprende el poder de absorción del cuadro, ya que como comentábamos, en subidas tuvo buena rigidez al aplicar las fuerzas de pedaleo.
Por otro lado, la horquilla RockShox Rudy de 40 mm y la tija Reverb XPLR AXS nos dieron ese extra de confianza tanto para solventar obstáculos como para ganar velocidad en los senderos.
Es una bici que se lanza con facilidad, con la que se rueda más rápido de lo que podíamos esperar. Hasta el punto de que nos llevaba a tener que medir con precisión el momento de la frenada.
Los neumáticos de 700X45C daban la sensación de tener un balón menor, quizás causado por el ancho interior de 23 mm de las Mavic Allroad Pro Carbon SL. Incluso llegamos a pensar en que tal le sentarían unos neumáticos con ancho 50C, ya que la DUSTY incita a ir deprisa incluso en las zonas más complejas.
Sin arrastre y capaz de llegar a cualquier parte
La segunda subida del día comenzaba rodando por el puerto de Tudons. Era el momento idóneo para probar la DUSTY sin asistencia. Con el motor apagado el sistema queda desacoplado por completo, actuando como un buje convencional, eliminando cualquier rozamiento o perdida de watios durante nuestro pedaleo. Es una sensación agradable.
El segundo tercio de subida transcurría por una pista en buen estado. Allí aprovechamos para exprimir al máximo el MAHLE X20. Cuando la bici se lanza y llega a los 25 km/h, el motor no corta de manera brusca, lo hace de manera progresiva hasta quedar desacoplado al llegar a los 27 km/h. De igual manera lo hace cuando tiene volver a asistir.
Antes de entrar en la parte final, aprovechamos para variar parámetros en la App de MAHLE. La configuración de serie de DUSTY es especifica de Mondraker, pero es posible variar los mapas de motor de manera sencilla e intuitiva. Este tramo de subida albergaba una zona de piedra con bastante pendiente. Fue otra de las zonas que nos llevó a pensar que esta bicicleta está pensada para llegar a cualquier lugar que te plantees. Haciendo uso del modo 3 fuimos avanzado hasta coronar el puerto.
Además de ser una asistencia poco intrusiva, el pedaleo se vuelve más natural aún al usar componentes similares a los de una bicicleta muscular, como por ejemplo las bielas.
El concepto Mondraker Forward Geometry llevado al gravel
Contar con un motor de buje facilita el diseño de la geometría y permite conseguir números similares a los de bicicletas musculares. En este caso Mondraker sigue fiel a su línea de geometría Forward.
Un reach bastante largo de 405 mm en talla M, que fue la usada en nuestras dos jornadas de test. Se compensa con el uso de una potencia de 70 mm y un ángulo de sillín de 74°, con lo que nuestra sensación durante toda de la ruta es de ir en una bicicleta más compacta. Además, con la posición de pedaleo más centrada conseguimos un pedaleo más efectivo.
El ángulo de dirección de 70° y una distancia entre ejes de 1056 mm nos transmitieron estabilidad en las zonas rápidas y seguridad en los tramos más técnicos.
Una geometría que nos transmitió comodidad a la vez que dota a la bici de mayor capacidad ante cualquier situación, lo que hará llevar nuestras jornadas de gravel a un nivel superior.
Mayor integración y menor ruido
En comparación al MAHLE X35, la sonoridad del motor se ha reducido. Sigue siendo apreciable sobre todo en los modos 2 y 3, pero en el modo 1 llegó a camuflarse con el sonido de la bicicleta al rodar por offroad. Según datos del fabricante el nivel de sonido se encuentra por debajo de los 35 decibelios.
En cuanto a la integración, este ha visto su volumen reducido, haciéndolo menos visible a simple vista. Todos sus cables, tanto eléctricos como de frenos, por el interior de los tubos del cuadro y la solución creada para la conexión eléctrica del buje con el resto del sistema le dan un plus de limpieza a la estética de la bici.
Los demás componentes eléctricos también cuentan con un buen acabado de integración y un manejo muy sencillo. El Head Unit colocado en el tubo horizontal es ahora más fácil de interpretar con el código de colores para los modos y el nivel de la batería representando por una barra a color. Pero sin duda contar con el display inalámbrico PulsarONE le restó protagonismo al Head Unit, ya que este tiene toda la información que necesitamos y se encuentra mucho más a la vista, incluso nos permite cambiar de modo cuando llevamos colocadas las manos en la parte central del manillar.
Por último, los pulsadores eShifter son casi perfectos para estos manillares de gravel. Decimos casi, porque a pesar de facilitar muchísimo el cambio de modo de asistencia, a nuestro parecer quedaban algo alejados de nuestros dedos. Detalle fácilmente solucionable si somos un poco manitas y los colocamos más arriba bajo la goma de las manetas. Emiten alertas por vibración al pulsarlos, aunque solo pudimos apreciarlo cuando rodamos por carretera.
Más energía para llegar más lejos
Solo quedaba una bajada rápida por pista para llegar al final de nuestra ruta. Terminamos el recorrido con 50 kms y más de 1600 m de desnivel acumulado. Partíamos con la carga de la batería de 350 Wh al completo y llegamos de vuelta con algo más del 40%. Según la App usamos la asistencia más de un 80% del tiempo, con lo cual podemos decir que tiene una autonomía bastante elevada, permitiéndonos realizar recorridos mucho mayores. Incluso si eres de los que le gusta alargar al máximo sus salidas, cuenta con la posibilidad de incluir un Range Extender de 172 Wh y 1,1 kg de peso, que amplía la autonomía casi un 50% extra.
La posibilidad de configurar mapas del motor es una forma de variar el consumo, con lo cual también es una variable a tener en cuenta a la hora de estimar la autonomía.
Conclusión
La Mondraker DUSTY es una e-Gravel en la que la asistencia cobra más sentido que nunca. Una bici tan capaz te llevará a más sitios y por lo general, podrás encontrar situaciones en las que, no solo necesitarás un pequeño aporte de energía, sino que buscarás dar rienda suelta a todo el potencial del motor para acabar llegando donde te propongas.
Destaca por tener un peso contenido del conjunto, gracias en parte a los solo 3,2 kg de todo el sistema eléctrico. Su cuadro es absorbente y la geometría hace que la bici trasmita confianza en todas las situaciones. Se complementa con un montaje orientado a ganar confort y seguridad.
Tiene unos indiscutibles niveles de integración y como buena gravel esta dotada de numerosos anclajes para guardabarros y accesorios de bikepacking.
En definitiva, con la Mondraker DUSTY podrás disfrutar de un gravel más agresivo o de una aventura de bikepacking.
Montaje completro de la Mondraker DUSTY XR
- Cuadro: Mondraker Stealth Air Full Carbon.
- Horquilla: RockShox Rudy Ultimate 40 mm.
- Bielas: SRAM FORCE X-SYNC, 40T 110 BCD.
- Cambio: SRAM X01 Eagle AXS, 12v.
- Manetas: SRAM FORCE eTap AXS Shift-Brake System.
- Frenos: SRAM FORCE eTap AXS, Flatmount, discos CenterLine XR 160 mm.
- Cadena: SRAM FORCE
- Cassette: SRAM XPLR XG1251, 10-52
- Ruedas: Mavic Allroad Pro Carbon SL.
- Neumáticos: Maxxis Rambler, 700x45C.
- Manillar: OnOff
- Tija: RockShox Reverb XPLR AXS.
- Sillín: Fizik Argo Terra
- Motor: MAHLE X20 250W
- Batería: MAHLE Internal 350Wh + Range Extender 172Wh
- Display: MAHLE Pulsar One / App MAHLE MySmartBike
- Precio: 9999 €
- mondraker.com