Probamos a fondo el sistema RockShox SID Flight Attendant: no es imprescindible, pero es difícil renunciar a él cuando lo pruebas
Una de las presentaciones más importantes de 2024 la ha protagonizado Rock Shox y el sistema de suspensiones electrónicas Flight Attendant para XC. Una auténtica revolución para el mountain bike que llevamos probando un tiempo y ahora te contamos todo sobre esta tecnología que viene para cambiarlo todo.
Rock Shox Flight Attendant: preocúpate solo de pedalear
Hace un par de años, Rock Shox lanzó esta tecnología que, en un principio se limitó a modalidades Gravity, pero ya en ese momento le vimos grandes posibilidades para acabar extendiéndose a bicis de competición de Cross Country.
En este tiempo en el que la electrónica está más que asentada en el apartado de las transmisiones, era cuestión de tiempo que llegara a establecerse en las suspensiones, e incluso aquí tiene más sentido, ya que, de momento, en la gestión de los cambios seguimos siendo nosotros los que decidimos cuándo realizarlos y ejecutando la acción, pero en las suspensiones puede llegar a liberarnos por completo de pensar y realizar ninguna acción, y esto, cuando hablamos de competición, es un cambio muy importante.
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El sistema Flight Attendant se integra dentro del ecosistema AXS de Sram. De manera que utiliza las mismas baterías que se usan para el cambio trasero o la tija telescópica Reverb, y también se vinculan todos los componentes, los cuales personalizaremos mediante la App AXS de Sram.
Simplificando el concepto, diremos que el sistema gestiona las tres posiciones de compresión que tienen tanto la horquilla como el amortiguador, y lo hace de manera autónoma sin que nosotros tengamos que intervenir ni decidir nada. El “cómo” lo hace es lo ingenioso y sofisticado del sistema.
Aparte del mando remoto izquierdo, con el que podemos controlar algunas opciones, como os explicaremos, tenemos tres componentes que se comunican entre sí, que son la horquilla, el amortiguador y el sensor ubicado en el potenciómetro. El cerebro del sistema se encuentra en la unidad que encontramos en la horquilla y va registrando los datos que proporcionan el resto de componentes.
De esta manera, en función de la lectura que hacen las suspensiones del terreno y los datos de nuestro pedaleo, el sistema decide cual es la mejor configuración para horquilla y amortiguador.
Hace un par de años ya hicimos una prueba del Flight Attendant cuando salió para versiones Trail y Enduro, pero esta nueva versión ofrece una novedad importante. En la versión anterior, en la biela teníamos un sensor de cadencia para, en función de si estamos pedaleando o no, orientar el sistema más hacia la firmeza o hacia la sensibilidad. En esta nueva versión lo que entra en juego es un potenciómetro, en concreto el potenciómetro AXS de Sram, que se comunica con el cerebro del sistema y este valora, no solo si estamos pedaleando, sino que tendrá en cuenta a qué nivel de esfuerzo y, según esto, orientar más el sistema en un sentido u otro.
Esto suena muy bien pero no es lo mismo que pedalee un aficionado o que pedalee Nino Schurter. ¿Cómo sabe el sistema que estamos haciendo un esfuerzo grande o leve? Pues aquí viene uno de los detalles más impactantes del Flight Attendant. El sistema va registrando datos de tus últimas salidas y aprende de ti. Rock Shox lo llama Adaptative Ride Dynamics, y según ellos guarda los datos de potencia que desarrollas en las últimas 8 salidas. Con estos datos configura cuatro niveles de esfuerzo: Low, Medium, High y Sprint, y tiene siempre en cuenta el nivel de esfuerzo en el que estamos en cada momento para valorar el ajuste óptimo de suspensiones.
Puesta a punto del sistema
El Flight Attendant ofrece un nivel de personalización altísimo, como os contaremos más adelante, pero para empezar a utilizarlo tan solo necesitamos ajustar nuestras suspensiones, como lo haríamos en cualquier otra bici y hacer una calibración del sistema muy sencilla que nos tomará unos segundos y está perfectamente explicada, tanto en la App AXS como en la Web de Sram.
En la unidad que encontramos en la cabeza de la horquilla tenemos tres botones y unos leds que nos dan información.
Para ajustar el sag la única precaución que tenemos que tomar es asegurarnos de que están ambas suspensiones en modo abierto. Para ello mantenemos pulsado el botón central hasta que el led iluminado sea rojo, esto indica que el sistema está en modo manual y que podemos elegir cualquiera de las tres posiciones de compresión usando los botones + y - de la horquilla o también desde el mando remoto. Pues elegimos el modo abierto y ajustamos presiones y rebote de ambas suspensiones como si de cualquier otra se tratara.
Una vez hecho este ajuste seguimos los sencillos pasos que se nos indican para la calibración y estaríamos listos para salir a montar.
Con el sistema en modo automático, veremos uno o dos de los leds centrales iluminado en verde e indicando la posición de compresión actual, y los leds inferiores indicando el nivel de esfuerzo. Así estaríamos en condiciones de utilizar la bici sin necesidad de hacer nada más, y ella sola se irá adaptando a las condiciones para decidir el ajuste óptimo de cada suspensión.
Si se enciende un solo led verde indica que ambas suspensiones están en la misma posición, pero hay momentos en los que el sistema decide poner en la horquilla un punto menos de compresión que en el amortiguador. En este caso veremos dos leds encendidos.
Los leds inferiores pasan por cuatro colores según el nivel de esfuerzo con el que estemos pedaleando. Azul para el nivel más bajo, verde para el intermedio, rojo en nivel alto, y amarillo cuando lleguemos al nivel de sprint.
En estas primeras salidas el Flight Attendant aún no estará afinado al 100% a nuestros niveles de esfuerzo, pero con el paso de los días aprenderá de nosotros para regular los cuatro niveles de esfuerzo según nuestra capacidad.
Flight Attendant ofrece personalización infinita
Si dedicamos un poco de tiempo a conocer los ajustes que nos ofrece el sistema podemos adaptar el Flight Attendant completamente a nuestras preferencias personales.
Uno de los ajustes básicos consiste en el Bias, o ajuste de sesgo. Este ajuste hace que el sistema tenga más tendencia hacia las posiciones abiertas, favoreciendo la sensibilidad y comodidad, o hacia el bloqueo, favoreciendo la eficiencia. Consta de 5 niveles.
Haciendo una pulsación corta en el botón central de la unidad principal, se iluminará uno o varios leds en color magenta. Si se ilumina solo el led central significa que está seleccionado el ajuste intermedio. Pulsando el botón - podemos iluminar uno o dos leds más hacia la izquierda, orientando el sistema en un paso o dos hacia las posiciones abiertas. Al contrario, con el botón + podemos desplazar los leds hacia la tendencia a ir más cerrados. En total hay 5 posiciones de ajuste.
El sistema podría funcionar sin el mando remoto, pero gracias a él disponemos de funciones como el modo Override. Este modo no es otra cosa que una posición preferida que podemos tener y con una sola pulsación en el mando remoto entra en funcionamiento. Cuando lo utilizamos el led se ilumina en color naranja. Una nueva pulsación nos hace volver al modo automático. Podemos configurar mediante la App que el modo Override sea el que nosotros queramos. Por defecto viene configurado en modo bloqueo.
Utilizando la App podemos modificar bastantes cosas más. Por ejemplo, tenemos la opción de deshabilitar el bloqueo de ambas suspensiones en el modo automático, o deshabilitar solo el bloqueo de la horquilla. De esta forma podemos utilizar el sistema en modo automático sabiendo que la posibilidad del bloqueo la tenemos pulsando el mando remoto para poner el modo Override.
Otra opción que nos ofrece la App AXS es ajustar los niveles de esfuerzo de forma manual. En principio parece ilógico, ya que el sistema aprende de nosotros y se adapta a nuestro nivel, pero una vez que hemos utilizado el sistema lo suficiente y hemos llegado al ajuste perfecto para nosotros, podemos dejarlo fijo y así, si por ejemplo tenemos una semana de recuperación con rodajes suaves, no se alterarán los valores de esfuerzo y seguirán siendo los óptimos para los días de carreras.
Como vemos, el Flight Attendant ofrece muchas opciones de personalización para que cada usuario, sean cuales sean sus preferencias, encuentre el comportamiento que busca.
En marcha
La bici con la que hicimos las pruebas ha sido la nueva Specialized Epic 8 S-Works, que se presentó al mismo tiempo que el sistema de Rock Shox.
Hemos hecho muchos kilómetros y probado todas las opciones. Incluso lo hemos tenido varios días en modo manual, haciendo los cambios de ajuste con el mando remoto. Esto lo hicimos para probar la bici, pero no tiene mucho sentido disponer de un sistema como el Flight Attendant y no aprovecharse de él, así que una vez hechas nuestras comprobaciones, disfrutamos del modo automático y nos olvidamos de las suspensiones.
Al principio es difícil no estar pendiente de lo que va haciendo el sistema. Aunque intentemos evitarlo, en las primeras rutas se nos iba la mirada hacia los leds para ver cada poco tiempo en que posición están las suspensiones, más aún cuando escuchamos ese característico sonido en cada cambio de modo. El sonido es parecido al que emite un cambio trasero AXS, aunque algo más fuerte. Esto es algo peligroso, ya que no siempre vemos los leds al primer vistazo, ya que se iluminan de forma intermitente con una frecuencia algo lenta, y si no coincide que están encendidos cuando miramos tenemos que retirar la mirada si no queremos darnos un susto.
Pero tras la pertinente adaptación, empezamos a confiar en el sistema para centrarnos en la gran ventaja que ofrece, que no es otra que poder centrar nuestra atención en la conducción y tan solo intervenir en llevar el desarrollo correcto en cada tramo.
Es asombroso como parece que el Flight Attendant va adivinando el terreno que tenemos por delante. En cuestión de milisegundos se adapta a la situación y nunca nos llevamos la sorpresa de que no absorba correctamente algún obstáculo por estar bloqueado cuando no debe.
En esas situaciones menos claras, donde bien se podría circular abierto o en el modo intermedio por ejemplo, entra en juego el ajuste de sesgo que tengamos puesto. Hay una diferencia bastante clara entre los ajustes de cada extremo, pero eso no significa que en una situación clara de apretar en terreno firme no vaya a bloquear, o que en una bajada accidentada no abra completamente las suspensiones. Se trata más bien de esas situaciones intermedias, donde según el ajuste que hagamos favorecemos una tendencia o la contraria.
De todas formas, después de muchos kilómetros de pruebas, la posición intermedia nos ha parecido muy acertada, haciendo prácticamente en todo momento lo que haríamos nosotros.
Un detalle a tener en cuenta es que este ajuste de sesgo se puede hacer en marcha, no en una zona comprometida por supuesto, pero bastan un par de pulsaciones a los botones de la horquilla para modificarlo. Y esto puede ser una ayuda si estamos fatigados de la espalda o las manos después de muchos kilómetros, de manera que podríamos terminar una carrera o ruta exigente con más comodidad si lo desplazamos hacia la tendencia más abierta.
Ha sido una buena temporada la que hemos estado poniendo a prueba el sistema Flight Attendant y, aunque la nota que le ponemos es un claro sobresaliente, hay algunos detalles que nos han gustado menos.
Es cierto que una vez todo ajustado y adaptados al sistema los leds no son muy necesarios, e incluso, a través de la App, se puede optar por el modo oscuro y ya no los tenemos ni siquiera como distracción. Pero si están, nos gustaría que fueran más funcionales y, aunque ello conllevara mayor gasto de batería, estaría bien la opción de que estén siempre encendidos, e incluso de que se adaptaran a la luz ambiente, pues aunque en interiores iluminan muchísimo, en un exterior soleado es muy difícil verlos al instante.
Hay algunas situaciones en las que sí se pueden hacer más necesarios, por ejemplo si usamos mucho el modo Override, habrá momentos de duda en los que no sabemos si lo tenemos activo o no, y sería bueno que lo pudiéramos ver al instante.
En cuanto a la duración de las baterías, según Sram está entre unas 20 o 30 horas y, según nuestras pruebas, no van muy desencaminados esos datos. Hemos cargado varias veces cada batería, pero no es algo que se haga pesado ya que son varias rutas las que hacemos sin preocuparnos del tema.
En caso de olvido y que llegaran a un nivel muy bajo, entrarían en modo seguro y las suspensiones quedarían en modo abierto para poder terminar la ruta.
Conclusiones
Tras este tiempo de uso solo podemos decir que nos hemos acostumbrado a lo bueno. Es una ayuda mayor de lo que puede parecer el hecho de que las suspensiones se gestionen solas. No solo podemos prestar mayor atención a la conducción, sino que el sistema hace muchísimos más cambios de modo de los que haríamos nosotros.
En una bici con mando manual, no solemos bloquear a no ser que haya un tramo por delante de cierta longitud que haga que compense el gesto, o que vayamos a ponernos de pie por ejemplo. Pero el Flight Attendant cambia de modo en cualquier momento en el que vaya a suponer una ventaja. Además cuando ya estamos fatigados tampoco manipulamos tanto las suspensiones, pero el Flight Attendant no entiende de fatiga y desde el primer kilómetro hasta el último funciona al mismo nivel.
Por otra parte, aunque quizá menos importante, está el hecho de que eliminamos dos cables de la bici, ganando en estética y simplicidad.
Está claro que las suspensiones Rock Shox Flight Attendant suponen una gran inversión y, de momento solo las veremos en las bicis más exclusivas. Hay que pagar un precio por un sistema que no es imprescindible, pero no nos queda duda de que, en mayor o menor medida, nos hacen más rápidos, así que no es de extrañar que se acabe extendiendo aún más en las bicis de competición.
De momento ya hay más de una decena de modelos que incluyen de serie este sistema, pero además, en la web de Rock Shox puedes comprobar si tu bici es compatible con el upgrade y adquirirlo por separado.
En tal caso los precios son los siguientes:
- La horquilla SID SL Ultimate Flight Attendant cuesta 1499€, se ofrece en recorridos de 100 y 110mm y pesa 1480 gramos.
- La SID Ultimate Flight Attendant, con barras de 35mm, cuesta 1599€. La hay con recorridos de 110 y 120mm y pesa 1624 gramos.
- El amortiguador SIDLuxe Ultimate Flight Attendant cuesta 949€, se ofrece en una gran variedad de opciones de tamaño y carrera, y anuncia un peso de 349 gramos.
El sistema habría que completarlo con alguno de los potenciómetros de la gama Sram AXS y, de manera opcional, aunque muy recomendable, de un mando Sram Pod AXS.