Probamos los guantes Handske para invierno: el equilibrio perfecto entre confort y movilidad
Si en más de una ocasión hemos reivindicado el uso de guantes largos en mountain bike en verano, en otoño e invierno sencillamente nos parecen imprescindibles. El problema suele ser que los guantes cálidos y con mayor protección restan movilidad y tacto, pero no es el caso de los guantes de invierno de Handske. Los hemos probado y aquí van nuestras impresiones.
Guantes Handske para la temporada fría: diseño, protección y grip
Las manos y los pies son zonas sensibles en las que los ciclistas acusamos mucho el frío. Basta con que haya una larga bajada tras una sudorosa subida para que nos quedemos prácticamente con las manos y los pies congelados si no vamos bien protegidos. En ese caso ni siquiera es necesario que haga demasiado frío, con que la temperatura sea baja, el viento se encargará de hacer el resto para que nuestros dedos se conviertan en témpanos de hielo con los que a veces se vuelve imposible incluso apretar la maneta de freno.
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El gran problema es encontrar unos guantes capaces de transpirar lo suficiente en las subidas y protegernos en las bajadas sin ser voluminosos, con los Handske de invierno podemos decir que los hemos encontrado.
Lo primero que llama la atención de estos guantes son sus originales y coloridos diseños pero también lo marcada y diferente que es su construcción, del interior al exterior. La parte de la palma se ha fabricado pensando en el agarre y el grip, para ello dispone de un entramado completo de silicona que forma un dibujo a lo largo de toda la palma, además incluye microperforaciones que facilitan la transpiración sin perder calor. Por supuesto el dedo índice en la punta, de ambas manos, tiene una zona con la que es posible manipular cualquier pantalla táctil, ya sea la de tu GPS o la del smartphone.
La parte superior incluye una fina membrana que no deja pasar el viento a la vez que incorpora un relleno cálido que apenas agrega volumen. Algo muy diferencial de estos guantes es su ajuste, y es que una vez puestos realmente parecen unos guantes de verano en cuanto a movilidad y tacto. No se pierde tacto, obteniendo la misma cantidad de información que nos transmite el manillar, y es igual de sencillo manipular frenos, cambios, bloqueos, etc que si lo hicieramos con unos guantes mas finos o directamente con las manos desnudas.
Estos guantes Handske no disponen de ningún sistema de ajuste, en su lugar incluyen un manguito un poco más largo en la zona de la muñeca que permiten un perfecto ajuste del guante. La única pega que le hemos encontrado a este sistema es que si acostumbras a rodar con reloj, tendrás que llevarlo un poco más retrasado o ponerlo directamente sobre este manguito, algo que también pasa con los maillots o chaquetas de manga larga.
Tras algunas semanas rodando con ellos nos parecen una combinación perfecta entre confort y tacto, ya que una de las principales razones por las que los ciclistas somos reacios a comprar este tipo de guantes es porque suelen limitar mucho el movimiento. Esto no sucede con los Handske.
El fabricante aconseja su uso en un rango de temperatura entre 0º y 10º, y debemos decir que en nuestro caso no los hemos probado por debajo de 0º pero sí con una temperatura cercana a 0º y con el viento propio de las bajadas, lo que aumenta la sensación térmica de frío. En cualquier situación se han comportado bien e incluso podemos decir que estamos dispuestos a sacrificar un poco de calor, con temperaturas aún más bajas, a cambio de la movilidad que ofrecen.
Hay varios modelos de estos guantes Handske y su precio es de 49,90€ aunque se pueden encontrar rebajados en bikefactors.com.