Probamos el sistema Rock Shox Flight Attendant: la revolución inteligente de las suspensiones
Hace pocos meses Rock Shox presentó su última gran novedad. Una revolución que marca un antes y un después en el mundo de las suspensiones. Se trata del sistema Flight Attendant, que introduce la electrónica para controlar de manera autónoma las suspensiones de tu bici.
Lo hemos tenido con nosotros una temporada para ponerlo a prueba y aquí te contamos nuestras sensaciones y todo acerca de este revolucionario sistema.
Flight Attendant: la suspensiones se vuelven inteligentes
La gama Flight Attendant forma un nuevo ecosistema de suspensiones dentro de Rock Shox y en él encontamos tres modelos de horquilla y un amortiguador.
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Las horquillas que disponen de este sistema son los modelos ZEB, Lyrik y Pike, en la versión Ultimate Flight Attendant. Y el amortiguador es el Super Deluxe Flight Attendant.
Además, puesto que las bielas también necesitan un sensor para el funcionamiento del sistema disponemos de los modelos X01 y XX1 Flight Attendant.
Y para terminar, como opción, ya que no es imprescindible, tenemos la opción de montar un mando remoto izquierdo, desde el que, además de controlar la tija, podemos activar algunas funciones del sistema.
Como podemos ver, las modalidades de Cross Country y Maratón quedan al margen, de momento, de esta revolución electrónica.
La comunicación entre los sensores es inalámbrica, utilizando para ello parte del ecosistema AXS de SRAM. En el módulo principal, que se encuentra en la cabeza de la horquilla, encontramos una batería AXS igual que las que se usan en el cambio trasero o tija telescópica. Esta dura entre 20 y 30 horas de uso.
En el amortiguador encontramos otra batería similar que nos proporciona una autonomía de 30 a 40 horas. En el mando hay una pila 2032 cuya autonomía puede superar los dos años y en el sensor de las bielas hay una batería que también funcionará durante meses.
¿Y cómo funciona? Pues el sistema dispone de tres sensores en horquilla, amortiguador y bielas para detectar cualquier impacto, ya sea leve o pronunciado, al mismo tiempo que detecta el movimiento de las bielas. De esta manera anticipa el ajuste perfecto para las condiciones del terreno y el rider.
Siempre que tengamos el sistema en modo automático, lo cual comprobamos al ver que el led del módulo de control se ilumina en verde, el sistema alterna entre tres posiciones de compresión, que son abierto, pedal y bloqueo, tanto en la horquilla como en el amortiguador, y no siempre ambas suspensiones están en la misma posición, ya que según lo que decida el algoritmo en función de los datos obtenidos por los sensores se puede dar el caso de tener la horquilla un nivel menos de compresión que el amortiguador.
El sistema Flight Attendant piensa por nosotros, pero como no todos los riders tienen las mismas preferencias, podemos adaptarlo a nuestro gusto mediante el BIAS Adjust, o ajuste de sesgo, el cual podemos modificar desde los botones del módulo principal o desde la App AXS.
Este ajuste consta de cinco posiciones, de serie viene en la posición intermedia y podemos variarlo en 1 o 2 pasos hacia el bloqueo o hacia la posición de abierto. De esta manera favorecemos que las suspensiones tengan más tendencia al bloqueo o viceversa.
Otro ajuste que tendremos que hacer de manera electrónica, ya sea desde los botones de la horquilla o desde la app es la regulación de la compresión en baja velocidad LSC, tanto de la horquilla como del amortiguador. Cada suspensión tiene diez posiciones de LSC que se nos muestran según se van iluminando los led, que son de color azul cuando estamos regulando la horquilla y cian cuando se trata del ajuste del amortiguador.
Estos ajustes son muy sencillos de hacer, tan solo pulsando el botón de menú de la horquilla se nos mostrará el ajuste de sesgo, iluminándose el led en color magenta, con otra pulsación pasamos al azul de la regulación LSC de la horquilla, y si volvemos a pulsar veremos los leds en color cian correspondientes al LSC de la trasera. También se puede hacer lo mismo desde la app de manera muy intuitiva.
Si por algún motivo queremos poner el sistema en modo manual, como por ejemplo para regular el sag, dejamos pulsado el botón de menú y se iluminará el led en rojo, indicándonos dicho modo, desde el que variamos las posiciones con los botones + y - de la horquilla o con el mando remoto AXS si disponemos de él.
Además con el mando AXS, dejándolo pulsado, podemos activar el Override Mode, que viene a ser una posición de ajuste preferida que asignamos mediante la app para que, en cualquier situación que queramos, la bici entre en ese modo. Al activar el Override Mode se ilumina el led en naranja en la posición que hayamos elegido. Con una nueva pulsación al mando volvemos al modo Auto.
El sistema también dispone de un modo seguro que se activa cuando alguna de las baterías se agota. En el modo seguro quedan las suspensiones en abierto y se iluminan los led en color amarillo.
La electrónica del Flight Attendant afecta solo a la parte hidráulica de compresión, por tanto el sag se regula como en cualquier suspensión (poniendo el sistema en modo manual y abierto), y el rebote tiene su dial de ajuste manual, como en cualquier horquilla y amortiguador.
Toma de contacto y prueba del Rock Shox Fligth Attendant
Para nuestras pruebas recibimos una flamante Canyon Neuron CF SLX LTD, el montaje tope de gama de este modelo para Trail. Y por supuesto monta el sistema AXS completo, incluyendo transmisión, tija telescópica y el Flight Attendant en sus suspensiones.
En la delantera monta una horquilla Rock Shox Pike Ultimate Flight Attendant y el amortiguador Super Deluxe Flight Attendant, acompañadas estas suspensiones por unas bielas Sram X01 con el sensor correspondiente para completar el sistema.
Lo primero que hicimos fue cargar las baterías AXS de horquilla y Amortiguador, ya que tanto el mando como el sensor de las bielas llevan otro tipo de batería de muy larga duración.
Seguidamente hay que activar el sensor del pedal pulsando su botón durante 5 segundos, hasta que se ilumina el led.
Una vez hecho esto procedemos a emparejar los componentes, lo cual es muy sencillo. Dejamos pulsado el botón AXS de la horquilla hasta que el led parpadea lentamente, seguidamente hacemos también pulsación prolongada en el botón AXS de cada componente hasta que parpadea rápidamente cada led. Después una nueva pulsación corta en el módulo principal de la horquilla y el sistema quedará correctamente emparejado.
En la app podremos comprobar que se ha hecho la operación correctamente si todos los componentes aparecen debajo del módulo principal.
Hay que mencionar el detalle de que el sistema no tiene un botón de encendido ni nada parecido, sino que con un leve movimiento de la bici se activa y después de un tiempo de reposo se apaga para no gastar batería.
Una vez todo emparejado toca ajustar el sag, para ello seleccionamos el modo manual en la posición Open, y procedemos como en cualquier suspensión ajustando la presión con nuestra bomba.
Seguidamente hay que calibrar el sistema con unos sencillos pasos muy bien explicados tanto en el manual como en la app. Una vez hecha correctamente la calibración podremos usar el modo automático.
Una vez hecho un ajuste inicial del rebote y la compresión LSC de ambas suspensiones (como comentamos anteriormente) nos dispusimos a salir a probar el sistema.
Flight Attendant en funcionamiento
Los primeros kilómetros con el sistema fueron realmente impactantes y curiosos. Parece cosa de magia como la bici va leyendo, e incluso nos pareció en algunos momentos que se anticipaba a lo que estaba por venir. Y es que el Flight Attendant hace lecturas cada 5 milisegundos.
Esto no quiere decir que las suspensiones se bloqueen y desbloqueen multitud de veces por segundo, simplemente leen todos los parámetros que ofrecen los sensores a gran velocidad para decidir la mejor configuración en cada momento.
En cada cambio de ajuste se percibe un ligero ruido que emiten los motores eléctricos, muy parecidos a los que emite un cambio AXS.
Decimos que los primeros kilómetros fueron curiosos porque no podíamos evitar ir mirando el módulo de la horquilla para ver qué estaba haciendo el sistema. A cada momento oíamos el ruidito e inevitablemente nuestra mirada se dirigía a los leds. Esto puede llegar a ser peligroso ya que además, los leds se encienden de manera intermitente, por lo que no siempre los veíamos del primer vistazo.
Esto nos ocurrió solo en la primera ruta o, más bien, hasta que empezamos a confiar totalmente en el sistema y empezamos a concentrarnos en guiar a la bici a través de los senderos poniendo nuestra atención en todo lo demás y olvidándonos de las suspensiones.
Para evitar la tentación de mirar tenemos la opción de poner el sistema en modo oscuro mediante la app y solo se ilumina brevemente un led en cada cambio de posición.
Las tres posiciones de funcionamiento son bastante similares a las que nos encontramos cuando tenemos palancas de tres posiciones. El amortiguador en modo Pedal disminuye notablemente las oscilaciones del pedaleo pero conservando cierta absorción que nos otorga una excelente tracción en subidas bacheadas. El bloqueo es bastante firme, solo cediendo levemente en impactos o apoyos muy fuertes, entendemos que para proteger juntas y retenes del amortiguador.
En la horquilla notamos algo menos diferenciadas las diferentes posiciones, siendo el bloqueo mucho menos firme que en la trasera, pero suficiente para minimizar el movimiento al pedalear.
Una vez adaptados al sistema, cosa que tan solo requiere el esfuerzo de empezar a confiar y olvidarte de los leds, hicimos diferentes pruebas con el BIAS adjust, llevándolo a un extremo y al otro. Se percibe claramente una diferencia en la tendencia al desbloqueo si lo ajustamos en el -2. Las suspensiones están más tiempo abiertas siempre que el terreno sea irregular, pero igualmente cambian de modo si se acaban los baches, aunque con impactos de poca entidad, sobre todo si dejamos de pedalear, vuelve a abrir suspensiones.
Por el contrario en el ajuste +2, el sistema es más propenso al modo pedal y al bloqueo.
Tras nuestras pruebas decidimos que en el ajuste intermedio hay un equilibrio bastante perfecto.
Ya que teníamos la misión de poner a prueba el sistema, le intentamos poner alguna “trampa” a ver si le encontrábamos el fallo, y la verdad es que fue imposible.
Encontramos un escalón de cierta altura en un terreno liso donde veníamos pedaleando con las suspensiones bloqueadas, pues antes de llegar al suelo ya se habían desbloqueado para absorber la recepción.
Nos quedó claro que el Flight Attendant se presenta en el mercado con un gran trabajo de desarrollo detrás y realmente afinado.
En nuestras incursiones por terrenos endureros, a pesar de tener una bici Trail más polivalente, pudimos comprobar que el rendimiento de las suspensiones es excelente y el hecho de llevar el Flight Attendant no supone en absoluto ninguna merma en la capacidad de absorción bruta de las suspensiones. Siempre que el terreno lo pide, las suspensiones trabajan a pleno rendimiento incluso aunque tengamos el ajuste de sesgo más cerrado.
Además la posibilidad de regular la compresión en baja nos permite encontrar el equilibrio perfecto entre sensibilidad y soporte en frenadas y cambios de peso.
Conclusiones acerca de la revolución electrónica de Rock Shox
Después de un tiempo en el que hemos estado disfrutando del Flight Attendant nos han quedado más que claras sus bondades y no le hemos encontrado ninguna pega más allá del ligero aumento de peso que pueda suponer.
Con decir que no le hemos encontrado ningún sentido a poner el sistema en modo manual (salvo para el ajuste de presiones y sag), creemos que queda clara nuestra opinión.
Incluso la opción del modo override también la encontramos prescindible. Solo se nos ocurren situaciones como un sprint en el que quieras asegurarte de ir bloqueado, pero en bicis de Trail o Enduro es inusual.
¿Y cuál es la principal ventaja? Pues lo primero que pensaría cualquiera es que te ahorras soltar la mano del manillar en caso de no tener bloqueo remoto, o que no tienes que pensar en pulsar el bloqueo. Y sí, esto son ventajas, pero hay mucho más.
Lo primero que destacaríamos es que convierte a la bici en mucho más eficiente, ya que el Flight Attendant no descansa y, aunque sea en una situación muy puntual, el sistema cambiará el ajuste si es necesario por poca ventaja que se vaya a sacar. Si lo tenemos que hacer manualmente no estaríamos cada segundo pensando si conviene tocar o no las suspensiones.
Otra ventaja que encontramos es que, en senderos de bajada, y más aún si vamos con el cuchillo entre los dientes, se presentan a veces pequeños tramos de pedaleo en los que no se suele pensar en bloquear ya que estamos a otra cosa, pero con este sistema la bici es autónoma y lo hará por ti, ayudándote a ser más rápido.
También hay otra situación, que a quien más y quien menos se le da de vez en cuando, sobre todo si somos despistados, que es la de olvidar desbloquear suspensiones después de un largo remonte de pedaleo y entrar en un sendero abrupto con velocidad y bloqueados. Pues con Flight Attendant eso ya no pasará más. Así que si eres un poco despistado esto es para ti (si no te olvidas de cargar las baterías cada cierto tiempo).
En definitiva, nos parece que el Rock Shox Flight Attendant hace que las bicis pasen a un siguiente nivel, mejorando claramente la eficiencia de las suspensiones a cambio, tan solo, de unos cuantos gramos de más y de tener en cuenta que tendremos que cargar de vez en cuando la batería del módulo principal y del amortiguador, y sustituir la pila del mando y sensor de bielas cada muchos meses.
Habiendo comprobado lo bien que funciona el sistema, creemos que es cuestión de tiempo que acabe llegando al resto de modalidades como Cross Country o Maratón.
Hemos entrado en una era electrónica que parece no tener fin y, si nos va a aportar cosas tan interesantes como Flight Attendant, bienvenida sea.