¿Puedo hacer gravel con mi bici de carretera?
El auge del gravel ha hecho que muchos ciclistas se planteen nuevas rutas en las que se combine el asfalto con tramos de pista, pero ¿puedo hacer gravel ir con mi bicicleta de carretera?
Más allá del asfalto con tu bici de carretera
No es extraño ver en las redes sociales a ciclistas profesionales haciendo gravel con bici de carretera buscando dar variedad a sus largas jornadas de entrenamiento y es que, a pesar de estar diseñadas para pedalear sobre el asfalto, el uso de cubiertas cada vez más anchas y la robustez de las máquinas actuales supones que hacer gravel con bici de carretera no sea algo descabellado.
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Evidentemente, estamos hablando de la versión más moderada del gravel, eligiendo pistas de tierra en razonablemente buen estado, aunque al fin y al cabo, hasta donde podamos llegar va a depender en última instancia de quien va sobre la bici y de las cubiertas que utilice.
En realidad, esto de hacer gravel con bici de carretera no es algo nuevo. Sólo hace falta ver fotos antiguas del Tour de Francia, la Vuelta u otras carreras para encontrar imágenes de ciclistas con el tubular de repuesto atado al pecho y transitando por carreteras en las que el asfalto brillaba por su ausencia.
De hecho, este tipo de ciclismo fue el germen de l’Eroica, la pionera entre las pruebas de bicis clásicas que cada mes de octubre recorre la Toscana recuperando ese ciclismo con sabor añejo. Una prueba que, además, fue el germen de los que muchos han dado en llamar el sexto monumento, la Strade Bianche.
Una carrera en la que queda patente que hacer gravel con bici de carretera es perfectamente posible, ya no sólo para los profesionales que recorren las carreteras blancas de la Toscana sino para los miles de cicloturistas que al día siguiente participan en la Gran Fondo que afronta el mismo recorrido.
Como muestra, mencionar que el gravel como tal nació en Estados Unidos donde tan pronto vas rondando por una carretera perfectamente asfaltada que, de repente, se convierte en una carretera de tierra durante muchas millas, especialmente en los grandes espacios abiertos del centro y oeste de aquel país. Buscar un tipo de bici específico para esta situación que tan a menudo había que afrontar en las rutas con la bici de carretera fue lo que hizo que aparecieran las primeras bicis gravel.
Hacer gravel con la bici de carretera también puede ser un buen recurso a la hora de enlazar rutas de carretera por algún tramo de pista que nos puede ayudar a evitar dar un largo rodeo o, como ocurre en algunos casos, atravesar una carretera que está en peor estado aún que lo pueda estar una pista. Por suerte, en la última actualización de Strava la conocida aplicación ha incluido el trazado de rutas gravel entre las opciones disponibles con lo que será mucho más sencillo explorar estos enlaces por pistas de tierra.
A tener en cuenta
Si nos planteamos hacer gravel con la bici de carretera hemos de tener en cuenta algunos aspectos para que la experiencia no pase de un tramo divertido a película de terror.
En primer lugar el estado de las pistas por donde vayamos a transitar. Si el enemigo de las bicis gravel son las piedras, esto se multiplica mucho más cuando nuestras cubiertas son finas y sin tacos. La presencia de piedras puede provocar con facilidad un corte en el neumático que ponga final a nuestra ruta.
Para minimizar riesgos, utilizaremos cubiertas con el mayor balón que acepte nuestra bici. Hoy en día hay bicicletas de carretera que admiten cubiertas de hasta 700x38c, aunque, con una cubierta de 25 es factible transitar de forma puntual por pistas siempre que no cuenten con demasiada piedra suelta.
En cualquier caso, si queremos hacer gravel con la bici de carretera siempre podremos hacerlo con mayor garantía si empleamos neumáticos tubeless que nos permiten bajar la presión para conseguir un suficiente nivel de absorción a la vez que evitan los pinchazos por llantazo que es muy fácil sufrir si utilizamos cámara.
Hilar fino
Otro aspecto que debemos cuidar cuando transitemos por pistas de tierra con la bici de carretera es el de la conducción. No debemos olvidar que las cubiertas de carretera no cuentan con tacos que permitan el agarre cuando afrontamos una curva.
La técnica para hacer gravel con bici de carretera es muy similar a la que aplicamos cuando rodamos sobre asfalto mojado, tomando las curvas con una línea lo más suave posible, evitando frenar con la bici inclinada y tumbando la bici lo menos posible.
Cuando vayamos rodando por los tramos de pista es muy importante mirar unos cientos de metros por delante y anticiparnos en nuestra colocación para evitar piedras, baches y elegir la trazada más limpia y rápida. A menudo las roderas de los coches es la parte con menos piedra ya que estas son expulsadas por sus neumáticos. Sin embargo, también suele coincidir, sobre todo en tramos con pendiente, que la superficie de la rodera se riza haciendo prácticamente imposible pasar con la bici.
De hecho, hay que estar atentos a estos rizados ya que, a alta velocidad, es muy fácil que acabemos con nuestros huesos en el suelo.
En muchos casos, la mejor parte para rodar es justo la que marca la divisoria entre la tierra y la cuneta. Esos escasos centímetros de anchura a menudo suelen tener una superficie muy estable que permiten un avance rápido y seguro, en especial, cuando ha llovido y las roderas se llenan de charcos y el centro se queda con un barro muy blando.
A muchos cicloturistas lo que les da miedo a la hora de hacer gravel con la bici de carretera es que esta pueda sufrir daños. En principio, si nos limitamos a circular por pistas de tierra, no existe ningún problema ni a la bici le va a ocurrir nada que no le le pasara al atravesar una carretera descarnada como las muchas que encontramos en nuestro país. Evidentemente, estaremos atentos para evitar los baches y piedras de mayor entidad que pudieran darnos un disgusto, pero más por una posible caída que porque la bici se vaya a romper al someterla a este esfuerzo.