Qué come un ciclista del Jumbo-Visma durante una Gran Vuelta
Mantener un adecuado equilibrio nutricional no es nada fácil cuando se consumen más de 6.000 calorías. Así gestiona Jumbo-Visma la nutrición de sus ciclistas a lo largo de una gran vuelta para conseguir que siempre tengan la energía necesaria para rendir al máximo.
La nutrición, uno de los pilares del rendimiento de los ciclistas de Jumbo-Visma en grandes vueltas
Las gallinas que entran y las que salen. Así se podría resumir cómo es la nutrición de los ciclistas a lo largo de una gran vuelta. Una lucha constante por mantener un correcto equilibrio nutricional para conseguir aportar al cuerpo todo lo que gasta a lo largo de las duras etapas.
Con los enormes requerimientos de energía que tiene un ciclista profesional, que pueden rondar entre 6.000 y 8.000 kcal en un día típico de una vuelta por etapas, no es fácil suministrar al cuerpo todos los nutrientes que necesita, sobre todo porque, si descontamos las horas de sueños y las que pasa el ciclista pedaleando, queda muy poco tiempo para ingerir y asimilar correctamente tral cantidad de alimento.
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Esto supone un reto para el chef del equipo, que viaja de hotel en hotel con el reto no sólo de preparar comidas que cumplan con los requerimientos de nutrición fijados por los nutricionistas del equipo, sino además elaborar platos lo suficientemente variados para hacerlos apetecibles para el ciclista. Lejos quedaron los años en los que el menú se reducía a arroz o pasta sin ningún tipo de salsa y pollo a la plancha que machacaban psicológicamente al ciclista tras las duras etapas.
Jumbo-Visma es una de las escuadras que ha entendido la importancia clave de la nutrición en el rendimiento de sus ciclistas y realiza una gestión milimétrica del cálculo de las necesidades nutricionales de cada ciclista, de forma individual así como de la forma de recuperar las energías perdidas. Para ello han aplicado técnicas de machine learning en el programa informático que se alimenta de datos de los potenciómetros y ciclocomputadores para conocer cuánta energía gasta cada ciclista, de los datos individuales de cada ciclista o de datos meteorológicos como la lluvia, la temperatura o el viento que influyen en el gasto calórico.
La nutrición de un ciclista de Jumbo-Visma durante un día típico de una gran vuelta sería algo así:
Desayuno
Es la principal comida del día y momento clave para cargar los depósitos de energía antes de la disputa de una etapa. Es por ello que los carbohidratos son los principales protagonistas de esta primera ingesta del día. Un menú típico de desayuno dentro del equipo Jumbo-Visma sería:
Menú 1: Ciclista escalador ligero
- 275 g de tortitas con topping dulce.
- 50 g de pan con topping dulce, jamón y queso.
- 125 g de yogurt alto en proteína.
- 100 g de macedonia de frutas.
- 150 ml de zumo de frutas.
- Café, te, agua.
Menú 2: Gregario pesado
- 550 g de arroz o porridge de avena.
- 140 g de pan con topping dulce, jamón y queso.
- 2 huevos.
- 125 g de macedonia de frutas.
- 150 ml de zumo de frutas.
Antes de la etapa
Desde el desayuno hasta la salida de las etapas, habitualmente a partir del medio día, hay varias horas en las que es necesario seguir aportando nutrientes para mantener al máximo las reservas energéticas. En estas horas, los ciclistas de Jumbo-Visma suelen utilizar opciones más ligeras que preparan los auxiliares como pastelitos de arroz, barritas caseras de muesli, pequeños sandwiches, bollitos de pudding…
En carrera
Los productos nutricionales proporcionados por el suministrador del equipo cobran total protagonismo en la vorágine de la etapa. Barritas, geles, agua y bebidas isotónicas o con aporte energético son pautadas de forma individual para cada ciclista a lo largo de la etapa.
En los últimos tiempos ha causado cierta polémica en el mundo ciclista la utilización en carrera de cetonas, entre otros por el Jumbo-Visma, en la búsqueda de nuevas ganancias marginales.
Las cetonas son un compuesto que produce el propio cuerpo humano cuando no puede acceder a la energía de los hidratos de carbono mediante la descomposición de las grasas y que sirve como aporte de energía. Sin embargo, desde que se consiguieron sintetizar de forma exógena, se han convertido en un suplemento que se puede ingerir como si de una bebida energética se tratara suministrando un aporte de energía al que el cuerpo no tendría acceso si no fuera vaciando sus depósitos de glucógeno.
Algunos estudios llegaban a cifrar la ganancia de rendimiento obtenida mediante el uso de cetonas en un 2% lo que ha provocado que, desde algunos círculos como el Movimiento Para un Ciclismo Creíble se haya solicitado la prohibición de su uso al igual que ocurrió con el famoso Tramadol.
La UCI reaccionó proponiendo la realización de estudios científicos adicionales para valorar si el uso de cetonas mejora efectivamente el rendimiento físico y tomar una decisión sobre su prohibición con todos los datos encima de la mesa.
Recuperación
Justo nada más atravesar la línea de meta, los auxiliares esperan a los ciclistas con ropa de abrigo y bebidas recuperadoras a fin de aprovechar la ventana metabólica. Los 30 minutos después del esfuerzo en los que el cuerpo se muestra especialmente receptivo a la asimilación de nutrientes. En esta media hora el ciclista ha de beber líquido para rehidratarse, ingerir hidratos de carbono para comenzar a rellenar las reservas gastadas durante la etapa y, especialmente importante, es la ingestión de proteinas para favorecer la regeneración muscular.
Posteriormente, en el traslado en autobús hasta el hotel, los ciclistas continúan con el proceso de recuperación ingiriendo pasta, sandwiches, ensalada de arroz, pastelitos o similar para así seguir recuperando todo lo gastado a lo largo del día.
Cena
Tras el desayuno, la cena es el otro momento clave del día en la nutrición del ciclista además de ser uno de esos momentos que el deportista tiene para desconectar de la jornada por lo que también tiene un claro componente psicológico.
Es por ello que el chef del equipo ha de esforzarse en proporcionar una comida atractiva pero que, a su vez, cubra las necesidades nutricionales del ciclista. El menú va variando a lo largo de las etapas, pero hoy en día es posible encontrar en él opciones como pizza, pasta, gnocchis, patatas, verduras, carne… prácticamente lo mismo que podríamos cenar cualquiera de nosotros pero, eso sí, con unas cantidades y proporciones ajustadas a lo que necesita el ciclista.
Aún no acaba aquí la alimentación diaria del ciclista ya que, antes de ir a dormir, estos tienen a su disposición un pequeño picoteo como, por ejemplo, un pequeño pudding con queso, frutas y pastelitos ricos en proteinas.
El trabajo del equipo para suministrar todo lo que los ciclistas requieren en su alimentación diaria es ingente, como no podía ser menos al tratarse de unos de los pilares del rendimiento del deportista. Los chefs, nutricionistas y auxiliares trabajan de la mano para calcular día a día lo que necesita cada ciclista de forma individual, elaborarlo y proporcionárselo al ciclista.