¿Qué ocasionó la caída en la la Itzulia, es necesario encontrar un culpable?
Tras la dramática caída masiva que se produjo en la Itzulia, con imágenes muy crudas de ciclistas como Jay Vine o Jonas Vingegaard inmóviles en el suelo y siendo evacuados en ambulancia, el mundo del ciclista se pregunta si situaciones como las de ayer son evitables o quién es el responsable de que se haya producido, todo ello con opiniones encontradas amplificadas por el altavoz de las redes sociales entre las que, sin embargo, encontramos unas cuantas píldoras de sensatez.
La seguridad en el ciclismo en entredicho tras la grave caída de la Itzulia
Cuando se produce una caída grave en el ciclismo rápido se alzan voces criticando a la organización de la carrera por el trazado elegido para la misma. De hecho, incluso hemos visto recientemente ponerse la venda antes que la herida a la organización de París-Roubaix, cediendo a las presiones de la Asociación de Ciclistas Profesionales y modificando la entrada al mítico tramo de Aremberg con una solución que quizás sea peor que el problema que se trata de resolver.
La caída que se produjo en la Itzulia en el descenso del alto de Olaeta, cuando faltaban unos 40 kilómetros para la conclusión. Una carretera que los habituales de la zona tienen totalmente controlada y no tardaron en pronunciarse sobre ella. Al poco rato tras producirse el incidente podíamos leer opiniones como la del exciclista Joseba Beloki, que comentaba en redes sociales “los de la zona conocemos muy bien esa curva. A priori fácil por angulación pero muy complicada por el piso. Raices internas que te sorprenden en plena trazada”.
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Del mismo modo se pronunciaba el ciclista de Euskaltel-Euskadi Mikel Bizkarra, que era claro “En esa carretera hay un montón de raíces de los arboles por debajo del asfalto que hace que la carretera sea muy botona. A la vista no se aprecian pero sin darte cuenta vas dando botes y si no llevas el manillar bien agarrado es ‘fácil’ salir por los aires”.
Con estos antecedentes es fácil culpar a la organización por colocar un tramo así en el recorrido, sin embargo, tal como se pudo ver en la retransmisión previo a esa curva había enlaces señalizando el tramo peligroso. Tenemos que tener en cuenta que situaciones como las que se describen incluso con carreteras en peor estado, son habituales de las carreteras de montaña que, salvo en carreras como el Tour de Francia, que con su poderío económico se pueden permitir costear en parte el asfaltado de muchos de los puertos por los que transita, tenemos que asumir que las carreteras de montaña son como son y, de hecho, es parte de su esencia.
No han tardado tampoco en salir opiniones, incluso en la misma línea de meta tras la finalización e la etapa, fijando la culpabilidad de lo ocurrido en el propio ciclista y en como se desarrollan las carreras ciclistas en la actualidad. Sin duda, el que más claro habló fue Pello Bilbao, explicando como es una constante en las carreras que todos los equipos quieran estar agrupados junto a sus líderes en la parte delantera de la carrera a la vez que explicaba que el pelotón entró rapidísimo en esa curva. Unas situaciones que, según él deberían hacer reflexionar a los propios ciclistas.
#Itzulia2024 | Entrevista con Pello Bilbao tras pasar la línea de meta. Hablando de todo lo sucedido.
— Le Puncheur (@LePuncheur_) April 4, 2024
“Creo que nos tiene que hacer reflexionar a los propios ciclistas”.
@lauramtaberner pic.twitter.com/swEleus5lA
Otros exprofesionales como Nicholas Roche apuntaba también como responsable del aumento de las caídas en el pelótón a que la evolución técnica de las bicis y la cada vez mejor aerodinámica hace que cada vez se ruede más deprisa, si el sumamos a que los frenos de disco son capaces de detener la bici en menor espacio todo se suma para que el margen de reacción que les queda a los ciclistas sea mucho menor y, a mayor velocidad, las consecuencias de las caídas resulten más graves.
En cualquier caso, todos asumen que las caídas son una parte inherente al ciclismo y que, en la mayoría de los casos son simplemente inevitables sin condicionar el desarrollo de este deporte. Está claro que si llevas la carrera por autovías de tres carriles, en días soleados, con el firme limpio y seco, sin viento y terreno llano se producen menos caías pero ¿realmente es ese el ciclismo que queremos ver?
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Quizás la solución a todo esto pase por un lado por exigir mayor protección de los recorridos a los organizadores, algo en lo que se ha mejorado en los últimos años y no es extraño ver muchas curvas y zonas complicadas protegidas con colchonetas o reforzando la señalización, incluso con paneles luminosos como ha venido aplicando Flanders Classics en sus carreras. Otra vía de mejora de la seguridad sería incidir en el desarrollo de sistemas de protección del ciclista, como el culotte con airbag del que os hablábamos en este artículo, que minimicen las consecuencias de las caídas sin interferir en el rendimiento del ciclista.
Incidentes como el que vivimos en la Itzulia sirven para plantear estas mejoras y seguir avanzando, un proceso que se ha de hacer cuidadosamente para no perder la esencia de este deporte en la que, nos guste o no, el riesgo es parte del juego y todos los ciclistas asumen que bajar un puerto a 80 km/h o luchar la posición en un pelotón que rueda a mas de 60 km/h es algo inherentemente peligroso.