Por qué te gusta más un tipo de entrenamiento ¿qué significa eso?
A la hora de mejorar nuestra forma en bici hay ciertos tipos de sesiones que son un poco el abc del entrenamiento, orientadas a trabajar cualidades muy concretas. En función de nuestras características como ciclistas todos tenemos nuestras preferencias y los que más fácil conseguimos clavar mientras que hay otros en los que siempre tenemos que sufrir hasta el límite para conseguir cumplir con lo marcado.
Dime cómo te gusta entrenar y te diré que ciclista eres
Aunque hay cientos de formas de planificar una sesión de entrenamiento, tantas como entrenadores, al final, se trata de lo mismo: distribuir una carga suficiente, de forma que sea capaz de afrontar por el ciclista no sin cierto esfuerzo, para ir mejorando la característica concreta que deseemos trabajar.
Sin embargo, hay sesiones que se repiten en casi todos los planes de entrenamiento y que hacen desde ciclistas profesionales a quién sólo trata de mejorar entre los compañeros de grupeta. Vamos a ver algunas de ellas y tratar de explicar qué significa que se te de bien o mal afrontar ese tipo de entrenamiento.
Rodajes de fondo
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Se trata de un entrenamiento muy simple. Lo que popularmente se conoce como base consiste en rodar muchas horas a un ritmo constante situado en la conocida como Z2. Es el entrenamiento más típico de los primeros compases de cada temporada en el que se busca asentar una buena base aeróbica que nos haga ser más eficientes a la hora de consumir grasas como combustible predisponiendo al cuerpo para el trabajo de intensidad que vendrá en meses sucesivos.
Si nuestra base aeróbica no es la adecuada, bien por falta de entrenamiento previo o porque siempre nos hemos centrado en disciplinas de corta duración, por ejemplo el ciclocross, nos costará bastante esfuerzo pasar de determinado tiempo sobre la bici. Aparte, son sesiones que, cuando no tenemos un nivel mínimo de partida son especialmente frustrantes por lo despacio que nos obligan a ir ante el más mínimo repecho. Sin embargo es un entrenamiento muy necesario ya que, cuanto mejor base aeróbica tengamos más alto podrá ser luego nuestra forma alcanzada.
Under/Over
Se trata de entrenamientos de intervalos que consiste en alternar un tiempo ligeramente por encima de umbral con tiempo ligeramente por debajo. Un entrenamiento que resulta sencillo y atractivo para quienes cuenten con buena capacidad de recuperación tras esfuerzos intensos. Sin embargo, los ciclistas que no cuenten con ella irán viendo como la acumulación de esfuerzos les hace sufrir mucho según va avanzando la sesión. Un entrenamiento superintenso y realmente ameno si tu cuerpo tolera bien el lactato pero agónico cuando aumentamos la exigencia o nuestra forma no es óptima.
Sin embargo, esta es precisamente la misión de este tipo de entrenamientos, enseñar al cuerpo a trabajar en presencia de una alta concentración de lactato, es por ello que realmente los unders no son una recuperación sino que se realizan a un nivel de intensidad también notable.
Sweetspot
Como su nombre indica, se trata de entrenar en ese ‘punto dulce’, esa intensidad donde rodamos realmente fuerte pero que podemos mantener durante un tiempo prolongado. Un tipo de entrenamiento que resulta más fácil de afrontar si contamos con una buena eficiencia energética por lo que, como comentábamos anteriormente, contar con una buena base que nos haga recurrir más fácilmente al consumo de grasas será de gran ayuda a la hora de realizar estos entrenamientos.
Se trata de hacer varios bloques que suelen moverse entre unos 20 o 30 minutos a un ritmo ligeramente inferior al marcado por nuestro FTP y que nos ayudan a mejorar nuestro ritmo de crucero, haciéndonos ciclistas más veloces.
Microintervalos
Uno de los entrenamientos mas típicos son los 30/30, es decir, 30 segundos a tope, 30 segundos de recuperación. Un entrenamiento que pocos ciclistas son capaces de disfrutar porque supone contar con una gran capacidad mental para tolerar el ardor de piernas que nos provoca la alta intensidad unida al exiguo tiempo para recuperar.
Sin embargo, también es un claro indicativo de nuestro nivel de forma y, según vayamos mejorando, es un entrenamiento que toleraremos cada vez mejor. Es importante si nos enfocamos a la competición porque es una de las mejores simulaciones de la situación que nos encontramos a menudo en carrera con constantes cambios de ritmo sin tiempo para recuperar.
Un caso especial de este tipo de intervalos sería el trabajo de sprints, con esfuerzos aún más cortos pero a la máxima intensidad que seamos capaces de dar aunque, a cambio, este tipo de trabajo se suele combinar con tiempos de recuperación más largos.
Existen muchos otros tipos de sesiones de entrenamiento a las que estaréis acostumbrados quienes sigáis una preparación planificada: intervalos de 5 minutos, largos sweetspots de 1 hora, intervalos que arrancan con 30 segundos a alta intensidad para luego continuar al ritmo buscado o, al contrario, terminar el intervalo con un sprint, o esos progresivos en los que vamos incrementando poco a poco la intensidad. Las variaciones son muchas y depende en muchos casos de las preferencias de cada entrenador y de nuestros puntos fuertes o débiles que tengamos que hacer más o menos unas u otras. ¿Cuáles son vuestros entrenamientos favoritos? Cuéntanoslo en nuestras redes sociales.