Razones para incluir el yoga en tu entrenamiento
La preparación complementaria a menudo es ignorada por muchos ciclistas que únicamente piensan en hacer sus rodajes de fondo o sus series cuando se trata de entrenar. Sin embargo, actividades como el yoga se pueden encajar muy fácilmente en nuestro plan de entrenamiento y nos ayudan a ser mucho mejores ciclistas. Te explicamos lo que te puede aportar el yoga.
Conviértete en mejor ciclista gracias al yoga
Tradicionalmente los ciclistas han sido bastante cuadriculados en su preparación. El camino para estar en forma consistía en pasar muchas horas sobre la bici cuantas más mejor. Sin embargo, hoy en día esto ha cambiado. No hay más que visitar la concentración invernal de cualquier equipo profesional para comprobar como dedican sus tardes a otro tipo de actividades complementarias como ejercitarse en el gimnasio, realizar trabajo específico de core con actividades como el pilates, estiramientos, etc. Entre todas estas actividades complementarias se incluye también el yoga, un perfecto complemento que aporta múltiples ventajas al entrenamiento del ciclista.
Perfecto para la recuperación activa
En los entrenamientos del ciclista los días de recuperación a menudo consisten en una salida corta de un par de horas pedaleando a ritmo muy suave. Sin embargo, muchos son los ciclistas que necesitan ese día para desconectar de la bici o no les apetece pedalear un par de horas sin casi coger temperatura en una jornada gélida de invierno.
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Incluir estos días una sesión de yoga nos permite introducir actividad física pero de muy bajo impacto. Una actividad que además ayuda a estirar la musculatura y trabajar la movilidad articular con movimientos suaves y encadenados. Aparte, por su propia naturaleza con un punto espiritual, el yoga nos ayuda a conocer mejor nuestro cuerpo de forma que aprendemos a detectar pequeñas señales antes de que se conviertan en un problema en forma de lesión: un pequeño punto de molestia, una zona contracturada, una articulación con menos rango de movimiento que otra, etc.
Control mental
El yoga es una actividad en la que cuerpo y mente han de trabajar en perfecta sintonía. Con su práctica aprendemos a focalizar nuestros pensamientos en las diferentes asanas que vamos realizando, alejando pensamientos no deseados de forma que no afecten a la concentración.
Un aprendizaje que, sobre la bici, resulta un poderoso arma para no venirnos abajo cuando nos sacan de punto y vamos sufriendo hasta el límite en un puerto y nuestras piernas nos piden aflojar el ritmo o pasamos un momento de crisis y tenemos que alejar de nuestra mente esos pensamientos que nos piden subir piñones y dejarnos ir. Aparte, el yoga es una actividad de reconocida eficacia a la hora de reducir el estrés lo que, sin duda, mejora nuestra calidad de vida y nuestro descanso.
Mejora de la flexibilidad
A nivel propiamente físico, la principal ventaja que aporta la práctica del pilates es la mejora de la flexibilidad, de nuevo, uno de los talones de Aquiles de muchos ciclistas. Sin embargo, contar con una buena flexibilidad es algo que nos permite sostener la posición sobre la bici de forma más sencilla a la vez que podemos recurrir a colocaciones más agresivas que nos permitan contar con una mejor aerodinámica lo que, obviamente, también tiene una repercusión directa sobre el rendimiento.
Control de la respiración
La correcta realización de las diferentes asanas durante una sesión de yoga implica sincronizar la respiración con cada uno de los movimientos. Una sincronización que, cuando estemos sobre la bici, podemos trasladar al pedaleo evitando caer en la hiperventilación cuando la intensidad del esfuerzo se eleve lo que, por otra parte, redunda en retrasar ese punto donde estamos en agonía.