Ya conocemos el recorrido de La Vuelta a España 2025
Segunda de las tres grandes vueltas que presenta su trazado tras conocerse el del Tour de Francia 2025 a finales de octubre. Al igual que ocurría con la prueba gala, que ha presentado un trazado que se ha ceñido a unos cánones clásicos en esta prueba, La Vuelta 2025 no hace sino explotar hasta el hartazgo las fórmulas que viene aplicando en los últimos tiempos en una carrera que arrancará el 23 de agosto desde la región italiana del Piamonte.
Inicio italiano y sobredosis de finales en alto marcan el recorrido de La Vuelta a España 2025
Nada menos que 10 finales en alto tendrán que afrontar los ciclistas que participen en La Vuelta a España 2025, no hemos encontrado el dato, pero seguramente sea un récord para una gran vuelta, muchos en etapas con kilometrajes contenidos y con escasa dureza antes de ellos en lo que en los últimos tiempos muchos han venido en denominar como “ciclismo YouTube” por limitarse la acción al final de la etapa.
Un aspecto que ha suscitado tras conocerse el recorrido de La Vuelta a España 2025 opiniones encontradas entre los aficionados pero lo que no se puede negar es que Unipublic, organizadora de la carrera sigue apostando año tras año por esta fórmula porque les funciona y genera buenas audiencias televisivas en la única de las tres grandes que no emite todas las etapas en su totalidad como sí hacen Giro de Italia y Tour de Francia.
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Dos aspectos más marcan el recorrido. El primero la ya conocida salida en la región italiana del Piamonte con la ciudad de Turín como punto de inicio de la carrera y cuatro etapas a disputar en este inicio, la última de ellas, adentrándose en tierras francesas a través de los Alpes aunque de forma totalmente descafeinada. El otro, que La Vuelta a España 2025 únicamente transitará por la mitad norte de España tras las tremendas críticas que suscitó la primera semana de la última edición por las tremendas temperaturas de finales de agosto que tuvieron que soportar los ciclistas y que condicionaron el espectáculo de las primeras etapas.
Como decíamos, la carrera arranca en Turín transitando hasta Novara en la que será la segunda etapa más larga de La Vuelta a España 2025 de trazado totalmente llano y, ya al día siguiente, los ciclistas afrontarán la primera llegada en alto en Limone Piamonte tras una jornada también llana. Para la tercera la organización ha elegido un trazado de corte rompepiernas pensando en dar oportunidad a las fugas para, al día siguiente, abandonar Italia con destino a la vecina Francia con una etapa que atraviesa los Alpes a través de los puertos de Montgenevre y el Lautaret, pero lo hace en su parte inicial como mero trámite ya que el resto de la jornada será llano y bajada desaprovechando totalmente el tránsito por la zona.
Desde ahí, La Vuelta a España 2025 realizará el traslado a España para afrontar, en la 5ª etapa, una contrarreloj por equipos en la localidad gerundense de Figueras, de apenas 20 kilómetros pero que servirá para generar las primeras diferencias antes del día siguiente cuando La Vuelta viajará hasta Andorra con la primera joranda en la que los favoritos se tendrán que mostrar. No es una etapa tremendamente montañosa, marcada por el ascenso a Tosses mediada la etapa y el final andorrano con la habitual tachuela de La Comella como previo al ascenso a Pal, este sí, un puerto duro.
No cesa la acción en la 7ª etapa que recupera un trazado habitual en los años 80 llegando hasta la estación de esquí de Cerler, en pleno valle oscense de Benasque. Una jornada con un buen encadenado de puertos en el que se ascenderá el Cantó, la Creu de Perves, Coll de l’Espina y el final en Ampriu la parte más alta hasta donde alcanza la carretera que llega a la estación de esquí de Cerler. Etapa interesante aunque condicionada por la excesiva separación entre puertos por lo que, como ya ocurría cuando era final habitual, el desenlace se limitará al último puerto.
Y hablando de etapas clásicas, qué decir de la llegada a Zaragoza, ciudad que se ha utilizado habitualmente en los trazados de La Vuelta, junto con Albacete, para buscar jornadas en las que el viento nos pueda deparar espectáculo, de hecho, la llegada a la capital aragonesa desde el norte significa que, si el Cierzo hace acto de presencia, este golpee de costado a favor al pelotón, la condición ideal para que se produzcan abanicos.
Se cierra la primera semana de la carrera con un tercer guiño a esas vueltas de los años 80 con la llegada a la estación de esquí de Valdezcaray, lamentablemente, en otra jornada de corte monopuerto a lo que, si sumamos que se trata de un ascenso muy tendido, no sería descartable ver a una decena de ciclistas jugándose la etapa al sprint.
A la vuelta de la primera jornada de descanso, La Vuelta a España 2025 continuará con la misma tónica. En la 10ª etapa viajando hacia el valle del Roncal para ofrecernos otra jornada monopuerto con final en Belagua, es decir, la vertiente española de la Piedra de San Martín que, al igual que decíamos de Valdezcaray, se trata de una subida bastante tendida que no debería provocar diferencias más allá de que algún ciclista tenga un mal día.
En la etapa 11ª, La Vuelta toma prestado, el recorrido de la etapa que inauguró el Tour de Francia 2023, es decir, Bilbao nos deparará una interesante etapa de media montaña, también con el ascenso a Pike Bidea previo al descenso final hacia la meta ubicada en la capital vizcaína. Y proseguirá el periplo por la costa con una jornada al día siguiente hacia tierras cántabras, concretamente hacia Corrales de Buelna con una etapa de curioso trazado, llana en su mayor parte salvo el ascenso a Alisas en el primer tercio y a la dura Collada de Brenes que se corona a poco más de 20 kilómetros de la conclusión.
Llegamos así al final de la segunda semana con un fin de semana que ha de ser decisivo de cara a la clasificación general al concentrar en Asturias las dos etapas más selectivas de la carrera. La primera de ellas, la más larga de esta edición de La Vuelta a España 2025, llevará al pelotón hasta el Angliru aunque a través de un trazado totalmente llano, concentrándose la dureza en los últimos 50 kilómetros en los que se encadenan el Alto de la Mozqueta, el indispensable Cordal y la subida final al Angliru.
La segunda etapa asturiana nos ofrece un recorrido exprés de esos que también tanto gusta La Vuelta. Apenas 135 kilómetros que recuperan la llegada a La Farrapona que se ciñe a lo típico de cuando ha llegado La Vuelta por estos lares en vez de tratar de aprovechar la recién asfaltada vertiente leonesa que daría tremendo juego para otras opciones. Un puerto, que, para no salirse del guion, vendrá precedido del duro puerto de San Lorenzo. Únicamente queda para cerrar la semana una etapa de corte rompepiernas que llevará al pelotón hasta tierras gallegas para finalizar en Monforte de Lemos.
Continuará en la misma línea que el resto de La Vuelta a España 2025 la tercera semana que arranca con una interesante etapa de media montaña plagada de pequeñas cotas entre Poio y Mos, por supuesto, sin que falte final en alto. Se cerrará el tríptico gallego al día siguiente con la llegada al Morredero, de nuevo etapa de kilometraje reducido, y sin dificultades más allá de la subida final.
En la jornada 18 llega una de las jornadas importantes de la carrera con la disputa de una contrarreloj individual en Valladolid, 26 kilómetros que deberían de dejar la clasificación vista para sentencia si es que quedara algo que decidir a estas alturas de carrera, lo cual es probable por la intencionada búsqueda de etapas que no deparen excesivas diferencias.
Tras la crono, sólo quedará la tradicional etapa de la Sierra de Guadarrama que, combina la zona de la sierra oeste que se recorrió el año pasado con la recuperación del final en Bola del Mundo que viene precedido de un primer paso por el puerto de Navacerrada desde su vertiente segoviana. Sin duda, un recorrido atractivo aunque condicionado por la tremenda dureza de los 4 últimos kilómetros que, como ya sabemos, sólo suele servir para bloquear la carrera hasta ese momento.
Unipublic sigue apostando por hacer una Vuelta a España más enfocada hacia el público general que únicamente se conecta, aprovechando la sobremesa, a la parte final de las etapas en vez de satisfacer al aficionado fiel a este deporte. Obviamente, los números mandan y gozar de las mayores audiencias televisivas, aunque sea en una franja muy concreta, y llenar las cunetas en los finales de etapa, aunque no haya un alma en el resto del recorrido, es la fórmula con la que en estos últimos tiempos les están saliendo las cifras que, al fin y al cabo, es en lo que consiste la organización de una gran carrera.