Reeducar el paladar para adelgazar
"Somos nuestro peor enemigo" es una frase recurrente que los deportistas aprendemos antes o después. Nos damos cuenta que por mucho que creamos que es nuestro entorno el que nos impide conseguir lo que queremos, la mayoría de veces somos nosotros los que nos autosaboteamos. Por ejemplo esto sucede cuando intentamos mantener nuestro peso a raya pero constantemente sentimos impulsos internos de comer alimentos azucarados o con grasas. Aquí vamos a ver algunos consejos para reeducar nuestro paladar, controlar esos impulsos y conseguir al fin adelgazar.
Reeducar el paladar para adelgazar y tener más autocontrol
El principal problema cuando decidimos cambiar nuestros hábitos de alimentación es que estamos acostumbrados a consumir muchos producos procesados que han conquistado nuestras sensaciones. Nuesto organismo ha perdido los referentes originales sobre los sabores y la invasión de productos hipeedulcorados han hecho que no percibamos la fruta tan dulce, lo mismo pasa con los productos salados. Así que vamos a intentar adoptar algunos hábitos que finalmente nos hagan sentir felices con una dieta más sana que nos ayudará a adelgazar.
Tomar consciencia y reducir productos edulcorados/salados
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Tenemos que ser parte del proceso, no podemos dejarnos en manos de terceros (nutricionistas, linbros, cursos, etc). y pensar que ellos van a obrar el cambio en nosotros. Tenemos que ser conscientes que somos nosotros lo que vamos a reeducar nuestro paladar y sin duda que al principio conllevará esfuerzos.
Los que consumimos productos azucarados percibimos la fruta un 40 % menos dulce de lo que realmente es, así que la reducción progresiva de productos edulcorados hará finalmente que la fruta sea una recompensa lo suficientemente dulce para nuestro organismo. Al igual pasa con los productos salados.
Aprender a cocinar y descubrir nuevos productos
Para que el primer punto sea más fácil de introducir en nuestra rutina es muy buena idea que tengamos curiosidad por aprender nuevas técnicas de cocina y descubramos nuevos productos. Por ejemplo, los frutos secos al horno (sin sal añadida), o las verduras desidrtadas caseras pueden ser un buen sustituto de las patatas fritas. Y cuando el antojo de dulce sea insostenible puedes probar con frutas como el Persimón que tiene más cantidad de fructosa y glucosa que el resto.
Prueba aa tus comidas y descubrirás un nuevo mundo de sabores.
Controlar la ansiedad
Los impulsos primitivos que nos llevan a tener que consumir productos procesados suelen ser más fuertes cuando aumenta nuestra ansiedad. Para poder adaptar nuestra dieta sin muchas recaídas debemos controlar nuestra ansiedad.
Para ello debemos hacer 5 comidas al día, mantenernos hidratados y hacer ejercicio cada día. La receta parece sencilla pero hay que dedicarle bastante tiempo y esfuerzo para que se cumpla cada día. Las primeras semanas el control de la ansiedad puede resultar muy complicado pero a menudo que pasan los días es más fácil de manejar.