Relación peso/potencia: la clave del rendimiento ciclista
A lo largo de los años, el rendimiento se ha medido de diversas formas: cadencia, pulsaciones, potencia. La relación peso/potencia es el siguiente nivel.
Porque es quizá el único factor que no guarda relación con factores y variables secundarias, por lo que tu valor de relación peso/potencia es lo más sincero que te puedes echar a la cara encima de tu bicicleta.
Por qué la relación peso/potencia es el valor óptimo de medida
Y entonces aparece el factor clave: cuantitativo, independiente, no influenciable por factores externos y que aporta valores relativos. La relación peso/potencia. Lo de relativo es fundamental porque los ciclistas están comúnmente preocupados por su peso, pero ahora el peso también es relativo.
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La relación peso/potencia mide cuánta potencia mete cada kilo de los que hay en tu cuerpo. Y es fundamental porque antes se pensaba que perder peso implicaba mejorar valores, pero no es del todo cierto. Un kilo de músculo ocupa bastante más que uno de grasa, así que hay que perder grasa pero cuidar para no perder músculo, porque entonces perder peso conllevaría perder potencia.
Los datos desde entonces no dejan lugar a dudas: un ciclista profesional puede mover en torno a 6 vatios por kilo; tú seguramente muevas entre 3 y 4. Además, ellos pueden hacerlo en rutas larguísimas y no sólo en un tramo o para perseguir un KOM, ya sabes a qué nos referimos. Es más, un perfil ciclista de sprinter puede llegar a meterle a la maquinita hasta 1900 vatios puntuales (aquí no hablamos de relación peso/potencia, sino de vatios absolutos). Ahí queda eso.
Lo mejor de la relación peso/potencia es que deja de lado la morfología del ciclista. No importa tu talla o tu peso, importa cuántos vatios mueves por cada kilo tienes. Porque si tus kilos (aparentemente de más) son músculo para mover vatios, vas a reventar a otro más delgado. De este modo, se puede comparar dos perfiles fisiológicos distintos sin lugar a dudas. Así que estas variables hacen que debas centrarte en:
- Mantener tu peso constante y aumentar la potencia de tu musculatura.
- O en mantener tu potencia constante y disminuir tu peso.
Por supuesto, idílicamente sería idóneo perder peso aumentando potencia, pero a no ser que tengas sobrepeso, esto es imposible y escapa a la lógica alcanzado un cierto punto de forma.
Divide los vatios que metes en el potenciómetro por tus kilos de peso y obtendrás tu relación peso/potencia. Poco a poco, ve entrenando y midiendo este valor. Una mejora aquí es una mejora real, sin lugar a dudas. Intenta reducir grasa o convertirla en músculo con tus entrenamientos. Los resultados llegarán solos.
La evolución de las mediciones hasta la relación peso/potencia
En primer lugar, la cadencia siempre ha sido un factor totalmente subjetivo: ver la alegría con la que movía el desarrollo un ciclista cuesta arriba parecía síntoma de su estado de forma y de su estado de ánimo. Se usaba la expresión de “ir sin cadena” cuando alguien rompía el ritmo normal para emplear una sucesión de pedaladas alegre, rápida y constante. Pero para nada servía, no aportaba valor cuantitativo alguno. Por lo que con la llegada de los pulsómetros fueron precisamente las pulsaciones el siguiente método.
Estábamos aún lejos de los vatios, y más aún de la relación peso/potencia que vino de su mano. El estado de forma de un ciclista se medía en función de su respuesta en pulsaciones a un esfuerzo. Famosas son las afirmaciones de aquellos valores inhumanos de Induráin en reposo: 28 pulsaciones. La afición entendía que con tamaño corazón era imposible competir: cada más de 2 segundos un bombeo significa que la cantidad de sangre oxigenada que impulsaba el corazón de Induráin en reposo era casi el doble del de cualquier hijo de vecino.
Pero tampoco era un factor fiable. El estado de forma, la genética, incluso las condiciones climáticas influyen enormemente sobre los valores en pulsaciones. Sí que era más fiable que lo que hasta entonces se había tenido en cuenta, pero no era un valor exacto. Y en multitud de ocasiones la realidad de una prueba ciclista puso en evidencia a más de un confiado en función de sus pulsaciones en pretemporada.
Y así llegaron los potenciómetros, y lo cambiaron todo para siempre. Fue sin duda un gran responsable el equipo Sky y su obsesión por medirlo todo, porque los pequeños detalles contaban. Aparecieron potenciómetros de buje de rueda trasera, potenciómetros de eje de pedalier que miden la potencia a través de las bielas, potenciómetros de pedales. El caso era medir la potencia que nuestra musculatura era capaz de meter en la bicicleta.
Por eso los potenciómetros han cambiado el mundo del ciclismo. Porque se acabaron los trucos: lo que mueves es lo que tienes de potencia muscular, independientemente de si lo haces en plato grande o con alegría, a 170 o a 190 pulsaciones. La relación peso/potencia es la clave. Invierte en un potenciómetro y empieza a entrenar al siguiente nivel.