Revisa tu bici en M
Dicen que es mejor prevenir que curar. Y, en el mundo de las bicis, eso es especialmente cierto. Si alguna vez te has quedado tirado a mitad de salida por una avería que podrías haber evitado, lo sabes perfectamente. Para que no te pase eso que tanta rabia da, hay un método muy sencillo: revisa tu bici en M cada cierto tiempo. Se trata de un sistema de mantenimiento rápido, en 5 pasos, que te ayudará a detectar problemas y anomalías.
¿Qué es la revisión ‘en M’? La maner más sencilla y rápida de revisar tu mountain bike o bici de carretera
Como puede que hayas adivinado, el nombre de esta técnica (M-check, en inglés) se debe a la forma que ‘dibuja’ sobre la bici. Esencialmente, se empieza en la rueda delantera, se sube al manillar, se baja a los pedales y la transmisión, remontas hasta el sillín y desciendes de nuevo hasta la rueda trasera.
Fácil de recordar, ¿verdad? Pues ahora vamos a ver paso a paso lo que debes hacer en cada uno de estos puntos. Pero, si quieres más detalles, no tienes más que echar un vistazo a nuestra guía completa para el mantenimiento de tu mountain bike.
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- Rueda delantera: comprueba que está bien montada y que el buje no está dañado, accionando el freno y tratando de moverla hacia los lados. Realiza un chequeo visual a la cubierta para ver si tiene daños detectables a simple vista y comprubea que la presión sea correcta. En este punto puedes también comprobar que las pastillas de freno no se terminarán durante la ruta y tocar los radios para ver que todos tienen la misma tensión más o menos.
- Manillar: examina que esté recto y bien apretado. Para esto último, fija la rueda entre las piernas y trata de girar el manillar. Si se mueve, deberás apretarlo un poco más, pero ojo al par de apriete si es de carbono. Haz lo mismo con las manetas de freno, los pulsadores de cambio o cualquier mando remoto de suspensión que tengas instalado.
- Pedales y platos: da unas vueltas a los primeros para cerciorarte de que giran sin impedimento ni ruidos extraños. Después, con ellos en vertical (uno hacia arriba, uno hacia abajo) y los frenos accionados, tira de ellos hacia abajo para comprobar la salud del eje pedalier. Si hay movimiento, seguramente tengas que reemplazarlo. Revisa los dientes de los platos, por si alguno estuviera muy gastado.
- Sillín y tija: intenta mover el sillín hacia los lados (si está bien fijo, no lo conseguirás) y comprubea que la altura de la tija no ha variado (estopuedes hacerlo con una pequeña señal adeshiva en la tija) . Si tu bici es de doble suspensión, examina que los rodamientos funcionen bien y no tengan ruidos. Y, ya que estamos por la zona, echa un vistazo al cuadro, que no haya fisuras en el carbono y que todo esté en orden alrededor de las soldaduras en el aluminio. Si encuentras cualquier grieta, por pequeña que sea, lleva tu bicicleta al taller.
- Rueda trasera: repite las operaciones que llevaste a cabo con la delantera, y luego pasa a la cadena y los piñones. Si están limpios y bien lubricados (sin pasarse), y sin signos de óxido, levanta la rueda y ve cambiando el desarrollo mientras mueves los pedales.
Y ya hemos terminado. Esta revisión apenas te llevara unos minutos si la realizas con regularidad, y te recomendamos que no la hagas justo antes de salir a todar, ya que si encuentras alguna anomalía no tendrás tiempo de solucionarla. Así que lo mejor es hacer este tipo de comprobaciones justo despues de lavar la bici tras una salida, de esta manera seguro que está a punto para la siguiente.
Artículo escrito por Iván Fombella.