Con esta rueda no contaminas y además filtras el aire de tu ciudad
Si unimos bici y ciudad tenemos una doble cara: la bicicleta es un gran transporte urbano, limpio y saludable; pero en la ciudad abunda el tráfico rodado, los atascos y la contaminación. ¿Cómo hacer que montar en bici sea doblemente útil? Con una rueda que elimina esa contaminación.
La idea de Rolloe: una rueda para limpiar el aire de la ciudad con tu bici
Si hay un par de cosas que molestan verdaderamente a los ciclistas en las urbes son la mala adaptación de muchas áreas al tráfico en bicicleta, y la contaminación, que hace que sea incluso peligroso rodar en bici en algunas grandes ciudades mundiales donde los índices de contaminación están disparados.
Con la pandemia de coronavirus y el confinamiento pudimos comprobar también un par de cosas: la contaminación se redujo a niveles históricos, y la bicicleta se convirtió en el medio de transporte por antonomasia, por ser limpio, individual y seguro.
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¿Cómo mejorar esta dualidad? Pues haciendo que la bicicleta incluso limpie el aire de contaminación. Pero, ¿eso se puede conseguir? Pues desde ahora sí.
Esta rueda de bicicleta lo hace. Así es, los ingenieros y las ingenieras no dejan de darle al coco y ahora han presentado un proyecto llamado Rolloe, una rueda que elimina dióxido de carbono sólo con girar. Además, actúa también con respecto a partículas contaminantes en suspensión, no sólo contra el CO2, así como con respecto a gases que desprenden los procesos de combustión.
Cómo funciona Rolloe
Y es que la bicicleta en sí no es un vehículo neutro. Emite CO2. ¿No lo sabías? Pues sí, porque para considerar el rastro de contaminación de un producto se tiene en cuenta su trazabilidad, su fabricación. Y una bici normal y corriente produce aproximadamente unos 7 gramos de carbono por kilómetro. Este dato se consigue de dividir los kilómetros potenciales que puede recorrer en su vida útil, con la energía y las emisiones hechas en su fabricación.
Sí, es poquísimo, pero es algo. Pero la Rolloe limpia eso y mucho más. De hecho, Kristen Tapping, que es la ingeniera e inventora del producto, pretende con esto ayudar a la calidad del aire de las ciudades. El sistema es bastante sencillo en la teoría: una especie de turbina adherida a la llanta de la rueda y cargada de un sistema interno de filtrado del aire con el que entra en contacto. Como las aspas de un helicóptero, capta el aire sucio, lo filtra, y lo expulsa limpio.
Los filtros son triples. La Rolloe incorpora una esponja biodegradable, un filtro HEPA y uno PM 2.5. No sabríamos mucho de esto si no fuese por la Covid, pero el PM 2.5 es similar al filtro de carbono que se sustituye en muchas mascarillas.
Además, el peso del sistema es muy reducido: tan sólo suma alrededor de 1 kilo colocado en ambas ruedas. Además, no requiere cuidados ni mantenimiento apenas, sólo cambiar el filtro cada ciertos kilómetros. De hecho, está pensado para bicicletas de las empresas de alquiler urbano, que miden los kilómetros que hacen y avisarían cuándo sustituirlo.
Sus estimaciones en Londres son las siguientes: Rolloe podría filtrar casi 80.000 metros cúbicos de aire a lo largo de un día útil instalados en las bicicletas de alquiler de la ciudad.
No será por soluciones. Si hace poco veíaos una bici sin radios, ahora con filtros. Es cuestión de tiempo y sentido común que las bicicletas ganen más espacio urbano.