Los ruidos más comunes de tu mountain bike
Los ruidos son uno de los mayores enemigos de los ciclistas. Basta con oír un leve sonido que no debería estar para que salten todas las alarmas. Aquí repasamos los ruidos más comunes, de dónde suelen proceder y como solventarlos.
Los ruidos de una mountain bike
Pueden ser muchos los ruidos que tu mountain bike desprenda. Obviamente, el primer paso será intentar buscar el origen del ruido para solucionarlo y que desaparezca. Para ello, lo mejor es rodar buscando el foco y acotarlo.
Estos ruidos pueden ser muy variados. Desde un chirrido, hasta un raspado, pasando por crujidos o incluso algunas vibraciones son la gama que puedes encontrar. Según el tipo pueden ya indicarte el origen y la razón: un chirrido constante indica una pieza móvil, una junta; mientras que una vibración, por ejemplo, se focaliza en ruedas o dirección, y puede tratarse de un mal ajuste, una pieza aflojada o algo dañado.
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Pero lo idóneo será, como decimos, buscar, probar y acotar, y en función de ello encontrarás indicaciones según la parte que produzca el ruido.
Si el ruido procede del pedalier o de la zona anexa, no te asustes. Es sin duda una de las zonas más expuestas a generar ruidos: es una de las partes de la mountain bike más móviles, junto a bujes y ruedas; está muy próxima al suelo; y está muy expuesta a la suciedad, a la abrasión y a algún que otro golpe. Normalmente, estos ruidos suelen solucionarse con limpieza externa. Si no es así, habrá que desmontar y limpiar y engrasar internamente. Si el ruido persiste, se tratará de algún desgaste o alguna pieza rota que habría que sustituir.
La transmisión ha sido el dolor de cabeza durante muchos años. Es cierto que los cambios automáticos y sistemas más novedosos aún como el sistema cerrado movido por presión de líquidos (desarrollado por Rotor) han reducido mucho estos ruidos. Y es que se solían producir por un desajuste y estos nuevos sistemas corrigen muchísimo tales desajustes. Por lo tanto, lo más lógico es pensar que se trata de un ruido común, normal y de fácil solución. Observa la cadena, para ver si tiene la tensión adecuada o si el desgaste es tal que merece un cambio. Comprueba la tensión también del cableado, si es que tienes acceso a él. Por último, comprueba la eficiencia y precisión del cambio. En todo ello suele estar la solución, es decir, en un buen ajuste del desarrollo. Si aún así hay algo que no cuadra, observa la patilla. Es esa parte que sujeta el bloque del cambio trasero al cuadro, a la unión de las vainas. Algún golpe en el uso de tu mountain bike puede doblar ligeramente la patilla, y alterar el funcionamiento del desarrollo. A veces, incluso, puede estar fisurada o partida en parte. Es una pieza barata y de fácil sustitución.
Aunque hemos apuntado que hay sistemas totalmente herméticos, no es lo más común. Por eso, revisa el cableado de tu mountain bike. El interior de las fundas se suele ir desgastando. Ese desgaste se produce por pequeñas partículas de polvo y agua que puedan entrar, junto al roce constante del cable de acero, que irá consumiendo la parte interna de la funda. Se aconseja sustituir cableado y fundas cada año.
Puede que escuches ruidos procedentes de la parte central, pero tras revisar el pedalier resulta no ser de ahí. Puedes revisar sillín y tija, porque también ocurre a menudo que sea de ahí. Quién no ha desmontado todo el bloque de sillín y ha encontrado suciedad, sobre todo en la tija. Una mountain bike come mucho polvo. Es imposible que las micropartículas de polvo no entren, así que desmonta y limpia. Así también apreciarás si llevas muy apretado el sistema de ajuste, lo que puede ocasionar daños en la tija. Algunos modelos nuevos de mountain bike ya poseen una rosca especial y concreta que hace que la presión sea la idónea, sin excesos ni defectos. También puedes usar un torquímetro, que predetermina la presión exacta, aunque es una herramienta rara difícil de ver en tiendas.
La dirección, más que sonido, suele manifestar que necesita una revisión por holguras, movimientos raros, sensaciones de falta de control total o giros con dureza o demasiada ligereza. Así que no solo agudices el oído, sino también deberás afinar el tacto.
El sistema de frenado es otro elemento que te aconsejamos revisar. Los tradicionales sistemas de zapata chillaban si la goma estaba cuarteada o gastada. Por supuesto, la entrada del sistema de frenado de disco, sobre todo en mountain bike, revolucionó este sistema. Si chilla, que es el sonido típico, piensa primero si puede ser por humedad: puede que hayas cruzado un río, zonas encharcadas o está lloviendo. Si es así, deberás secar las partes. Si el ruido persiste y los discos y pastillas están limpios, secos y bien colocados, se deberá al gastado de pastillas. Piensa que es un componente que hay que sustituir, no es eterno.
Los trucos para evitar los ruidos en tu mountain bike
El ajuste antes de cada salida es fundamental. Y la limpieza tras cada uso también. Recuerda: ajusta sin forzar; y limpia sin presión. Si usas sistemas de limpieza a presión, guarda una distancia de 70 a 80 centímetros de distancia para no dañar ciertos componentes.
Seca bien y lubrica. Diferencia entre aceite y grasa, parece algo obvio pero una confusión puede provocar que tengas que empezar de cero.
No es tan complicado, se centra en tres aspectos: ajuste, limpieza y lubricación. Tu mountain bike necesita seguir esos tres pasos para estar en estado óptimo, no lo olvides.