Una salida larga en bici o varias cortas ¿Qué es mejor?
A la hora de decidir si salir más, pero menos tiempo o en un trayecto más corto; o menos, pero más tiempo o en una ruta más larga, siempre hay dudas. ¿Qué es mejor?
Salidas cortas o salidas largas en bici: una decisión difícil
Hoy queremos ponernos en una situación bastante común y que no tiene fácil solución. Una de esas disputas a menudo infructuosas pero que tienen su miga: salir más pero en rutas más cortas, o menos pero en rutas largas.
RECOMENDADO
Decathlon llega a la Copa del Mundo XCO con el equipo ROCKRIDER liderado por Stéphane Tempier
¿Cuántos días debe descansar un ciclista a la semana?
Salir a rodar con frío tiene beneficios extra
Pros y contras de contar calorías si buscas perder peso
Configura tus manetas al milímetro con esta guía
¿Caducan los cascos de ciclismo?
Sin duda, será tu estilo de vida, tu disponibilidad de tiempo y tu placer montando en bici o mountain bike los que finalmente desequilibren la balanza a favor de una u otra opción. Pero si puedes elegir, ¿qué sería lo mejor? ¿Rodar más a menudo pero menos tiempo? ¿O rodar de vez en cuando pero darnos una buena paliza sobre la bicicleta?
Las ventajas de rodar en una sola salida pero larga
Tus rutas abarcan más terreno
Una ruta larga te permite planificar tramos que, de manera normal y corriente si haces entrenamientos más cortos, no conocerías. Se trata de poder hacer trayectos de tres cifras en kilómetros, que te permiten llegar muy pero que muy lejos en bicicleta. Y eso, sin duda, es una experiencia difícil de describir.
No hay estrés, y la experiencia es más placentera
Además, rutas más largas suelen ser sinónimo de menos estrés. No obligatoriamente, pero si la ruta supera las 5 horas, el ritmo será mayormente relajado, primando la resistencia, así que la experiencia será muy placentera sobre la bicicleta. No tendrás que ir concentrado en la cadencia o en el ritmo de respiración, podrás disfrutar sin más de lo que hay alrededor y sacar los ojos de la trocha de turno o de la carretera más exigente.
Mide tus fuerzas y tu gestión del esfuerzo
Hacer rutas largas requiere de ti que dosifiques muy bien, que te conozcas mejor aún. Porque como decía mi entrenador la procesión es larga, así que hay que ir guardando cirio. Aprender a conocerte, a medir tus fuerzas, a gestionar tu energía, es también una forma magnífica de ser mejor ciclista.
Te ayuda a planificar mejor tu alimentación y tu bicicleta
No se puede salir a una ruta larga sin un poco de planificación. Un avituallamiento encima, al menos, algo para comer y beber, y un vistazo rápido a lugares donde hacer una parada para reponer fuerzas, almorzar o simplemente tomar un café rápido. Hacer rutas largas en bicicleta te exigirá ser también manager, un gestor mejor.
Mejora tu resistencia y tu resiliencia
Y rodar en bici en rutas largas también mejora dos aspectos fundamentales: la resistencia física y mental, porque no es lo mismo dar pedales una hora que seis horas, algo que requiere aguante de músculos y de mente. Pero, además, mejora tu resiliencia, tu capacidad de adaptarte a situaciones adversas, lejos de casa, a averías, a pájaras y a mil y una historias que ponen en un brete a un buen ciclista y que exigen lo mejor de ti sobre la bici y fuera de la bici.
Las ventajas de rodar en dos salidas rápidas y cortas
En rutinas de entrenamiento, mejor la recurrencia y la constancia
Si tu misión es tener una buena rutina de entrenamiento, la frecuencia es fundamental. Sirve de poco coger la bicicleta o mountain bike un día a la semana y darte una paliza. Porque lo más importante es el hábito: entrenar esa constancia, esa rutina, ese plan recurrente que te sube a la bici día sí y día también. En esa tabla de entrenamientos, siempre es mejor varias salidas cortas que una larga.
El esfuerzo no tiene por qué ser menor, pero la recuperación sí más rápida
Cuando haces más entrenamientos en bici aunque sean más cortas las rutas, no tienes por qué pensar que tu esfuerzo es menor. De hecho, los entrenamientos más exigentes son aquellos de alta intensidad y cortos intervalos. Es decir, dar pedales durante varias horas a bajo ritmo, casi que puede hacerlo cualquiera. Dar pedales a ciertos vatios y durante un tiempo prolongado, mide a un ciclista de nivel. La que sí debe ser más rápida es la recuperación: tu cuerpo se acostumbrará a recuperar antes, porque al poco tiempo hay nuevo entrenamiento. No tienes seis días para recuperarte de unas agujetas tremendas.
Permite entrenamientos por intervalos, de fuerza o de explosividad
Como adelantábamos, hacer rutas cortas y más a menudo permite una tabla de entrenamientos más variada y completa. Si sales un día a la semana, basta con eso, con salir. Si entrenas 5 o 6 días semanales, tienes que combinar todo: resistencia, potencia, equilibrio, explosividad o cadencia. Para estos entrenamientos, siempre es mejor hacerlos cortos y muy bien estructurados y planificados.
Te permite encajarlo mejor en la agenda diaria
Es el argumento principal. Dos o tres entrenamientos cortos, de una hora u hora y media más o menos, son muy encajables en una semana atareada de cualquier persona que tiene un empleo distinto al ciclismo. Es fácil escaparse una horita, pero mucho más difícil escabullirse de las obligaciones durante una mañana completa.
No necesita planificación
Salir en entrenamientos asiduos pero cortos permite improvisar. Coger la bici de repente porque has sacado un par de horas que te permiten una hora de rodaje y otra de comida y ducha antes de volver a hacer lo que sea. Y también que un compañero te avise, y en un rato estéis dando pedales porque sabes que es un rato breve.
Argumentos hay para ambos casos. Lo importante, como siempre, es disfrutar sobre la bicicleta.