Seguro has sentido FOMO ciclista aunque no lo sepas, aquí te explicamos como aliviarlo
Es posible que muchos no hayáis escuchado nunca el término FOMO, sin embargo, es muy probable que lo hayáis sufrido, en especial si sois usuarios habituales de las redes sociales.
Qué es el síndrome FOMO
El síndrome FOMO, siglas de Fear Of Missing Out, que podríamos traducir como miedo a perderse algo es un tipo de ansiedad asociada a las redes sociales donde vemos a gente enseñándonos un montón de experiencias maravillosas mientras nosotros somos meros espectadores desde el sofá de casa. Aplicado al mundo de la bici, quién no ha sentido que no entrena lo suficiente o que sus rutas no tienen nada que aportar cuando ve amigos poniendo fotos en Alpes o Dolomitas, o finalizando alguna afamada prueba con una sonrisa en la cara.
Esto se convierte en un problema cuando nuestra actividad ciclista comienza a ser menos satisfactoria al ponerla en comparación con lo que hacen esas personas que parecen estar subiendo puertos preciosos cada día o estrenando bicis tope de gama cada dos por tres; y acabamos entrando en una espiral de sentimientos de soledad, aislamiento, baja autoestima e incluso tristeza. Una dinámica a la que, si no se pone coto, nos puede conducir a sufrir ansiedad e incluso depresión.
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El círculo vicioso se completa al generarnos una adición a las redes sociales y esa necesidad de estar constantemente pendiente de lo que pasa y de lo que hace la gente.
¿Qué podemos hacer?
Si somos conscientes de estar sufriendo síntomas de FOMO hay varias cosas que están en nuestra mano para ponerle coto y evitar que se convierta en un problema.
Para empezar el FOMO se asocia al aislamiento y la soledad. Trata de evitarlo buscando alguna grupeta con la que salir, seguro que en tu localidad existe alguna peña o club ciclista al que te puedes unir. También te puede servir como motivación recuperar las salidas en bici con tus antiguos compañeros de pedaladas y planificar unas vacaciones ciclistas a uno de esos paraísos que siempre has querido visitar.
El sentimiento de FOMO también aparece cuando seguimos compulsivamente algún evento en el que teníamos pensado participar y al que por alguna razón no hemos podido asistir. Evitar estar pendiente de ello, sobre todo si la ausencia se ha producido por algún motivo que escapa a nuestro control. También te puede ayudar el preparar un plan alternativo que te evite estar dando vueltas a por qué no estás participando en tal marcha o competición.
Al revisar la actividad en las redes sociales también hemos de cambiar la mirada con la recibimos las diferentes publicaciones de las personas a las que seguimos. Ten en cuenta que una foto en Instagram es sólo un momento congelado en el tiempo donde todo parece feliz y perfecto. Nadie te enseña en Instagram las maletas perdidas en el aeropuerto, el madrugón inhumano para llegar a la salida de una prueba que está a un montón de kilómetros del único sitio donde has conseguido alojamiento o las miserias de un entrenamiento en invierno, lloviendo y con temperatura gélida, donde no te sientes las manos y pinchas en medio de la nada.
Es importante darle la vuelta a la tortilla y fijarnos en lo que nosotros hacemos y ponerlo en valor. Seguro que muchas de nuestras rutas, esa escapada a la hora de la comida o la pastelería donde hacemos la parada a mitad de ruta son la envidia de nuestros seguidores que en ese momento están sentados en su casa viendo tu última publicación y pensando que les gustaría hacer eso. Relacionado con esto, una de las cosas de las que hay que ser conscientes, es que no podemos llegar a todo. Es imposible querer estar haciendo puertos en los Alpes, disfrutando de las cervezas tras finalizar la ruta con los amigos del club y a la vez participando en una marcha de gravel de cientos de kilómetros.
Por supuesto, no nos podemos dejar arrastrar por la dinámica de las redes y olvidar el mundo real. Tener clara nuestra escala de prioridades nos puede ayudar a desterrar el FOMO. Si para nosotros es más importante la familia o el trabajo que la bici es algo que debemos tener presente cuando observemos en las redes lo que publican personas que, sin duda, han colocado la bici en una posición más alta.
Por último, y si nada de lo anterior funciona, igual es el momento de desconectar de las redes durante una temporada. Es algo que puede resultar complicado por la adicción que genera el querer estar al tanto de todo, pero es esa misma adicción la que desencadena el FOMO y esa sensación de que estamos dejando de hacer muchas cosas que nos gustaría. Al fin y al cabo, lo que nos gusta es montar en bici y no debemos perder la perspectiva de que es algo que nos apasiona por si mismo, sin necesidad de imitar lo que marca el influencer de moda.