Shimano patenta un cambio con tres roldanas que podría revolucionar las cosas
La marca japonesa continúa registrando ideas que nos podrían indicar hacia donde podría ir el futuro de los cambios de bici. La última llamativa idea de Shimano es un rediseño total del funcionamiento de las poleas del cambio que eliminaría la necesidad de utilizar los habituales sistemas de embrague que evitan el golpeteo de la cadena cuando pedaleamos por terreno bacheado en nuestra gravel o mountain bike.
Tres mejor que dos
Los registros que las marcas de bicis y componentes realizan en las oficinas de patentes, a menudo sirven para tratar de adivinar en qué están trabajando sus respectivos departamentos de desarrollo a la hora de idear nuevos productos.
En la mayoría de las ocasiones, estas patentes no son productos específicos en sí, sino que contienen conceptos que son registrados para evitar que puedan ser aprovechados por sus competidores, aunque luego, finalmente, no acaben utilizándose en ningún producto. Otras veces, estas ideas logran alcanzar una temprana fase de prototipo, aunque la realidad dicta que no se trataba de una idea tan buena como parecía y queda abandonada en un cajón.
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Finalmente, algunos de estos conceptos que años antes reflejaba la patente correspondiente, acaban formando paarte de productos que efectivamente llegan al desarrollo y que, en algunos casos, suponen una pequeña revolución en el funcionamiento de algunos componentes que considerábamos inalterables.
La última llamativa patente que ha llamado la atención en el mundillo ciclista es de Shimano. Se trata de un rediseño completo en la caja de poleas del cambio que pasaría a tener tres puntos de giro, en realidad 4, con un brazo que sale del cuerpo del cambio en la posición que ocuparía la caja de poleas en un cambio convencional. En su extremo, la novedad, se colocarían las roldanas propiamente dichas, con una caja que se ancla en la parte media en un segundo punto de giro.
De esta forma se crea una especie de balancín con las roldanas situadas a ambos extremos de esta nueva pieza. Dos serían los objetivos de este concepto. Por un lado reducir el tamaño de la caja de poleas, un elemento que ha ido aumentando de tamaño por la necesidad de ampliar la capacidad de los cambios de montaña y gravel ante el uso de casetes con cada vez mayores rangos y coronas gigantescas como los casetes 10-51 de su grupo XTR.
Por otra parte, esta disposición permitiría prescindir de los sistemas de embrague que utilizan los cambios actuales para evitar el balanceo de la cadena y mantenerla firme en su sitio.
Una idea, lo de incluir tres poleas en el cambio, que no es del todo nueva y ya fue explorada en el pasado por Suntour, cuando esta marca elaboraba reputados grupos para aquellas primigenias bicis de montaña de finales de los años 80, aunque con un concepto completamente diferente al que ahora plantea la patente de Shimano.
El tiempo nos dirá si este curioso balancín se convierte en una imagen habitual en nuestras bicis o, como muchas otras ideas, queda aparcada. De hecho, en las últimas décadas los cambios en la mecánica de la bici han sido muy sutiles. Es extraño ver una gran revolución, principalmente por lo arriesgado que resulta tratar de introducir un producto así en el mercado. Incluso, la introducción en su día de los grupos electrónicos, se realizó con mucha cautela y, pese a realizarse sobre la base mecánica existente, tardó en convertirse en imagen habitual en nuestras bicis.
No le fue tan bien a Shimano con otras ideas desarrolladas en el pasado. Nos vienen a la cabeza sus platos ovalados Biopace, que supuestamente favorecían la pedalada aunque su diseño colocaba la máxima ovalidad en el punto muerto de la pedalada logrando el efecto contrario, o aquellos cambios Shimano Airlines diseñados para bicis de descenso que se accionaban mediante aire comprimido que contenía un depósito ubicado en la posición habitual del portabidón.