Cómo soltarte de manos en tu bici y no perder la sonrisa
Seguro que han escuchado eso de que después de un “¡Mira, papá, sin manos!” viene un “¡Mira, papá, sin dientes!”. Es el tono cómico de una práctica totalmente habitual en el ciclismo y que ha dado más de un susto.
Los peligros de soltarse de manos en bicicleta
Soltarse de manos tiene bastantes riesgos, pero a menudo, como ciclista, necesitas hacerlo para hacer algo imprescindible sin dejar de pedalear. Quitarte o ponerte ropa, chubasquero, coger alimentación en carrera, ajustar el casco correctamente o sencillamente, porque has sido el mejor del día y vas a cruzar la meta levantando los brazos en señal de victoria.
Sea por lo que sea, por necesidad o por éxito, soltarse de manos es bastante recurrente y puede hacerse siempre que se tomen ciertas precauciones.
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Por eso, en primer lugar, hacemos el descargo de responsabilidad oportuno: no te sueltes de manos sobre la bici si no es completamente imprescindible. Y te lo recordamos con el último y más ilustrativo ejemplo: Chris Froome. El británico es muy probable que haya destrozado su carrera por soltarse de manos a más de 50 kilómetros por hora para, por lo visto, limpiarse la nariz. Una ráfaga de viento lo mandó al suelo, perdió casi dos litros de sangre y puso hasta su vida en riesgo más allá del ciclismo.
Por eso, muchísima precaución. Como en todo, si aun así decides hacerlo, hazlo bien, hazlo así.
Cómo soltarte de manos en bici de forma segura
Hay auténticos artistas en esto de soltarse de manos. Y no sólo en el circo. En el pelotón vemos a muchos ciclistas muy hábiles, capaces no sólo de soltarse de manos, sino incluso de ir girando la dirección solamente con leves balanceos y golpes de cintura.
Pero hasta los mejores ciclistas tuvieron unos inicios. Así que si quieres aprender a soltarte de manos y mantener el control de la bici, lo principal es aprender bien y con seguridad. Por lo tanto, busca un lugar poco concurrido y sin tráfico, llano y bien asfaltado. Reconoce el terreno con tu bicicleta antes de hacerlo sin manos, y una vez conozcas el terreno, podrás empezar. Un polígono a las afueras, o una pista de atletismo son buenos sitios para aprender.
No hay milagros, pero sí un truco: la mezcla de velocidad y equilibrio. Para soltarte de manos necesitas ir a cierta velocidad. No vayas lento, porque será la velocidad la que haga que la propia inercia y potencia no vire la dirección.
Unos 18 o 20 kilómetros por hora es una velocidad idónea, aunque puedes empezar a eso de los 14 más o menos, para ir practicando.
Antes de soltarte de manos, coloca el trasero bien atrás en el sillín y tu cuerpo totalmente en línea con el tubo superior del cuadro. Cuando encuentres el punto de equilibrio, ha llegado la hora de soltarse de manos, pero antes, mete un par de piñones más ligeros.
Una vez sueltes el manillar, cambia la cadencia, ligera, alegre, sin meter mucha presión para no desequilibrarte. Se trata solamente de mantener la velocidad. A partir de aquí, práctica y más práctica, usando los brazos para ir equilibrándote. Entrenar el core como Kate Courtney también puede ayudarte, esto ya es un consejo personal. Y también, trabajar el equilibrio en estático, un ejercicio que se aprende en las escuelas de ciclismo desde pequeñitos. Y poco a poco te convertirás en un auténtico malabarista, que hasta pensarás en comprarte un monociclo. Es adictivo, así que no te excedas.