Specialized desarrolla un sistema para fabricar un potenciómetro barato
Conseguir un potenciómetro barato se ha convertido en la odisea de cualquier ciclista, fundamentalmente porque, en general, adquirir e instalar un potenciómetro es bastante caro de base para la gran mayoría de ciclistas.
El hecho de que los potenciómetros hayan alcanzado el auge y la popularidad actuales ha provocado que gran parte de los aficionados intenten entender cómo funciona este componente de bicicleta y comprender en qué puede beneficiarles. Hace algún tiempo ya os explicábamos todas las cuestiones sobre los medidores de potencia o potenciómetros, así como las ventajas que ofrece al ciclista. Y apuntábamos los inconvenientes, entre los que destaca sobremanera el precio de estos elementos.
Un potenciómetro barato y accesible: el reto de todos los fabricantes
Ese gran hándicap, el coste, es probable que paulatinamente se vea reducido, sobre todo por los avances que Specialized ha ido haciendo a lo largo de los últimos años, en su búsqueda por lograr mejores aparatos, más precisos y más accesibles. Por eso, en 2016 el fabricante estadounidense patentó un sistema de medición de potencia que reduciría bastante el coste de producción y, en consecuencia, disminuiría su precio.
Muchas marcas han intentado mejorar esta relación de precio para intentar hacer crecer la demanda de los potenciómetros baratos, pero es algo más complicado de lo que pueda parecer.
RECOMENDADO
3 entrenamientos de una hora para mejorar velocidad, fuerza y resistencia
Cerveza, vino y chocolate caliente para ganar el Tour de Francia
Cuánto dinero ganan los ciclistas en el Tour de Francia 2024
Maneras de ponerse una braga de cuello o tubular BUFF®
¿Por la mañana o por tarde? a qué hora es mejor entrenar
Ejercicios isométricos: 10 sencillos e imprescindibles
Sin embargo, el sistema de Specialized es en teoría una simplificación. Se basa en dos elementos básicos: en eliminar los extensómetros o partes flexibles que hasta ahora miden la fuerza y concluyen en resultados de potencia, y los sustituye por sensores inductivos.
Los sensores inductivos, explicados sintéticamente, son una tipología de sensores que funcionan con los metales y que generan un campo magnético gracias a la corriente que transita por ellos, pudiendo detectar un metal que se acerca a ellos. Más simple, es un sistema que tiene semejanzas con los cargadores inalámbricos de los teléfonos móviles: una especie de bovina que genera un campo magnético, y que al acercar un teléfono preparado para recibir esta corriente, se la transmite.
El sistema no deja de parecerse al sistema deflectivo, pero no usa los medidores de tensión para medir esta deflexión. Cuando se aplica torsión a través de los pedales, el sensor inductivo (que se montaría en el interior del cassete trasero, y no del delantero o en las bielas como la mayoría y más precisos) mediría esta flexión y desprendería resultados precisos de potencia.
No se trata sólo de un potenciómetro barato, sino de una revolución del sistema
Por lo tanto, una producción serializada con sensores de este tipo (que no necesitarían una configuración individualizada) reducirían el coste, y su instalación no requeriría esta calibración individual, el aspecto definitivo para conseguir el potenciómetro barato que busca la marca norteamericana, ya que irían montado en la rueda y calibrado con estas, y no con la cadencia del ciclista. Ponerlo a cero sería totalmente sencillo, y no como en los sistemas actuales, ya que el propio sensor detectaría cuándo la rueda está parada para hacerlo.
Otro aspecto que optimiza este sistema es que esa conexión inductiva se produce incluso si hay materiales plásticos de por medio, algo que sirve para proteger estos sistemas con carcasas bastante robustas a prueba de golpes y arañazos sin que por ello pierdan un ápice de su capacidad y efectividad.
Hay que tener en cuenta que, de los sistemas de potenciómetros Specialized, el más barato es el Power Cranks aplicado a una sola biela del pedal izquierdo y que monta en Shimano Ultegra, un potenciómetro que ronda los 500€ de venta al público, a lo que hay que añadir los costes de instalación, ya que la necesidad de conocimientos bastante técnicos para poder instalarlo es una barrera para la autoinstalación de estos dispositivos.
Además, esta instalación permitiría su utilidad en diferentes bicis sólo con cambiar la rueda (aunque en los documentos de la patente no queda clara esta dificultad de calibración, pero se intuye que sería nula o muchísimo más sencilla). Eso sí, del mismo modo complicaría el cambio de ruedas en algunas circunstancias a riesgo de perder estos valores e información.
Una opción más, aún por madurar, pero que denota la incesante búsqueda de los fabricantes por hacer accesible una tecnología extremadamente útil para el entrenamiento y la medición imparcial de los valores en el ejercicio de los ciclistas.