Specialized Tarmac SL8 vs SL7: razones para actualizarse o para quedarse con la versión anterior
Cuando llega un nuevo modelo de una bici es inevitable comparar con la existente. Incluso las propias marcas expresan los números de su nueva creación referidos. Specialized, con el lanzamiento de su Tarmac SL8 no ha sido menos pero ¿y en el mundo real?¿son tan relevantes las diferencias como para plantearnos cambiar de bici?
Specialized Tarmac SL8 ¿Mejorando lo presente?
Renovarse o morir dice el lema, una máxima que las marcas de bicis se ven obligadas a aplicar para mantener la atención sobre sus productos. Evidentemente, lanzar un producto nuevo tiene que venir motivado por el añadido de mejoras y evoluciones, pero ¿cuánto puede evolucionar una bici de carretera de una versión a la siguiente?¿Son suficientes estas evoluciones para justificar esa evolución?
Un buen ejemplo lo podemos ver con la nueva Specialized Tarmac SL8 que, según datos de la propia marca, mejora a la SL7 en casi todos los aspectos: 16,6 s más rápida que la SL7 por su aerodinámica, 33% de mejora en la relación peso/rigidez, 6% más de flexión en el tubo de sillín para añadir comodidad o 115 g más ligera que el modelo precedente. Unas cifras perfectamente medibles y en las que la marca se apoya para justificar su nuevo modelo.
RECOMENDADO
Specialized Tarmac SL8: peso, precios, montajes y claves
Edición limitada Specialized Tarmac SL8 Project Black LTD
Dónde ver la Copa del Mundo Vallnord Andorra 2023
Cuando Donald Trump se metió en el ciclismo: "El Tour de Trump será pronto tan importante como el Tour de Francia"
Lista completa con los ciclistas mejor pagados de 2024
Motivos para moverte con una eBike por la ciudad
En cualquier caso, lejos queda la locura de hace una década cuando las bicis cambiaban prácticamente cada año. Hoy en día los desarrollos tienen un ciclo de vida de al menos dos o tres temporadas, dejando claro no sólo el ingente coste que supone desarrollar una nueva bici sino el altísimo nivel al que han llegado los modelos actuales y que hacen que las mejoras entre iteraciones sean mínimas.
Volviendo al caso de la Tarmac SL8 ya es cada usuario el que tendrá que valorar si le compensa cambiar su SL7 por una SL8 o, para aquellos que estén planteándose adquirir una Tarmac, saber si merece la pena hacer el esfuerzo por adquirir una SL8 o aprovechar el lanzamiento de la nueva bici para adquirir una SL7 de las que empezarán a liquidar las tiendas ante la llegada del nuevo modelo.
Comenzamos por el aspecto visual. Poniendo ambas bicis una al lado de otra hay que contar con un ojo muy experto para percibir las diferencias. Principalmente es la zona de la dirección, más puntiaguda y los finísimos tirantes y vainas los que delatan a la Tarmac SL8 respecto a su predecesora. Unos tubos más estilizados que, como ya os comentamos, son los responsables de la mayor ligereza del nuevo modelo. También delata al nuevo modelo el conjunto manillar y potencia integrado Rapide respecto al convencional que equipaba la SL7. Sin embargo, si no hablamos de los modelos S-Works, el resto de la gama, Pro y Expert, montan el mismo cuadro de mandos de la SL7.
El peso es sin duda el gran argumento de la Tarmac SL8 y es que, tener una bici con dotes aero, frenos de disco y cableado interno que baje de los 7 kg se había convertido en los últimos años en una misión imposible. Sin embargo, la comparación directa con la Tarmac SL7 nos dice que esta diferencia es de apenas 115 g, menos de lo que pesa un bidón de agua; menos de la diferencia entre montar un Ultegra y un Dura-Ace.
Está claro que a nivel de sensaciones en la bici el experto si percibe esta diferencia de peso, principalmente en combinación con el aumento de la rigidez, una suma de parámetros que se traduce en una mayor facilidad para lanzar la bici. Sin embargo, salvo para ciclistas que compiten ¿necesitamos esas décimas de segundo extras en los piques con los compañeros de grupeta?¿tiene sentido rebajar algo más de 100 g en la bici cuando al ciclista que va encima le sobran 4 o 5 kilos?
Algo parecido ocurre con la aerodinámica. Es cierto que las mejoras están ahí y han sido plenamente validadas en el túnel de viento. Unas mejoras aerodinámicas que, como se suele decir, son vatios gratis que, a partir de cierto nivel de entrenamiento resulta muy complicado ganar. Sin embargo para el común de los ciclistas, que llevan un montón de separadores bajo la dirección por no contar con el físico necesario para llevar una posición lo más aerodinámica posible o no llevan la ropa lo suficientemente ceñida, son ganancias que se diluyen.
Tanto la geometría como el comportamiento de la bicicleta son idénticos en ambos modelos. De hecho Specialized ha insistido en que han incidido mucho en este aspecto ya que el feedback de los ciclistas profesionales les decía que las sensaciones que les transmitía la SL7 eran precisamente lo que buscaban. Una bici que se muestra tremendamente ágil y precisa a la hora de trazar curvas, así que en este aspecto tampoco vamos a percibir cambios.
Como os decíamos al comienzo, las mejoras de un modelo a otro, más en el ciclismo de carretera donde el nivel de las bicis ya es altísimo y los aspectos sobre los que trabajar son menos que en otras modalidades como la mountain bike donde entraríamos en el submundo de las suspensiones, resultan mínimas. Sin embargo, es la suma de iteraciones la que acaba generando una mejora grande.
Si dentro de unos años, cuando en el mercado estén disponibles la SL10 u SL11, volviéramos a realizar la misma comparación entonces sí podríamos afirmar que hay una gran mejora. Pero, claro está, para llegar a esa gran mejora hay que ir acumulando pequeñas en las iteraciones sucesivas. De hecho, no hay mejor manera de comprobarlo que volver la vista atrás y observar cómo eran las Tarmac precedentes para comprobar de donde venimos y en lo que se han convertido las bicis actuales. Máquinas mucho más eficientes, que las de hace tan sólo una década, aunque muchas de estas bicis aún sigan presentándose como modelos plenamente válidos.