Strava pide cautela a los ciclistas tras el atropello mortal de dos peatones en un conocido segmento
Tenía que acabar pasando. Hace unos pocos días, en el conocido tramo de Regent’s Park, en el centro de Londres, una anciana moría atropellada por uno de los pelotones ciclistas que habitualmente entrenan es ese espacio verde de la capital británica. Un tramo que cuenta con un segmento de Strava en todo el contorno del parque y en el que los ciclistas suelen pedalear a velocidades que rondan los 45 km/h.
Los segmentos de Strava de nuevo en entredicho tras el atropello de un peatón en Londres
Las barbaridades que muchos llegan a hacer para anotarse un KOM en algún segmento popular de Strava no son nada nuevo, incluso llegando a poner en riesgo su seguridad como sucede en algunos tramos en descenso. Una seguridad que también afecta a los demás como sucedió hace unos días en el Regent’s Park de Londres, uno de los parques del centro de la ciudad inglesa que es aprovechado por muchos para sus entrenamientos diarios, dándose cita en él grandes grupetas que ruedan a gran velocidad por un recorrido completamente llano.
Una anciana que paseaba a su perro fue atropellada de forma mortal por uno de estos pelotones. Por si fuera poco, días después otro peatón también resultó arrollado de gravedad sufriendo múltiples fracturas en un tramo que la ciudad londinense limita a 20 millas por hora, velocidad que es ampliamente superada por las grupetas que en un terreno tan favorable son capaces de ir mucho más rápido y que, a menudo, tienen el acicate de lograr el mejor tiempo en el segmento de la vuelta al parque.
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Strava de nuevo ha hecho un llamamiento de responsabilidad a sus usuarios a la vez que recuerda que cualquiera puede marcar un tramo como peligroso lo que inmediatamente desactiva las tablas de tiempos y clasificaciones de ese segmento. Por otra parte, las autoridades londinense estudian medidas para evitar estos sucesos como ponerse en contacto con los clubes locales para recordar la limitación de velocidad en el parque y la prioridad peatonal que rige en el mismo, o la mejora de la señalización y los pasos para peatones.
Un problema que no solo afecta a la capital británica sino que es común a otras ciudades del mundo. Sin ir más lejos, en Madrid es común que muchos ciclistas entrenen en espacios verdes como Casa de Campo o Madrid Río, donde comparten el espacio con runners y peatones que simplemente pasan por allí en una infraestructura que si bien permite la circulación de bicicletas, no está pensada para un pedaleo deportivo sino más bien para pasear en bici, de hecho, en la capital española se establece en estos tramos compartidos una limitación de 10 km/h que, obviamente, ningún ciclista cumple.
En cualquier caso esto vuelve a desatar el debate de colocar a las bicis, un vehículo según recogen las legislaciones de la mayoría de países, en el espacio peatonal en una perpetuación de la ley del más fuerte, es decir, ciclistas que se quejan de que no pueden circular por la calzada porque los coches son los dueños y señores y, a su vez, ellos se convierten los reyes de los espacios reservados para el peatón, recordemos, la parte más débil de la circulación en ciudad y que, a menudo, acaban quedando recluidos a las migajas del espacio.
Una ley del más fuerte que continúa siendo perpetuada por ayuntamientos de todo el mundo que asumen el tradicional mantra de que bicis y coches no pueden convivir, negándose a establecer medidas de calmado que hagan posible esta convivencia entre quienes pedalean y circulan en vehículos motorizados. Por otro lado, en ciudades tan extensas como puede ser Londres, el ciclista deportivo no dispone de otra opción que utilizar estos pulmones verdes ante la imposibilidad de salir a pedalear a diario de la ciudad de forma aprovechable para sus entrenamientos.
De nuevo, la responsabilidad individual y el sentido común que reclama Strava deberían imperar pero, cuando esto no ocurre, como es el caso de aquellos que convierten estos parques en su particular circuito de carreras, es cuestión de tiempo que lleguen las prohibiciones y con ella los lamentos. Por tanto, seamos responsables sobre la bici antes de que nos impidan montar ya que, recordemos, la bici es un vehículo y, como tal, ha de cumplir la legislación vigente en materia de circulación.