Tabla de peso y estatura 'ideal' para hombres y mujeres
Relacionar la altura y el peso puede ser una gran herramienta para saber si tenemos un peso saludable. Debemos olvidar el mal llamado 'peso ideal', ya que no se pueden establecer unas cifras válidas para todo el mundo. Conocer las limitaciones de estas tablas nos ayudará a evitar sacar conclusiones erróneas.
El peso ideal, un error de base que debemos sustituir
El peso suele ser uno de los aspectos que más tenemos en cuenta cuando queremos evaluar nuestra salud. Como sociedad hemos interiorizado el concepto de 'peso ideal', algo que, sin embargo, la ciencia refuta por inexistente e ineficaz. El famoso IMC y las tablas que se derivan pueden servirnos como guía, pero hay que conocer sus limitaciones para no caer en conclusiones desacertadas. Vayamos por partes.
En primer lugar y lo más importante: la única persona con autoridad para determinar si el peso que nos marca la báscula es correcto es un médico.
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Esto es así porque nuestro peso depende de tantos factores que no es posible saber si es saludable mediante un simple cálculo que tan solo correlaciona dos variables. No basta solo con eso: la edad, el sexo o la estructura ósea son solo algunos aspectos que también deberíamos tener en cuenta. Por eso, no podemos confiar sin más en las llamadas 'tablas de peso ideal', que además tampoco contemplan las particularidades propias de cada caso.
En segundo lugar, el nombre es ya un error en sí mismo. La primera tabla de peso ideal la ideó una compañía de seguros estadounidense que usó para fijar sus precios. El origen empresarial -y no científico- explica por qué la comunidad científica se opone a establecer un peso ideal.
El llamado 'peso ideal' no existe. Dos personas con el mismo peso pueden gozar de distintos niveles de salud. De hecho, una persona puede estar por encima del 'peso ideal' pero estar más sana que otra. Por este motivo la mayoría de profesionales prefiere usar el término peso saludable.
Hablar de peso saludable es en realidad refereirse a una horquilla de pesos en la que se reducen las probabilidades de tener problemas como la hipertensión, el colesterol o la artritis, entre otros.
Por otro lado, es bastante habitual que el médico nos reciba con una báscula y un metro cuando vamos a la consulta. Desde pequeños son dos básicos de todo chequeo rutinario. Relacionar peso y altura es un indicador importante -más incluso en nuestros primeros años de vida- aunque la importancia se debe en parte a que quien interpreta estas cifras es un médico, que conoce el detalle de nuestra condición sanitaria y no se basa en las generalidades de una tabla.
El IMC, un buen indicador no exento de limitaciones e inexactitudes
Dicho esto, el IMC (Índice de Masa Corporal) es uno de los principales recursos para evaluar el estado de salud nutricional, según la OMS. El IMC relaciona el peso con la altura. Para calcularlo hay que dividir el peso en kilos por el cuadrado de la altura en metros; es decir: kg/m2.
Así, una persona que pesa 74 kilos y mide 1,78 metros, tiene un IMC de 23,35.
Lo bueno de esta fórmula es que (casi) todo el mundo puede entenderla y que los resultados que nos arroja son más o menos fiables. Lo malo es que el peso es algo bastante más complejo que esta división, por lo que hay que tener en cuenta otros parámetros y mirar según cada caso.
Antes que nada, hay que saber interpretar el resultado. El IMC 'normal' se establece entre los 18,5 y los 24,9. Si está por debajo, se considera demasiado delgado; si está entre 25 y 29,9, se considera sobrepeso; y más allá de 30, obesidad.
Ahora bien, el IMC también tiene limitaciones. Una de las más importantes es que solo se fija en el peso sin discriminar entre grasa y músculo. Por ello se podría dar el caso de que una persona esté dentro del valor 'normal' aun teniendo un índice de grasa más elevado del recomendado y, en cambio, alguien muy musculado podría obtener un IMC superior aunque en verdad estuviese más sano.
Tampoco se diferencia entre sexos. Y eso pese a que las mujeres acostumbran a tener más grasa corporal en comparación con los hombres cuando comparten IMC. Además, tampoco presta atención a otros posibles riesgos. Por ejemplo, alguien con un estilo de vida sedentario puede tener más riesgo de desarrollar ciertas enfermedades aunque tenga un buen IMC.
Y, por último, tampoco distingue entre edades. La recomendación es usar el IMC en personas mayores de 20 años y menores de 65 años. Por otro lado, tampoco se debe usar en embarzadas o mujeres lactantes.
La tabla del IMC
Por todo lo expuesto, la tabla del IMC no es válida para todo el mundo y solo un profesional en la materia será capaz de decirnos si nos encontramos en un peso saludable. Aun así, aquí presentamos una tabla a modo de orientación.
Altura | Peso |
150 cm | 41,6 kg - 56 kg |
155 cm | 44,4 kg - 60 kg |
160 cm | 47,3 kg - 63,7 kg |
165 cm | 50,3 kg - 67,8 kg |
170 cm | 53,5 kg - 71,9 kg |
175 cm | 56,65 kg - 76,25 kg |
180 cm | 60 kg - 80 kg |
185 cm | 63,3 kg - 85 kg |
190 cm | 67 kg - 90 kg |
195 cm | 70,3 kg - 95 kg |
Las horquillas son bastante llamativas, ya que podemos encontrar rangos con diferencias de 20 kilos. Esta amplitud en los niveles es lo que hace que haya que tomar el IMC como algo relativo. La salud de una persona será mejor o peor en función de muchos factores, no tan solo del peso.
El peso saludable es el verdadero objetivo
Desmentido el mito del 'peso ideal', hay que centrarse en el peso saludable. Para ello habrá que armarse de decisión y constancia para llevar una dieta saludable, unos hábitos de vida activos, descansar adecuadamente y evitar el estrés, entre otras recomendaciones.