Las tarjetas amarillas llegan a La Vuelta a España
La última reunión del Comité de Dirección de la UCI celebrada entre el 10 y el 12 de junio introdujo varios cambios en las carrera de ruta a fin de mejorar la seguridad del ciclista, medidas que recogen las recomendaciones del nuevo organismo SafeR que agrupa a representantes de todo el ámbito ciclista, entidad cuya creación fue impulsada por Richard Plugge y Jim Ratcliffe, dueños de Visma-Lease a Bike e INEOS Grenadiers respectivamente.
Las propuestas de SafeR para mejorar la seguridad comienzan a ser tenidas en cuenta por la UCI
Hace unos meses, pocos días después de la aparatosa caída que ha condicionado la preparación de algunos de los ciclistas más relevantes del pelotón, Richard Plugge, manager general de Visma-Lease a Bike anunciaba la creación de SafeR, un organismo independiente similar al existente en la Formula1 cuya misión sería impulsar medidas que mejoraran la seguridad del ciclista.
De la primera tanda de recomendaciones aportadas por SafeR la UCI aprobó la incorporación de varias medidas que serán aplicadas a modo de prueba a partir de próximas carreras hasta el final de temporada.
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Entre las medidas más llamativas se encuentra la implantación de un sistema de tarjetas amarillas que comenzaron a utilizarse a partir del 1 de agosto y que será la primera vez que se utilicen en La Vuelta a España. Un sistema que afectará no sólo a los ciclistas sino a todos los integrantes de la caravana: motos de enlace, medios, coches de equipo, auxiliares… y con el que se busca conseguir que todas esas personas sean más responsables y eviten conductas que puedan poner en peligro la seguridad de la prueba.
Los propios comisarios serán los responsables de sacar tarjeta amarilla a quienes creen situaciones de peligro aunque no las veremos físicamente como ocurre en deportes como el fútbol sino que serán comunicadas a los infractores en el momento además de aparecer en el acta final de la carrera. En cualquier caso, esto no implica que los comisarios puedan seguir aplicando sanciones de descalificación en los supuestos que ya recogía el reglamento como, por ejemplo, realizar un trascoche prolongado o agarrarse al mismo.
La UCI ha establecido una serie de sanciones por acumulación de tarjetas amarillas de la siguiente manera.
- Dos tarjetas amarillas en una carrera conlleva descalificación de la prueba y suspensión durante 7 días.
- Tres tarjetas amarillas en un plazo de 30 días se sancionará con 14 días de suspensión.
- Seis tarjetas amarillas en un plazo de 1 año tendrá una sanción de 30 días de suspensión.
Además del sistema de tarjetas amarillas, otra de las medidas que se pondrán a prueba en algunas carreras aún por definir afecta a la utilización de los denominados pinganillos. Por un lado SafeR considera que estos aparatos son una fuente de distracción para el ciclista y, por otra parte, el transmisor que habitualmente se lleva en un bolsillo específico situado en la espalda a menudo resulta peligroso en caso de caída. Entre las medidas que SafeR propone para restringir su uso se encuentran algunas ideas como que únicamente dos ciclistas por equipo lleven pinganillo y sean sólo ellos los encargados de comunicarse con su director y transmitir las órdenes al resto del equipo.
También a modo de prueba, la UCI va a permitir a los organizadores de las carreras modificar la zona de protección en las etapas con previsible final al sprint. Actualmente esta zona de protección se establece en 3 kilómetros. Con la nueva norma podrá ser ampliada hasta los 5 kilómetros siempre de forma justificada y que deberá ser comunicado antes del comienzo de la prueba.
Con esta medida se pretende dar respuesta a una infraestructura urbana cada vez más hostil a las grandes velocidades a las que se compite y que, con el crecimiento de las ciudades, cada vez abarca un radio mayor respecto a las zonas donde se ubican las llegadas.
Aparte, también relacionado con las llegadas al sprint, se modifica el cálculo de tiempos de forma que se asignará el mismo tiempo siempre que no haya una diferencia entre corredores que no supere los 3 segundos en vez de 1 segundo que es lo que regía hasta ahora. Algo que sólo será de aplicación para ciclistas del pelotón principal de la carrera y con lo que se pretende, por un lado simplificar el cálculo de tiempos en estas etapas y, por otro, reducir la presión para los ciclistas que no entren en la disputa del sprint evitando que estos tengan que asumir riesgos innecesarios para evitar perder tiempo.
Unas medidas que llegan acompañadas de la creación de la figura de Analista de Seguridad de SafeR que serán las personas encargadas de revisar las medidas adoptadas y en las carreras detectar zonas problemáticas del recorrido estableciendo recomendaciones para evitar riesgos. Un buen ejemplo de esto podría sera la modificación de la llegada al tramo del bosque de Arenberg que se introdujo los días previos a la disputa de la última edición de la París-Roubaix. Aparte, estos Analistas de Seguridad también revisarán las prácticas y políticas de los equipos en esta materia, tanto en competición como en los entrenamientos ¿Significará esto el fin de los selfies sobre la bici que los ciclistas cuelgan constantemente en sus redes sociales? Esperemos que sí.