Cuando aceleras puedes tirar a tu compañero de atrás ¿cómo evitarlo?
Todos tenemos en mente la reciente caída de Wout van Aert que le ha hecho perderse gran parte de las clásicas, una caída que se produjo, según relataba su compañero Tiesj Benoot, cuando este se puso de pie para avivar el ritmo, cuando se rodaba a toda velocidad y sintió que Wout le tocaba la rueda trasera y se iba al suelo. Una situación, los alcances cuando el ciclista que llevamos delante se pone de pie en una subida o para acelerar que son el pan de cada día en las grupetas.
Evita caídas en las grupetas al ponerte de pie
Seguro que todos vosotros habéis vivido la situación en alguna de vuestras rutas en bici. Vais pegados a rueda de un compañero, casi cubierta con cubierta para evitar al máximo el viento que entra ese día. De repente, el ciclista que os precede se pone de pie y su bici como que se queda un segundo clavada. Vais tan pegados a su rueda que no tenéis tiempo de reaccionar y hacéis lo que se conoce como ‘afilador’ y acabáis en el suelo.
Una situación que, como todas las que nos encontramos en carretera, a menudo se pueden prever y anticiparnos a lo que va a ocurrir para no vernos sorprendidos. Sin embargo, a veces no esperamos que quien va delante se ponga de pie y menos aún que eche la bici para atrás de forma brusca con lo que el contacto, acabe o no en caída, es inevitable.
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Este culetazo que muchos pegan, que hace que la rueda trasera se quede clavada tiene mucho que ver con la forma en la que uno se pone de pie. A menudo de forma brusca y poco controlada, desplazando el peso hacia delate lo que tiene como efecto, aplicando la tercera ley de Newton, una respuesta de la bici opuesta que se traduce en que la rueda trasera se desliza hacia atrás.
Lo primero, por tanto, debería ser optimizar nuestra técnica de pedaleo, algo a en lo que casi nadie pone énfasis, para que nuestros movimientos sobre la bici sean lo más fluidos posible. Ya no por el riesgo de provocar una caída sino, pensando en un aspecto más práctico, no desperdiciar vatios en estas brusquedades. Sin duda, la mejor forma de aprender a ponernos de pie sin desplazar la bici no es otra que utilizar el rodillo tradicional de tres rulos sobre el que pegar este culetazo al ponernos de pie se traduce irremediablemente en que la rueda se salga del rodillo. Al principio puede resultar tremendamente complicado pero poco a poco se le pilla el truco y pronto seremos capaces de ponernos de pie e incluso esprintar sobre los rulos sin que la bici se desplace nada en el plano longitudinal.
Como ciclista que va a rueda nuestra debemos saber a quién podemos arrimarnos hasta el límite. Con compañeros a los que conocemos perfectamente y con los que montamos habitualmente en general no debe de haber problema ya que la compenetración suele ser grande y todos sabemos como se mueve el otro sobre la bici. Sin embargo, si nos ponemos a rueda de alguien que no conocemos debemos estar muy seguros de nuestro dominio de la bici y capacidad de reacción antes de pegarnos a la rueda trasera. En todo caso, siempre podemos situar nuestra rueda ligeramente a un lado o a otro para que, en caso de que tire la bici hacia atrás al ponerse de pie tener margen para evitar el contacto.
Aparte, se está poniendo de moda últimamente en las grupetas el avisar mediante el uso de los codos de que nos vamos a poner de pie. De la misma forma que se pide relevo moviendo uno u otro codo, el movimiento de ambos codos a la vez significaría que nos vamos a poner de pie para que quien nos sigue esté apercibido.