Van der Poel gana en el Infierno
Aunque no siempre lo es, en esta edición 2023 la París-Roubaix hizo justicia permitiendo la victoria del corredor que más apostó por llevarse la carrera. Consigue así cerrar Mathieu van der Poel una impresionante primavera sumando el adoquín a la exhibición de hace menos de un mes en Milán-San Remo y añadiendo a su palmarés uno de los monumentos que le faltaba por conquistar.
Un inoportuno pinchazo nos hurta el duelo entre Van Aaert y Van der Poel en el velódromo
No defraudo un año más la París-Roubaix y eso que el guion de la misma prácticamente podría considerarse como predecible, con los protagonistas estando donde debían de estar y la carrera seleccionándose donde se esperaba que ocurriera. Sin embargo, son los detalles los que marcan la diferencia y los que acabaron defiendo la que seguramente sea la carrera más espectacular del calendario.
Comenzaba la carrera con un ritmo trepidante y los habituales intentos de fuga. Sin embargo, hoy nadie quería ceder ni un metro y ninguno llegó a consolidarse merced a la altísima velocidad, más de 50 kilómetros recorridos en tanto en la primera como en la segunda hora.
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Cuando ya todos se estaban preparando para una entrada loca en el primer tramo de pavés, un pequeño momento de respiro deparó un pequeño corte de 4 hombres, con Jonas Koch como nombre más reseñable, al que nadie prestó demasiada atención por la cercanía de los adoquines sabiendo que un corte con tan pocos integrantes, ninguno de relevancia, acabaría cayendo por su propio peso.
Primeros tramos muy tensos, principalmente debido al alto ritmo que continuaba y a la enorme cantidad de corredores que llegó junta a esta parte de la prueba, por lo que inevitablemente comenzaron a aparecer las caídas. Especialmente dolorosa, fue la de Peter Sagan en el segundo tramo del día que acabaría con la retirada del eslovaco en su última París-Roubaix, una carrera que venció en 2018.
Cuando todas las miradas ya estaban puestas en el paso por el mítico tramo de Arenberg, en el sector anterior, Haveluy, era Jumbo-Visma quien trataba de anticiparse con un ritmo descomunal al que daba continuidad el propio Wout van Aert en primera persona al que se enganchaban Christophe Laporte, Mathieu van der Poel, John Degenkolb, sorprendiendo al resto de favoritos, especialmente a Pedersen o al INEOS-Grenadiers de Philippo Ganna que tenían que perseguir para evitar que se agrandara la hemorragia de tiempo.
Se llegaba así al bosque de Arenberg, que los favoritos podían hacer con menor tensión que nunca al rodar en un grupo reducido, por lo que no hubo ningún movimiento entre ellos. Mientras tanto, una montonera a la entrada del tramo en el pelotón dejaba fuera al vigente campeón Dylan Van Baarle y al líder de Soudal-QuickStep para hoy, Kasper Asgreen al que no le salió nada desde el primer tramo donde ya se vio obligado a perseguir tras pinchar en el primer tramo.
Aprovechando el caos, salía desde el pelotón, a la búsqueda de la cabeza, un motivado Mads Pedersen, que no se resignaba a perder sus opciones tan pronto.
A la salida del tramo, más incidentes, con el pinchazo de Christophe Laporte que dejaba a Wour van Aert sin su principal apoyo, una situación que se agravaría unos kilómetros más adelante cuando, primero Mads Pedersen y luego el grupo en el que rodaba Filippo Ganna, a cuya vera rodaba Jasper Philipsen, situaba en clara ventaja al hoy denominado Alpecin-Elegant, tras el cambio de patrocinio de cara a la jornada de hoy, promocionando un nuevo producto de su segundo sponsor Deceuninck. Que ya contaba en el grupo de cabeza con Gianni Vermeersch.
Entraba la carrera en unos minutos de relax, donde incluso se vio la posibilidad de que Laporte, en compañía de Nathan Van Hooydonck, regresara a la carrera, una opción que se diluyó definitivamente con la llegada del encadenado de los tramos de Bersée y el Mons en Pévèle, de cuatro y cinco estrellas de dificultad respectivamente.
Intentó romper la carrera Mathieu van der Poel en ellos, primero a la salida de Bersée y luego a la mitad del Mons en Pévèle con un ataque realmente duro al que respondía con solvencia un Wout van Aert, en una campaña de clásicas en la que no ha encontrado su mejor versión, conocedor de que su única baza era la de la resistencia e intentar jugar su baza al final de carrera.
Lo volvería a intentar Van der Poel a la salida del tramo, en un repecho sobre asfalto a la salida del mismo que cerca estuvo de producir el desado corte aunque finalmente volvería a unificarse el grupo.
Nuevamente, la resolución de la prueba iba a quedar para el enlzado Camphin en Pévèle y Carrefour de l’Arbre. El primero de estos dos sectores transcurriría sin movimientos, con los integrantes del grupo vigilándose y un Jasper Philipsen, con unas piernas increíbles, marcando el ritmo para su jefe de filas.
A la entrada del Carrefour de l’Arbre, encabezaba Philipsen manteniendo un ritmo duro. Intentaba arrancar en primera instancia aunque tenía que frenar al irse largo en la primera curva, para, unos cientos de metros más adelante, se producía el momento polémico del día.
Justo en el momento en que Van der Poel lanzaba su ataque, Philipsen en cabeza decidía abrirse hacia uno de los lados sin ver que venía como un misil su líder al que casi manda al suelo. Para evitar el contacto, Van der Poel daba un pequeño bandazo que mandaba al suelo a un John Degenkolb que intentaba agarrarse a la rueda del neerlandes. Aprovechaba ese caos Wout van Aaert para lanzar su ataque.
Cuando parecía que este sería el movimiento bueno, con facilidad lograba cerrar el hueco Mathieu para, inmediatamente, pasar a la cabeza y poner un punto más que hacía ceder a Van Aert, justo ya terminando el tramo. En la salida al asfalto descubriríamos que no se trataba de una cuestión de piernas sino que un pinchazo en el momento más inesperado nos dejaba sin el esperado duelo entre los dos capos.
A partir de aquí la carrera estaba claramente resuelta, con Mathieu van der Poel pedaleando con más de 30 segundos de ventaja y sin dificultades ya en el horizonte al ser muy sencillos los tramos restantes. Detrás, de nuevo unificados los integrantes del grupo cabecero, salvo el infortunado Degenkolb, ya pensaban en el segundo lugar.
A Wout van Aert no le quedó más remedio que luchar por un puesto de privilegio, con un inesperado ataque en un pequeño repecho a la entrada de Roubaix que rompió el grupo, aunque se llevaba a rueda a un incómodo rival, el rapidísimo Jasper Philipsen.
Mathieu van der Poel lograba, con tiempo para disfrutarlo, su deseado adoquín, 4ª clásica en su haber tras sus 2 Tour de Flandes y la Milán-San Remo que logró hace unas semanas. Celebraba el primer puesto en la misma línea de meta Philipsen al que, junto a Van Aert, aún restaba una vuelta al velódromo para lanzar un sprint en el que el ciclista de Alpecin-Elegant no tuvo rival, teniendo Van Aert que conformarse con el tercer escalón del podio.
Gran victoria de Mathieu van der Poel en la que es la París-Roubaix más rápida de la historia tras finalizar con una media de 46,7 km/h, que mejora el récord que el año pasado establecía Dylan van Baarle en 45,7 km/h.
Clasificación París-Roubaix 2023
- Mathieu van der Poel (Alpecin-Elegant) 5h28’41’’
- Jasper Philipsen (Alpecin-Elegant) +46’’
- Wout vaan Aert (Jumbo-Visma) m.t.
- Mads Pedersen (Trek-Segafredo) +50’’
- Stefan Küng (Groupama-FDJ) m.t.
- Filippo Ganna (INEOS Grenadiers) m.t.
- John Degenkolb (Team DSM) +2’35’’
- Max Walscheid (Cofidis) +3’31’’
- Laurenz Rex (Intermaché-Circus-Wanty) +3’35’’
- Christophe Laporte (Jumbo-Visma) +4’11’’