Se venden menos bicicletas pero se gasta más en ciclismo
El sector ciclista en España arroja datos muy llamativos: menos ventas, más negocio. ¿Cómo puede ocurrir esto? En síntesis, gran parte de los segmentos del ciclismo están bastante estancados en cuanto a venta de bicis; pero el precio de adquisición es ligeramente más alto y, sobre todo, la compra de materiales y complementos para el ciclismo empuja el valor final, que va al alza. Lo analizamos con un poco más de pausa.
Más ciclismo, menos bicicletas
Los datos cuantitativos son tajantes: el sector de la bicicleta produjo algo más de 1700 millones de euros el pasado año 2018, lo que representa un crecimiento del 5,4%. Sin embargo, las ventas cayeron algo más de un 6% en total.
La primera conclusión es clara: se vende menos, pero el cliente gasta más. Solo así se entienden estas cifras que, por supuesto, tienen sus matices.
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Partiendo de lo general, las razones no se especifican pero podemos intuirlas. El número de público ciclista, amante de la bicicleta en todos sus formatos (carretera, mountain bike, gravel, e-bike, e-mtb o cualquier otra variante) ha aumentado. Cada vez hay más aficionados que apuestan por el ciclismo como deporte para practicar y llevar una vida más saludable. De hecho, no es casualidad ya que el ciclismo se ha demostrado como uno de los mejores deportes para prevenir los grandes males del siglo XXI en las sociedades del bienestar: depresión, ansiedad y enfermedades cardiovasculares.
Lo cierto es que en España las cifras siempre hay que relativizarlas porque, siendo cierto que la afición crece, las licencias federativas están totalmente paradas. De hecho, el ciclismo ni forma parte de los 10 deportes con más federados y federadas del país. Según el Ministerio de Cultura y Deporte, la cifra de federados de en torno a los 75.000 a nivel nacional, se mantiene año tras año. Esto prueba que el aficionado está creciendo, pero esta es solo la base de la pirámide.
Pero entonces, si la cifra de ventas ha pasado de algo más de 1.115.000 bicicletas en 2017 a algo menos de 1.050.000 en 2018, ¿por qué se factura más?
La regla de tres es concluyente: se venden menos bicis, pero más caras y a esto lo acompaña un consumo mayor de otros productos ciclistas. En ello, tiene muchísimo que ver el enorme crecimiento de las bicicletas eléctricas que, de partida, suelen tener un precio más elevado.
La bicicleta eléctrica: una de las razones de estas cifras
Como apuntábamos, la bicicleta eléctrica, en sus versiones de carretera o mountain bike, ha crecido notablemente. De hecho, es el segmento ciclista que más crece, con un aumento del 55% en sus ventas. En cifras brutas, podemos decir que diariamente se comercializan en España más de 320 bicicletas eléctricas. Día tras día.
Así pues, los factores generales que apuntábamos al inicio, partiendo de la base de que la situación económica y laboral del país ha mejorado notablemente en el último lustro, han propiciado que el batacazo no se produzca. Pero sobre todo, el sostenimiento lo producen sectores en auge como este de la bici eléctrica.
Las más de 110.000 unidades de bicicleta eléctrica vendidas en España han salvado al sector. Los escépticos ya son menos, porque las cifras son apabullantes. No solo es el segmento que más aumenta con diferencia, sino que su precio medio supera los 2150 euros. Esto supone un empuje al alza en el gasto en ciclismo y es sin duda uno de los pilares fundamentales del sostenimiento del sector ciclista.
El ciclismo, a pesar de años malos como se han sucedido y de pequeños intervalos dorados en los últimos tiempos, sigue gozando de buena salud. Se ralentiza, a veces se estanca, pero las caídas bruscas quedan hoy lejos. Más aún, cuando se observan brotes tan esperanzadores como el de la electricidad aplicado a la bicicleta. A pesar de la crisis actual con la fabricación en China, de momento la situación es buena.
Por último, hay que destacar también la cifra de empleo que satisface el sector de la bicicleta, y el aumento de servicios derivados. Nos referimos al aumento de casi el 2% de trabajos directos, y a servicios sobre todo de financiación, que se han duplicado en un año. Eso sí, gran parte de estas buenas cifras se concentran en cuatro comunidades autónomas, que en orden descendente son Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco.