Vingegaard habla sobre el dopaje, cuenta que se saltó una prueba y sentencia: "No tomo nada, y tampoco creo que el resto del pelotón lo haga"
Jonas Vingegaard ha concedido una entrevista en la que ha hablado de manera abierta sobre el tabú del dopaje. El ciclista danés niega la toma de sustancias prohibidas, explica la increíble historia que le hizo ausentarse de una prueba de doping y se muestra cauto con la posible sanción a su compañero de equipo Michel Hessman.
Vingegaard toma la palabra para hablar del dopaje y las continuas insinuaciones que afectan al deporte
El largo historial de positivos por dopaje crea una nebulosa de sospechas que rodea a cualquier ciclista que destaque sobre el resto. Algo que sucede incluso ahora que los controles son más exhaustivos y los casos se han reducido entre el pelotón profesional. Vingegaard, una de las voces más importantes en el ciclismo como doble ganador del Tour, ha respondido con naturalidad a todas las preguntas sobre el tema en una entrevista para el medio danés Ekstra Bladet.
Vingegaard contó la anécdota que le impidió someterse a una prueba de doping. El corredor revela que ocurrió en 2019 cuando estaba en su casa: "Me había dejado el móvil en la cocina y luego nuestro timbre no funcionaba. Intentaron llamarme y estaba claro que era imposible contestar". Un descuido y una inoportuna avería que le podrían haber conllevado consecuencias más graves.
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El ciclista admite su error y reconoce que es algo en lo que todavía piensa. "Por supuesto, no está bien. Pero vinieron dos días después", a lo que añade que "es algo en lo que pienso para asegurarme de que no vuelva a ocurrir".
Además, afirmó que "yo no tomo nada, y creo que el resto del pelotón tampoco. Como puedo ganar el Tour de Francia dos veces sin tomar nada, también creo que los demás tampoco toman nada...".
Vingegaard señaló que se ha sometido a alrededor de 60-70 controles durante esta temporada. Aun así, explicó que "no creo que sea tan difícil" el cumplimiento del sistema que obliga a los corredores a poner las franjas horarias en las que están disponibles para las pruebas.
"Siempre tienes que recordarlo. Es un lío, pero cuando estoy en casa no es tan difícil". El danés suele elegir la franja entre las 7:00 y las 8:00 para asegurarse de que está en casa.
Por otro lado, se mostró satisfecho con el aumento de los controles, que tachó de "algo positivo". Pese a esto, entiende que para el aficionado puede no ser suficiente para disipar todas las dudas. "Es bueno someterse a pruebas constantemente. En cierto modo, ayuda. Todas las pruebas dan negativo, pero en cierto modo, suena a vacío porque hace veinte años también se hacían pruebas".
El danés siguió argumentando que "de alguna manera, los corredores todavía pueden hacer trampas, así que no quiero limitarme a decir, como se hacía antiguamente, que soy el corredor que más se somete a los controles. Yo no doy positivo. Algo hicieron entonces, y la gente creerá sin duda que los corredores volverán a hacerlo".
La entrevista se centró en uno de los temas del momento, el caso que afecta de manera directa a su compañero de equipo Michel Hessman. El alemán podría recibir una sanción de cuatro años tras el positivo por una sustancia diurética prohibida.
"No sé cómo llegó a su cuerpo", contestó Vingegaard. "Pero creo que el mayor temor de todo ciclista es que lo consigas a través de algún alimento o algo que comas, y de esa forma dar positivo sin que tu intención haya sido hacer trampas, pero aun así te lo metes en el cuerpo".
Vingegaard piensa que "es una pena que estemos sufriendo lo que ocurrió hace 20-30 años", en referencia a la época más oscura del dopaje. "No quiero ocultarlo, pero como ha sucedido, sigo pensando que es importante hablar del pasado. Porque si lo escondes debajo de la alfombra, está claro que a la gente puede seguir sin importarle que todo el mundo haga trampas".
"Si se habla de ello, hay más posibilidades de no hacer trampas, creo yo. Quizá sea una forma de evitar que ocurra en el futuro", declaró el corredor del Jumbo-Visma.