Vuelven las míticas LeMond y FMoser
Si tienes edad suficiente para haber pedaleado y/o visto ciclismo en los años 80 o 90, recordarás muchas grandes marcas de bicicletas que, tristemente, han dejado de existir, o se conservan como meras reliquias. Pero estos días estamos de enhorabuena, porque dos de ellas han regresado a la vida. Sí, vuelven las míticas LeMond y FMoser, que marcaron aquella época de finales del siglo XX, con nuevos modelos de carretera. Y lo hacen con un ojo puesto en la tecnología, pues la primera apuesta por una nueva fibra de carbono y la segunda, por eBikes que se trasforman en bicis tradicionales en cuestión de minutos.
Las LeMond y FMoser míticas
Ambas tienen historias bastante paralelas. Fueron firmas de aquellas que tomaban el nombre de un corredor famoso, incluso todavía en activo, y que, siguiendo la estela de las Eddy Merckx, pronto se convirtieron en un éxito entre el público y en imprescindibles dentro del pelotón profesional. Pero con la peculiaridad de que sus dos fundadores no fueron deportistas cualquieras, sino dos locos de la aerodinámica y los materiales que provocaron algunos de los mayores saltos hacia adelante en la historia de la técnica ciclista.
FMoser
Cicli Moser nació en 1979 de la mano de todo un visionario en esto de la técnica como fue Francesco Moser. Para entonces, el alto contrarrelojista italiano, al que apodaban 'lo Sceriffo', el Sheriff, por su autoridad dentro del pelotón, ya había ganado un Mundial, 2 Giros de Lombardía y 2 de sus 3 París-Roubaix, y venía de hacer 3 podios seguidos en el Giro de Italia. Era por tanto una auténtica estrella de este deporte, pero le faltaba por hacer aquello por lo que acabaría de pasar a la historia (además de su rivalidad con Beppe Saronni, remedo de la de Coppi y Bartali, con menos aura legendaria pero mucha más mala leche).
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Hablamos del Récord de la Hora de 1984, que inició la revolución de la aerodinámica en el ciclismo. Para lograrlo, se construyó su propia bicicleta, inspirada en las innovaciones avanzadas en 1981 por la Cinelli Laser de pista. Con la peculiar geometría de su cuadro y su doble rueda lenticular, se la considera la antecesora de todas las bicis de contrarreloj de hoy en día.
Hasta ese momento, la marca había puesto su nombre solo a modelos realizados por terceras compañías, pero desde ese año comenzó a fabricar los suyos propios, empezando por el histórico cuadro Leader, ya utilizando el nombre F.Moser (con punto). Con ellas corrieron su último equipo profesional, el Chateau D'Ax, y su sucesor, el Gatorade, en los que Gianni Bugno ganó el Giro de Italia y la Milán-Sanremo en 1990, así como el Mundial en 1991. Sin embargo, el negocio fue declinando a partir de ahí, y en el año 2000 el Sheriff vendió la marca, que acabó desapareciendo.
LeMond
La firma que lleva el nombre del norteamericano nació en 1986, el año de su primer maillot amarillo en París. Como en el caso de F.Moser, empezaron siendo simplemente bicis de otros fabricantes a las que se les cambiaba el nombre por cuestiones de marketing. Aun así, desde el principio se distinguieron por una peculiar geometría, pues el campeón estadounidense prefería los cuadros más largos de lo que era normal en aquella época, tanto para resultar más aerodinámico como para bajar el centro de gravedad.
Desde 1990, comenzó a suministrar las bicis a su nuevo equipo, el Z (más tarde, GAN), y, en 1991, llegó una de sus grandes innovaciones: gracias a un acuerdo con la compañía estadounidense Carbonframes, empezó a crear cuadros de fibra de carbono, y el propio Greg lució uno en el Tour de Francia de ese año.
Sin embargo, Carbonframes quebró unos años después, y LeMond pasó a estar en la órbita de Trek desde 1995 hasta alrededor de 2008, cuando la relación terminó de manera bastante turbulenta. Desde entonces, la marca había estado bastante 'dormida', aparte de algunas ediciones limitadas, hasta que el año pasado presentó la Prolog, una eBike urbana. Sin embargo, todavía le quedaba regresar a su esencia: la carretera.
Así son las nuevas LeMond y FMoser de carretera y gravel
La gran novedad de LeMond que se ha presentado esta semana este modelo de arriba. Llamado 8 (un guiño a los segundos por los que ganó aquel Tour del 89), supone, según sus creadores, "el cambio más radical en la construcción de cuadros de carbono desde hace 30 años". Llevan trabajando en ello desde 2016, y nada menos que en colaboración con el Laboratorio Nacional de Oak Ridge del gobierno norteamericano. Es decir, donde se crearon las primeras bombas atómicas.
La geometría es bastante estándar para las actuales bicis aero, así que te estarás preguntando dónde está aquí lo novedoso. Pues en el proceso de fabricación, llamado MatrixCore. Normalmente, para dar forma a los tubos de carbono, se usan unas vejigas que impiden que las fibras se vayan hacia el centro, y que luego se retiran. Sin embargo, los de la LeMond 8 son una especie de 'sándwich' de carbono que, en el medio, lleva una espuma expansiva especial, Xenecore.
Pero, según los responsables de la marca, esta no se extrae, sino que se queda dentro de los tubos y sirve para amortiguar las vibraciones. Además, internamente el cuadro también incorpora una armazón de carbono en entramado que, según indican, lo convierte en "uno de los más resistentes y seguros del mundo".
La LeMond 8, que pronto tendrá versión de gravel, también monta un manillar con potencia integrada de carbono, y presume de no tener ni un milímetro de metal en el cuadro y la horquilla (incluidas cosas como los portabidones o la rosca del eje pedalier, también en fibra).
Y, por si fuera poco, se fabrica 100% en Estados Unidos. Eso, sumado a toda la innovación y sus escasos compromisos ya te harán intuir que es cara. Muy cara. La bici completa, con ruedas de carbono marca LeMond y grupo Shimano Dura-Ace Di2 cuesta unos inhumanos 13.900 euros. Eso sí, también están dispuestos a venderte solamente el cuadro por "apenas" 9.500 euros. Si te consuela...
Las bicis 'híbridas' de FMoser
Por su parte, la rediviva FMoser (ya sin el punto entre F y M, ¿quizá por cuestiones de copyright?) ha presentado dos eBikes: una de carretera y una de gravel. Pero... con una vuelta de tuerca: pueden convertirse en convencionales sin complicaciones técnicas y en cuestión de 3 minutos. ¿Cómo? Pues la posición de la batería, en el tubo inferior, y del motor, en el buje de la rueda posterior, están calculadas para que puedas extraerlos con facilidad cuando no vayas a necesitarlos. Solo hay que cambiar la rueda por otra con buje normal (incluida en el precio), y listo.
La nueva marca, fundada por el ya septuagenario Francesco y hijo Ignazio en colaboración con el fabricante italiano de motos y eBikes Fantic, las denomina Dual Mode o híbridas, aunque no en el sentido de las bicis urbanas con toques de montaña o carretera. No, en este caso es porque, como los coches híbridos, pueden funcionar a la antigua usanza y también en modo eléctrico.
La historia es que, según cuenta, el Sheriff se ha aficionado a las bicis de pedalada asistida en los últimos años; y lanza un mensaje a los puristas: "Llegado a una cierta edad, ya no puedes sostener los esfuerzos de otros tiempos. Además de que es bonito hacer accesibles a la gente normal ciertos puertos y terrenos. Por eso me gustan las eléctricas".
Existen cuatro configuraciones distintas para la de carretera en función de los componentes (y dos combinaciones de color: negro-plata y un llamativo iridiscente), así como dos para la de gravel (con un solo color, verde salvia). Pero todas están equipadas con el FSA System HM 1.0; es decir, motor de 250 W y 42 Nm de par con 5 niveles de asistencia, y batería de 250 Wh.
El cuadro monocasco tipo endurance y la horquilla son de carbono, con un tubo inferior estudiado para no perder rigidez cuando se le extrae la batería. De todas maneras, no se trata de bicis particularmente ligeras. En su modo convencional, sin motor ni batería, pesan alrededor de 7 kg, que es bastante para una bici de carretera actual... pero muy poco, claro, cuando piensas que en cuestión de minutos puedes transformarla en una eléctrica.
Los precios partirán desde los 5.000 euros. Lo que no está del todo mal, sobre todo cuando piensas que viene incluida una rueda adicional, con otro freno de disco y otro cassette. A las tiendas italianas llegarán en las próximas semanas. Habrá que ver si se venden también en España en un futuro.