¿Y si el dopaje estuviera permitido? Así son los Enhanced Games
Los Enhanced Games están creados para ser una especie de Juegos Olímpicos sin controles antidoping y con un equipo médico que dé el visto bueno al uso de sustancias dopantes. El ciclismo no está incluido en el programa, aunque podría formar parte en el futuro. El proyecto ha levantado una oleada de comentarios que ponen en duda la viabilidad y la ética de una iniciativa que pretende ver la luz a finales de 2024.
Enhanced Games: la competición que abre las puertas del dopaje
El dopaje ha existido (casi) desde la creación misma del deporte. Muchos deportistas han recurrido al uso de sustancias para aumentar su rendimiento y mejorar sus marcas. Algo que en general siempre se ha visto como un fraude, una manipulación de los resultados, que deberían responder únicamente a la capacidad natural de quienes toman parte en una competición.
El ciclismo sabe mejor que nadie lo que es el dopaje. Las anfetaminas fueron de las primeras y abrieron el camino a lo que vino después: EPO, transfusiones de sangre, testosterona, clembuterol o tramadol -el caso de Alex Baudin es el último conocido hasta ahora-, entre otros muchos métodos. Hace ya años que los organismos de control tienen una guerra abierta en la que rechazan, persiguen y castigan a quien se dopa.
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Los Enhanced Games quieren romper con el paradigma actual y proponen una nueva perspectiva: una competición en la que el dopaje se acepta como parte de las normas. Los atletas pueden competir sin tomar ninguna sustancia, y si deciden hacerlo deberá ser con el consentimiento previo del equipo médico de la organización.
De hecho, Brett Fraser, director de atletismo de los Enhanced Games, afirma que está "impaciente por ver a atletas naturales compitiendo, porque a lo mejor tomar todas estas mejoras no ayuda a mejorar el rendimiento a largo plazo".
La propuesta tiene todos los ingredientes para provocar grandes dosis de estupor y generar un bombardeo de preguntas. En una entrevista en Cyclist, Fraser explica que cada atleta debe estar bajo supervisión médica, ya que será el equipo médico y científico quien evaluará y apruebará o rechazará el uso de unas sustancias determinadas en un deportista determinado.
Lejos de verlo como algo negativo, los Enhanced Games entienden el dopaje como la expresión de la ciencia en el deporte.
Y ahí está una de las grandes preguntas: ¿qué profesional estará dispuesto a recetar este tipo de sustancias? Si bien algunas se usan para combatir cuadros médicos, ahora se trataría de dar el visto bueno a un consumo que solo persigue mejorar el rendimiento. Una decisión que les podría acarrear el recelo y una reputación dudosa por parte de sus colegas.
Andy Miah, catedrático de Comunicación Científica y Medios de Comunicación del Futuro en la Universidad de Salford, comenta en Cycling que "sencillamente, no existe un modelo de eficacia para aplicar, por ejemplo, EPO en un contexto de mejora, porque eso va más allá de los límites de la licencia del fármaco". Y añade que "cualquier aplicación más allá de la terapéutica está inherentemente más allá de lo que es legal prescribir y aceptable desde una perspectiva de riesgo".
Por otro lado, Fraser espera que con este trabajo se pueda tomar nota de qué sustancias dopantes podrían estar usando los deportistas e informar al COI para que pueda mejorar o actualizar sus controles.
Otro de los aspectos controvertidos es la viabilidad económica. Las marcas viven de su imagen, por lo que cuidan mucho las campañas que patrocinan. Muchas empresas invierten grandes cantidades de dinero en eventos deportivos para intentar asociar su nombre al de los valores que representa ese deporte. Los Enhanced Games todavía no cuentan con ningún patrocinador.
A lo largo de los años hemos visto algunas marcas retirar su apoyo a deportistas que se habían dopado. Es difícil pensar que los Enhanced Games consigan dinero de grandes compañías. Y aunque existan marcas que asuman la mala imagen que les puede dar estar relacionados con el dopaje, hay que tener en cuenta que el uso de estas sustancias pone los cuerpos al límite, por lo que aumentarían los riesgos en todos los sentidos.
Los Enhanced Games defienden que los criterios que sigue la Agencia Mundial Antidopaje para calificar una sustancia como dopante pueden ser arbitrarios, como permitir algunas de ellas para entrenar pero prohibirlas para competir.
El proyecto, una idea de Aron D'Sousa, pretende ser anual. Los organizadores consideran que los deportistas olímpicos están mal pagados y ponen énfasis en que los Enhanced Games tienen un modelo de pago justo. Además, los deportistas no tendrían obligación de comunicar que se han dopado. De momento, se incluyen cinco deportes -atletismo, natación, gimnasia, combate y fuerza-, aunque si la primera edición funciona el ciclismo podría ser uno de los deportes que podrían entrar en el futuro, tal y como reconoce el propio Fraser.
Aún faltan por conocerse varios detalles importantes, como qué sistema de clasificación se seguiría para participar en los Enhanced Games. Pese a todo, ya hay cientos de atletas que se han puesto en contacto con la organización para informarse.