Cómo se pasa de hacer pianos a fabricar eMTB
Yamaha soplará 137 velas este año. La firma japonesa se ha convertido en uno de los fabricantes de motociclismo más importantes del planeta y lleva tiempo detrás de las eMTB. Un gigante empresarial que mira con ambición el mundo de los pedales, pero que creció en el sector de los instrumentos musicales y que siempre ha estado dispuesta a reinventarse para expandir su negocio.
La historia de Yamaha: una empresa que empezó fabricando pianos, siguió con las motos y vio la oportunidad del eMTB
La historia de Yamaha nace en 1851 con el nacimiento de Torakusu Yamaha, fundador de la marca. Mucho ha cambiado el mundo desde que aquel joven diera sus primeros pasos en el Japón del siglo XIX. Torakusu mostró un gran interés por la tecnología occidental y, contagiado por una fascinación por los relojes, con 20 años decidió dedicar su vida laboral a la relojería y más tarde estudió administración de empresas. Así continuó hasta que en 1886 dio un giro y se empezó a ganar el jornal reparando equipos médicos.
Torakusu compaginó entonces esta nueva actividad con la reparación de relojes y como conductor de rickshaw -una especie de carro tirado por una persona- para el director de un hospital.
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El punto de inflexión en la vida de Torakusu llegó el día en que una escuela primaria de Hamamatsu le preguntó si podía reparar un órgano. Aceptó el reto, desmontó la máquina y la reparó con éxito. Durante el proceso se dio cuenta del potencial comercial de una pieza de esas características, diseñó un plano del interior y dedicó dos meses a construirlo. Nació así el primer órgano de este tipo fabricado en Japón.
Convencido de sus posibilidades, lo transportó personalmente en un arduo viaje de 257 km -que recorrió a pie a través de las montañas de Hakone- para presentarlo en el Instituto de Música. Los profesores lo criticaron duramente por la mala afinación, pero le animaron a estudiar teoría musical y afinación. Lo hizo y tras sobreponerse a varios obstáculos presentó su segundo órgano. Esta vez recibió halagos. Era 1887 y pronto tendría que contratar a gente para hacer frente a un pedido de siete órganos.
Yamaha se estableció como empresa y como pionera en la fabricación de instrumentos musicales de estilo occidental. En 1900 comenzó la producción de pianos verticales y acabaron por añadir armónicas al catálogo. El nombre de Yamaha fue ganando reputación hasta ser una marca reconocida en buena parte del mundo.
El siguiente gran paso de Yamaha fue en 1950. Un año después de entrar en la Bolsa de Tokio, Genichi Kawakami se erigió como el cuarto presidente de la compañía -Torakusu Yamaha había fallecido en 1916-. En 1953 reflexionó sobre qué hacer con el equipamiento de mecanizado inactivo que habían utilizado durante la Segunda Guerra Mundial para fabricar hélices de aviones.
Kawakami pensó varias opciones -máquinas de coser, piezas de automóvil o scooters, entre otros- hasta que se decantó por centrarse únicamente en las motos. Tanto él como su equipo se empaparon de los procesos de fabricación hasta que se vieron listos y lanzaron el primer prototipo en 1954, la YA-1. La división de motos tomó entidad propia en 1955.
A pesar de aterrizar en un sector que desconocían por completo, fueron el primer fabricante japonés en estar en carreras internacionales. La competición ha sido un punto fuerte de la marca, siendo uno de los fabricantes más exitosos de la disciplina. En paralelo, también se han convertido en una de las firmas más respetadas para el público convencional.
Si en 1964 empezó la producción de productos relacionados con el estilo de vida, en 1966 lo hicieron los instrumentos de viento y en 1972 los semiconductores. En la década de los 1970 Yamaha intentó abordar varios problemas sociales de Japón y decidieron que la mejor forma de lograrlo era con la fabricación de bicicletas.
En 1993 pusieron a la venta su primera bici, que fue también la primera ebike de producción con asistencia al pedaleo, el conocido sistema PAS (Sistema de Asistencia Eléctrica), y en 2013 llegó la gama de motores PW, que han vestido un amplio abanico de modelos de varias marcas.
El interés por el ciclismo de Yamaha se ha mantenido intacto; de hecho, el año pasado presentaron tres nuevos modelos: YDX-MORO 07 -a modo de conmemoración por los 30 años en el mundo de los pedales, que hace poco pudimos probar- y los modelos Booster y Booster Easy, así como recientemente han renovado los Wabash RT y Crosscore RC.
Yamaha explica que ha vendido nada menos que 2 millones de eléctricas y 4 millones de motores para ebikes. El futuro de una marca tan dinámica parece impredecible, con la posibilidad de entrar en algún nuevo mercado, pero parece bastante probable que van a seguir vinculados al ciclismo.