ZADA es la agencia antidopaje de Zwift y se está poniendo seria
En 2016, Zwift ya era consciente de que el dopaje virtual era su mayor enemigo. Por eso, creó ZADA, aunque con otro nombre, con el objetivo de cuidar la salud de Zwift, de hacerla una plataforma de ciclismo virtual fidedigna, veraz, respetada. Al tratarse de una herramienta virtual, Zwift tiró de lo que más disponía: voluntarios, ciclistas ávidos por ayudar a mejorar Zwift, sin interés ni pretensiones más que hacer el ciclismo indoor un deporte limpio y sin trampas.
ZADA, la agencia antidopaje de Zwift
De ahí sus siglas, al más puro estilo oficial: Zwift Accyracy and Data Analysis (ZADA). Básicamente, lo que pretendía ZADA era analizar el rango de w/kg y establecer parámetros lógicos para un ciclista, por muy profesional que fuese.
El pasado año, ante la avalancha de denuncias y el crecimiento desorbitado de Zwift, ZADA cesó su actividad. Los miembros de ZADA comprendieron que cumplir con las demandas y los principios que se impusieron resultaba imposible ante tal magnitud, ante tal aumento.
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Pero ahora vuelve a estar operativa. Zwift lo anunció, consciente de que la expansión de los eSports debe ir irremediablemente de la mano de un control por un juego limpio. Por eso, en las pruebas de carácter oficial, las más demandadas y en las que el nivel es más alto, ZADA ya afirmó que realizará sus controles a todos los ciclistas que acaben en el pódium así como al menos otros dos aleatorios, al final de cada etapa de la serie.
Sus controles son bastante completos: solicitarán datos del equipo y el rodillo usado, verificación del peso del ciclista, los datos del potenciómetro así como cualquier otra información que secunde los resultados que dicho ciclistas haya obtenido en otras pruebas, pero también en sus sesiones de entrenamiento. No facilitar estos datos conllevaría ser expulsado y depuesto de todos los logros.
De igual modo, la actuación de ZADA no se circunscribe solamente a estos hechos, sino que puede entrar de oficio sobre cualquier comportamiento sospechoso, o sobre situaciones que reciban multitud de denuncias por parte de los propios usuarios de Zwift. En Zwift saben de la competencia que tienen, y no paran de hacer mejoras.
El nuevo perfil de ZADA en Zwift
Zwift ha hecho algunos cambios en ZADA para que no le vuelva a ocurrir lo que justamente llevó a su cierre por ese cuello de embudo que se formó. El equipo actual de ZADA lo componen consultores y trabajadores de Zwift, y Stephen Chu, el Asesor General de la compañía, será el administrador. Hasta tal punto se han puesto serios.
Más allá del propio Chu, el resto de miembros de Zwift, así como todos los usuarios que hayan colaborado de alguna forma, siguen conservando su total anonimato.
Su rol no ha cambiado, eso sí: asegurar una competición limpia. Su nombre sí que lo ha hecho: ya no se bautiza como “antidopaje”, sino que ZADA pretende abarcar mucho más, y tener una connotación más amable. Por ello, tampoco entrará a enjuiciar el perfil personal de ningún corredor, sino que analizará Zwift solo en pos de la verificación de los rendimientos. Es decir, ya no basta una verificación puntual a partir de la cual se puede rendir a antojo, sino que ZADA puede pedir verificaciones de ciclistas que ya hayan verificado su rendimiento en carrera anteriormente.
Es cierto que, aunque ZADA tendrá derecho a investigar cualquier rendimiento, momentáneamente solo se están centrando en los eventos Key Zwift, es decir, con patrocinio directo de la propia Zwift. Otras carreras grupales tendrán en el organizador al responsable de esta verificación, de manera autónoma, aunque más tarde pueda denunciar a ZADA cualquier anomalía. En todos los casos, podrá revisar los resultados de los componentes del pódium y dos perfiles aleatorios, como comentábamos, justo valores similares a los del ciclismo exterior, en sus pruebas oficiales.
Por supuesto, ZADA tiene sus márgenes: si unos valores erróneos se tratasen de un mal funcionamiento del equipo, (recuerda que cualquier rodillo se puede convertir en inteligente y usar Zwift) el ciclista recibirá un aviso; pero si se descubre una trampa intencionada, dependiendo de la gravedad, serán expulsados de todas las carreras, sus puntos volverán a cero y, si es en equipo, no se podrá reemplazar a ese ciclista por ningún otro. En el extremo, la expulsión incluso de Zwift.
Zwift tampoco ha facilitado la fórmula exacta, el algoritmo empleado para detectar a los tramposos. Y es lógico, porque así nadie puede aprovechar esa información para mentir mejor. Lo que sí es cierto es que el Big Data está de su lado.